Silvia León Smith junto a Editorial Catalonia
presentaron el año pasado el libro “Vicente Bianchi. Músico por mandato
divino”, en el cual se relata la biografía de este músico chileno.
En el prólogo de la edición de junio de 2011 del
libro Homenaje a Cataluña, Miquel Berga dice que “al final, la biografía
definitiva de un escritor está en sus libros”. En este caso, la biografía de
Vicente Bianchi está en su música.
Vicente Bianchi nació el 27 de enero de 1920 en
Ñuñoa, comuna de la capital chilena. Realizó sus estudios en el Conservatorio
Nacional de Música para completar su aprendizaje musical de manera particular.
En 1998 ganó la Competencia Folclórica
del Festival de la Canción de Viña del Mar con “La Noche de Chillán”,
escrita sobre versos inéditos de Pablo Neruda y en 2004 recibió el Premio a lo
Chileno.
También, realizó la musicalización de misas y
eventos litúrgicos, como la Misa a la Chilena (compuesta en 1964
y estrenada al año siguiente y que luego fue cantada entre los años 1970 y 2000
durante el Te Deum del 18 de septiembre con el coro Santa Marta, del cual fue
director); arreglos orquestales, como Música para la Historia de Chile;
musicalización de poemas de Pablo Neruda y Canto a Bernardo O’Higgins,
arreglos para películas y director del Centro Cultural de La Reina.
En general, una biografía busca dar cuenta de la
historia de una persona. En esta, el relato adopta un modo expositivo y
narrativo, en el cual una tercera persona (Silvia León) entabla una
conversación con Bianchi, su esposa y sus hijos para unir todas las versiones
de la historia.
A la vez se envuelve la historia en el contexto
social, familiar, político y musical en el que transcurre la vida de Bianchi,
mostrando su obra y su figura en un intento, de no perder detalles que puedan
enriquecer la narración.
Es así, que por medio del propio Bianchi, de su señora
y de dos de sus tres hijos, en este relato, el lector se va enterando del
talento y vocación de este músico, que desde muy niño sintió el llamado de la
música para llenar su vida.
La historia construida por Silvia León se transforma,
de esa manera, la biografía de Bianchi en una parte de la historia musical de
Chile y de América Latina. Los Jaranistas, el grupo Llanquiray; Rayen Quintral;
Ramón Vinay; Lucho Gatica; Mario Clavel; Violeta Parra; Sonia y Myriam; Pedro
Messone; Lola Flores¸ el grupo Gil Letelier; Pablo Neruda son algunos de los
artistas a los cuales les toco acompañar musicalmente a lo largo de su
actividad musical.
En cuanto si la música es o no un lenguaje universal,
Humberto Ecco (Crítico literario, semiólogo y escritor (S.XX)) fue uno de los
primeros en pronunciarse al respecto, diciendo que la música no es un lenguaje
universal porque carece de contenido semántico.
Al no tener un significado concreto, no se puede
entender por todos de la misma manera, cada oyente la interpreta de distinto
modo. La música, como arte se encuentra situada en el marco de los lenguajes
artísticos, diferenciándose de estos en que, junto a la poesía, se transmite en
el tiempo. A través de la música se pueden describir situaciones, expresar
sensaciones, emociones, sentimientos o ideas puramente musicales.
Sin embargo, no se puede negar que es un lenguaje, ya
que es una comunicación y expresión, y tienen sus códigos específicos de
representación e interpretación. Es un lenguaje hecho arte, más expresivo si
cabe que la propia lengua.
Es creada por un compositor, transmitida por un
intérprete, escuchada y recreada por los oyentes que la percibimos, aunque sea
de diversa forma, incluso atribuyéndole significados que ni siquiera el autor
hubiese imaginado. Del carácter inefable de la música se hace eco Aldous Huxley
en su famosa frase: “después del silencio, la música es lo que más se acerca a
expresar lo inexpresable."
Vicente Bianchi ha tenido el don de conjugar tanto la
palabra escrita como la música, utilizando de ambas sus formas de organización
y expresión. Ha sabido usar, los ritmos, la entonación, la dinámica y la
agógica, (es decir, el conjunto de las ligeras modificaciones de tiempo, no
escritas en la partitura y que son necesarias en la ejecución de una obra) que
se encuentran tanto en el discurso oral como en el discurso musical.
Ha utilizado estos elementos para mantener el interés
en el oyente o receptor, que unen y matizan lo que ha querido trasmitir.
Es innegable que en sus obras Bianchi, nos ha
transmitido, lo que Aristóteles llamaba el movimiento de su alma y los oyentes
nos hemos dejado llevar por lo que su música transmite: fuerza, tristeza o
alegría.
El desarrollo de los medios de comunicación le
permitió a Bianchi, llegar a con la música a miles de oyentes, transmitiendo
sentimientos e ideas, utilizándola para potencias recuerdos e imágenes en
quienes la escuchaban, llenando los espacios en las vidas de muchos.
En su trabajo, incorporó poemas a su repertorio que lo
inspiraron y que pasaron a formar parte del cancionero popular chileno,
ofreciendo una libre interpretación al oyente, que las puede recrear en su
imaginación y que, por otra parte, nos han hecho conocer y reconocer nuestra
historia.
El libro de Silvia León rescata la vida de uno de los grandes músicos que ha tenido Chile, cuyo mayo talento ha sido permitir que la música pueda ser disfrutada por todos.
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