Ester Molina y Miguel Cancino, detectives privados, transitan por cinco de estos relatos investigando misterios aparentemente inofensivos, pero que a poco andar se convierten en catalizadores de situaciones latentes y perturbadoras.
En los cinco cuentos restantes, como si fuera una continuación de las narraciones anteriores, se presentan secretos de la cotidianeidad, los que expresan la silenciosa tensión del malestar, que han de convertir en la antesala de una debacle.
Noches silenciosas en pleno toque de queda por la pandemia, casas aisladas con
anfitriones desconcertantes en el Cajón del Maipo y el sur de Chile, viajes
eternos en una Honda 125, personajes enigmáticos y fríos como glaciares,
brujerías que se camuflan en lo cotidiano son las circunstancias que se
despliegan por Providencia, Santiago Centro, el Cajón del Maipo, Quinta Normal,
Estación Central y Peñalolén.
Profesoras, escritoras, jóvenes
anarquistas, madres y hombres en situación de calle, de manera lúcida e
impotente, permanecen en una ciudad indiferente y enigmática.
Julia Guzmán Watine (1975, Viña del Mar)
estudió Letras y Pedagogía en Castellano en la Universidad Católica de Chile y
es Magíster en Literatura Latinoamericana y Chilena de la Universidad de
Santiago de Chile. Publicó las novelas Juegos de villanos (Vicio Impune, 2018)
y La conjura de los neuróticos obsesivos, (Editorial Espora– Rhinoceros, 2021).
También participó en la compilación de relatos negros Santiago canalla
(Editorial Espora – Rhinoceros). Forma parte del comité editorial de Trazas
Negras, revista dedicada a cuentos y escritos fantásticos, negros y de ciencia
ficción.
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