jueves, 4 de agosto de 2022

Muestra reúne la obra de Alexander Calder y Pancha Nuñez

 En un ejercicio de audacia, la exposición Vibrantes, conformada por piezas de la colección Salinas de la Piedra Humeres, presenta el trabajo de ambos creadores en el Centro Cultural Las Condes.

Hace 50 años, en 1972, un terremoto asoló a Nicaragua, provocando miles de muertes y millares de damnificados. Ante ello, Kitty Meyer, una filántropa y mecenas neoyorkina que había vivido en el país centroamericano tras salir de su natal Hungría, convocó a artistas de talla mundial para que produjeran obras en beneficio de los nicaragüenses.

Alexander Calder (1898-1976), el gran artista norteamericano, se hizo eco de la convocatoria y junto a artesanos de Nicaragua y Guatemala trabajó una serie de tapices inspirados en sus conocidos gouaches. Años después, parte de esas obras fueron adquiridas por el coleccionista chileno Juan Eduardo Salinas y permanecieron guardadas hasta ahora con el fin de traspasarlas a sus hijos, conformando la Colección Salinas de la Piedra Humeres.

Hoy y gracias a la producción de la Corporación Cultural de Las Condes el coleccionista expone al público la serie 51 de los tapices y en un ejercicio de audacia, los reúne con otras obras de su colección, las esculturas y bordados de la artista chilena Pancha Núñez (1961), cuya materialidad y lenguaje renovaron la escultura chilena a fines del siglo pasado.

La muestra VIBRANTES será inaugurada el sábado 6 de agosto, a las 12:30 horas, en las salas del Centro Cultural Las Condes y permanecerá abierta al público hasta el 25 de septiembre. Este insólito encuentro es contextualizado por el teórico del arte Guillermo Carrasco Notario, estudioso de la obra de Núñez, quien señala:

“Existe una sincronicidad entre ambas obras, en la elección del color, en cierto desparpajo del dibujo, especialmente en el uso de líneas y espirales, en aquello que algunos llaman lúdico; pero sería inoficioso forzar analogías cuando podemos definir con más precisión la poética de este encuentro artístico por sus diferencias”.

Y agrega: “Muchos tenemos en la retina a ese niño grande, viejo niño, jugando con los personajes del circo que él mismo fabricó con alambres, trapos rotos y otros desechos animados por el ingenio… Pancha Núñez también tiene una porción de niña en su ser; y también con alambres, telas, cartones y otras materias reciclables puebla su universo con sus reconocibles personajes.

 Pero lo que en Calder son juegos de niño contento; en el caso de nuestra escultora lo son de niña triste. En el imaginario de Pancha Núñez el vibrante colorido de sus bufones no puede separarse de la sombría presencia de otros…”.

Alexander Calder fue un destacado artista nacido en Pensilvania, quien se hizo conocido por ser el inventor del móvil, esculturas cinéticas colgantes, siendo precursor de la escultura cinética. También creó pinturas, grabados, miniaturas, escenografías, joyas, alfombras y carteles. Ante el llamado de Kitty Meyer, a inicios de los 70, trabajó en forma colaborativa con artesanos e hilanderos en torno a sus gouaches.

“Podríamos decir que los tapices de Calder presentes en esta muestra tienen, por su gestación en lo telúrico de nuestro continente, por la manufactura artesanal centroamericana y por la impronta característica de la materialidad elegida para su ejecución, sobradas sintonías con las esculturas a las que sirven de telón de fondo. 

Éstas son obras recientes de Pancha Núñez, realizadas en su taller de Laguna Verde, durante la pandemia y luego de recuperarse la propia artista del Covid19 que sufrió el año 2020”, concluye Carrasco.

Para el teórico, el principal valor de una colección, como la de Salinas de la Piedra Humeres, tiene que ver con el discurso que subyace a la reunión de obras. El coleccionista busca transformar el caos en un cosmos organizado.

”Juan Eduardo Salinas ha tenido un reconocido ojo para lograr el encuentro, pleno de sentido, de una máquina de coser y un paraguas en una mesa de disección, para recordar la célebre paradoja surrealista, propiciando el encuentro caprichoso y poético de dos creadores aparentemente distantes; pero que reunidos en el recinto acotado de la colección, generan diálogos inesperados y plenos de significados”.

La exposición se extenderá entre el 6 de agosto al 25 de septiembre 2022 en el Centro Cultural Las Condes (Avda. Apoquindo 6570 )  de martes a domingo, 10:30 a 14:00 y 15:00 a 19:00 horas

La entrada es liberada con Pase de Movilidad habilitado mayores de 12 años. 

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