A Antonio Vivaldi (1678-1741) le decían “El Cura Rojo”. Llamaba la atención por el color de su cabello y también por la singular forma de llevar su condición de sacerdote.
Decía que no podía
afrontar el esfuerzo de oficiar misas y tenía mala salud, pero tocaba el violín
con particular ímpetu y viajaba largas distancias para el estreno de sus
óperas.
Con alma de empresario, dirigió un teatro e hizo negocios con las mejores imprentas para editar su cuantiosa obra, que era plagiada sin escrúpulos.
Al mismo tiempo, era acompañado por las hermanas
Paolina y Anna Girò, que lo cuidaban y atendían. La segunda era una también una
contralto a quien destinó los mejores papeles de sus óperas.
Vivaldi fue un personaje y conoció la
fama, pero murió pobre y lejos de su natal Venecia. Hoy es considerado
como uno de los compositores más célebres de la música de tradición escrita y
una aproximación a esa vida cinematográfica y singular talento será el
primer programa de la temporada 2024 de Syntagma Musicum Usach, el grupo
de música antigua de la Universidad de Santiago.
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“Es un compositor importantísimo. Su
personalidad y trabajo tuvieron muchísima influencia en lo que vino después”,
enfatiza el clavecinista Jaime Carter, quien asumió la dirección
de Syntagma Musicum Usach a partir de esta temporada. “El mismo Johann Sebastian Bach aprendió
de él, porque le llegaban manuscritos y hacía el ejercicio de transcribirlos
para teclado.
Tuvo ahí una verdadera escuela y absorbió
esa influencia italiana que fue imperante en Europa. Era una lógica muy clara y
las otras regiones se adecuaron a lo que proponían los compositores italianos”.
Jaime Carter agrega que el también autor de Las cuatro
estaciones “fue uno de los fundadores del concierto barroco y un
compositor muy amplio, con cientos de obras para distintas agrupaciones
instrumentales. Además, fue muy importante para el desarrollo de la sonata y en
la ópera, que cumplía un rol clave en la Venecia de ese tiempo”.
Una síntesis de ese amplio catálogo
musical ofrecerá Syntagma Musicum Usach, con un programa que considera
siete obras creadas por Vivaldi en diferentes etapas de su vida: dos
conciertos, dos sonatas y tres piezas vocales.
Algunas de ellas son bien conocidas, como
el Concierto para laúd o la Sonata Nº 12, que al mismo tiempo es
una cita al tradicional tema de la “Follía” y un homenaje a Arcangelo Corelli,
que ya lo había utilizado en sus propias sonatas. Otras son menos habituales en
las programaciones, como la Sonata Nº 5 para cello y bajo continuo o
las arias de las óperas Arsilda, regina di Ponto y La verità in
cimento, escasamente representadas en la actualidad.
“Queremos explicar que Vivaldi fue redescubierto a partir del siglo
XX. No es que antes fuera un desconocido, pero no se valoraba como ahora”,
señala Jaime Carter. “Era un compositor importante, que había hecho mucho
en su tiempo, pero de segunda línea.
Ese va a ser uno de los puntos del
concierto: explicar que él no tuvo la suerte de otros compositores como Georg
Friedrich Haendel, por ejemplo, que siempre ha sido célebre y famoso, desde que
estaba vivo”.
Vivaldi, el corazón del Barroco será el primer programa de la temporada 2024 de Syntagma Musicum Usach, que se
extenderá hasta enero del próximo año y también incluye repertorio español,
americano, inglés, además de una versión de cámara de El Mesías de Haendel.
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