El libro, es una alegoría a la colonización y poblamiento de Aysén. Esta es la historia de emigrantes, que dejan atrás historias personales y colectivas; todo lo que fueron sus entornos, familias hasta sus nombres para encontrarse con un territorio nuevo, desconocido y con elementos naturales poderosos que les muestran la vida, la belleza y la muerte.
Esta nueva población que llega a un mundo entre los mundos, se yuxtapone a la de los seres anteriores que habitaban el nuevo lugar y que entran a convivir con los recién llegados.
Es por sobre todo, una historia de personas valientes que al decidir cambiar de vida no olvidaron su pasado, que tuvieron que transitar por un camino difícil, afrontando autenticas aventuras hasta tener un mínimo de estabilidad.
Si hay algo que hace distinta esta novela de otras sobre el mismo tema, es que la narración es atemporal. Se yuxtaponen escenas de todos los tiempos y en un lugar convive el pasado, el presente y el futuro de un grupo de mujeres. La voz que cuenta la novela es femenina, ya que las mujeres son las protagonistas de la historia.
Además, la novela está marcada por el carácter reservado y un tanto críptico de la autora marcado por el ambiente, cultura, educación, entorno social y familiar de Aysén, en el cual muestra un autodominio sobre las emociones y relaciones sobre las que escribe.
Pero también, habla de los sueños de la escritora como si repitiera de frase dicha por William Shakespeare: somos del mismo material de que se tejen los sueños, nuestra pequeña vida esta rodeada de sueños.
Este “entremundo”, que se sitúa entre la realidad y la fantasía sin que el lector pueda distinguir claramente cuales son los límites entre uno y otro, hace pensar que se encuentra más allá del horizonte occidental, en las puertas del sol poniente cerca del Hades.
En la trama, hay un espacio en que ocurre el tiempo y que se podría interpretar como el eterno aquí y que solo existe a partir de la memoria, de los recuerdos. Los personajes, según avanza la novela, van perdiendo conciencia del tiempo o del espacio al que pertenecieron anteriormente y que de repente, les parece borroso.
La narración nos lleva a pensar en las posibilidades de la reencarnación o en la transmigración de las almas, que van de un cuerpo a otro impidiendo que el pasado, aun con todos sus dolores, se olvide completamente.
Además, en esta novela, la transmigración del alma se concibe como una multiplicidad de almas enfrentadas que puede albergar un solo cuerpo, un solo nudo. La voz narradora, trae a la memoria las ideas, los objetos o los hechos olvidados como referente para su nueva vida.
El entremundo del tiempo es transformado en metáfora del espacio, regresando a un espacio que no se recuerda como historia personal y como un presente continúo, en el cual las acciones son y no fueron, y donde el lector debería permitir que sus voces interiores lean las del texto.
Por otra parte, en la narración de Liliana Pualuan el leguaje se yuxtapone, es sinuoso, críptico y profundo y va más a allá de lo que sus personajes persiguen como fin, convirtiéndose en un análisis subterráneo de las complejidades del alma y de la psiquis humana.
Lo anterior, lleva a pensar que no hay una sola significación en la lectura de esta novela, sino que hay múltiples significados tantos, como los sueños de la escritora o de quienes leen la novela o de quien escribe estas líneas.