Se trata de una adaptación de Juan Claudio Burgos para la
obra de Eugène Ionesco del mismo nombre, donde Alejandro Trejo y Roxana Naranjo
interpretan a una pareja burguesa que discute aparentemente banalidades, que no
tiene memoria y que opta por ser indiferente a la guerra civil que está
ocurriendo en el exterior de su departamento.
La discusión y apatía del matrimonio va empeorando minuto a
minuto, al igual que lo que sucede tras sus cortinas, donde se escuchan
explosiones de bombas, disparos y gritos. La crisis finalmente terminará
por traspasar tanto las paredes de su casa, como su propio mundo.
El público vivirá en primera persona este derrumbe e
inestabilidad, porque el principal protagonista es la misma escenografía,
una inusual estructura que se mueve, gira, sube, baja y desarma mientras avanza
la historia.
En cada función, los espectadores vibrarán, literalmente,
con la historia y también con los movimientos de la lúdica estructura, de
manera de vivenciar psicológica y físicamente la inestabilidad de la pareja.
El aparataje, que parece tener vida propia y que puede
albergar hasta 33 personas en su interior, tiene ocho metros de diámetro, está
construido con madera y metal y es manejado de manera manual por ocho
operadores.
Esta novedosa puesta en escena surgió del diálogo creativo
entre el director José Ignacio García y el diseñador integral Eduardo Jiménez,
quienes idearon una estructura escenográfica que sufre cambios con el público
en su interior, para que estos se vuelvan un sujeto activo durante la
representación:
“Este dispositivo busca intervenir en la puesta y en la
percepción del público. El espectador, al estar dentro, está alrededor de los
personajes todo el tiempo, por eso vive los mismos estímulos que los actores”,
explica el director sobre la propuesta. “Los actores y la audiencia van
viviendo cómo se les viene el mundo abajo, hay bloques que se caen y todo
comienza a destruirse”, concluye.
Esta tragicomedia aborda temáticas como la deshumanización,
el derrumbe de la sociedad y la indiferencia del ser humano ante los hechos
históricos.
Además, coincide con los 110 años del nacimiento del
dramaturgo rumano Eugène Ionesco (1909), padre del teatro del absurdo.
“Delirio a dúo” propone establecer nuevas formas de ver
teatro, por lo que viene a profundizar la investigación que partieron García y
Jiménez el 2010 con “Intentar No Construir-lo”, donde el público observaba la
acción desde un segundo piso.
La obra se estrenó el 2017 en Villa Grimaldi, para después
presentarse en el Patio 29 del Cementerio General y en el Parque Cultural ex
cárcel de Valparaíso.
Al igual que en esos lugares, en GAM la instalación
escenográfica también dialogará con el espacio. Todas las funciones de los
viernes, tendrán un conversatorio con los actores y una visita guiada por el
edificio.
La obra, que está pensada para mayores de 14 años, se
presentará desde el 21 de marzo al 6 de abril, de jueves a sábado a las 19
horas. el valor de las entradas es de $ 4.000 general y $ 3.000 estudiantes y 3°edad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario