viernes, 15 de marzo de 2024

Establecen alianza clave para la observación científica y gestión sostenible de los recursos marinos en la Antártica

Alejandro Mazzei, Gino Liche y la Dra.
Lorena Rebolledo (INACH)
 Alejandro Mazzei del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero de Argentina (INIDEP) y Gino Liche del Instituto de Fomento Pesquero de Chile (IFOP) desempeñaron un rol relevante como observadores científicos a bordo del buque Puerto Ballena de la empresa PescaChile en el mar de Ross, Antártica.

Ambos fueron capacitados por el Instituto Antártico Chileno (INACH) en las medidas de conservación y en el esquema de observación científica de la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA). 

Chile tiene una serie de memorándums de entendimiento con otros países y acuerdos con instituciones nacionales como IFOP para el intercambio de observadores científicos. Gracias a estos acuerdos es posible contar con profesionales calificados de vasta experiencia en sus respectivos países que son capacitados en la observación científica de la CCRVMA antes de su embarque. 

La labor de Mazzei y Liche consistió principalmente en la recolección de datos biológicos de la austromerluza antártica como mediciones de longitud, peso, sexo y niveles de madurez sexual y marcaje de los individuos capturados.

Además, observaron la fauna acompañante secundaria (bycatch) identificando especies de peces antárticos como el granadero, draco y moi. También hicieron un recuento de los organismos marinos vulnerables, especies de vida lenta como corales y esponjas.

Estas actividades proporcionan información valiosa sobre cómo se realiza la actividad pesquera, la que debe seguir las directrices de la CCRVMA en aguas antárticas, contribuyendo así a los esfuerzos de conservación y gestión sostenible de los recursos marinos.

"La formación recibida por parte de INACH fue fundamental para llevar a cabo nuestra labor de observadores en el mar de Ross. Nos proporcionó las herramientas y el conocimiento necesarios en las medidas de conservación para realizar la observación científica con confianza y profesionalismo”, señala Gino Liche.

Ambos observadores se embarcaron el 10 de noviembre desde Punta Arenas, a bordo del buque Puerto Ballena, enfrentando desafíos climáticos y técnicos mientras navegaban hacia el mar de Ross (distante a 20 días de navegación desde Punta Arenas).

Pesaje de Bacalao antártico.
Mar de Ross
Durante tres meses, su dedicación y compromiso se reflejaron en la meticulosa recopilación de datos biológicos. "Fue una experiencia única", compartió Gino Liche, mientras que Alejandro Mazzei agregó: “a pesar de los desafíos, estamos orgullosos de haber contribuido al estudio y conservación de este ecosistema único”.

Concluyeron su trabajo a mediados de febrero de este año, quedando con una experiencia invaluable en lo que significa la labor de la investigación científica en la región antártica.

La colaboración entre el INACH y organismos técnicos como IFOP e INIDEP permite garantizar la calidad y precisión en la recolección de datos, fortaleciendo así los esfuerzos de investigación y gestión sostenible en el Continente Blanco. 

La Dra. Lorena Rebolledo, investigadora del Departamento Científico del INACH, oceanógrafa y coordinadora técnica nacional ante la CCRVMA, es encargada de las capacitaciones a observadores científicos, señala que toda embarcación que realice faenas de pesca en aguas antárticas debe incluir a bordo, al menos, una observadora u observador científico.

En el caso de la pesquería de austromerluza, la medida de conservación señala que debe tener a bordo uno nacional y otro internacional. Se les enseña sobre la historia de la CCRVMA, las funciones de la observación científica, medidas de conservación vigentes y metodología de muestreo de peces antárticos, aves y mamíferos marinos.

“Estos cursos capacitan a los nuevos observadores científicos en las medidas de conservación acordadas por CCRVMA para las pesquerías antárticas. Son fundamentales para el éxito de las observaciones científicas independientes que se realizan en buques pesqueros en aguas antárticas”, afirma Rebolledo.

Lo anterior se desarrolla en el contexto del Sistema de Observación Científica Internacional que impulsa la CCRVMA, una de las medidas más exitosas y reconocidas implementadas por la Comisión.

Tareas y desafíos de la observación científica

En el mar de Ross, las condiciones climáticas son desafiantes, con abundante presencia de hielo marino, que no detuvieron el acucioso trabajo de marcaje de los ejemplares de austro merluza antártica, que pesaban entre los 40 y 120 kilos y que pueden llegar a medir 2,20 metros. 

La actividad de marcaje y recaptura de peces es crucial para conocer los datos biológicos de los peces, tasas de crecimiento, historia de vida y las migraciones realizadas. 

Por lo mismo, el proceso de marcaje implicó una serie de pasos precisos y cuidadosos. Primero, se extrajeron los ejemplares del agua utilizando un bichero especial que minimizaba el riesgo de dañar al pez. Una vez en cubierta, los observadores evaluaron la condición física del pez, verificando si tenía anzuelos incrustados o lesiones.

Luego, se procedió a medir y pesar el ejemplar antes de realizar el marcaje propiamente dicho. “Lo medimos, lo marcamos y lo dejamos en la pileta de aclimatación”, explicó Mazzei. En esta etapa, los peces se mantuvieron en un área especialmente designada en el barco mientras se evaluaba su estado fisiológico.

Si se determinaba que estaban en condiciones adecuadas para la liberación, se los devolvía al océano a través de una rampa especialmente habilitada para esta actividad. 

Este proceso aseguró que los datos obtenidos durante el marcaje fueran precisos y de calidad y que los ejemplares marcados pudieran regresar a su hábitat natural con el menor impacto posible. 

En esta campaña se marcaron 58 ejemplares de austromerluza antártica y se recuperaron un total de 11 marcas y una marca de raya de Eaton en la subarea 88.1. Estos datos son de suma importancia por la información biológica que proporcionan a la CCRVMA.

Durante su travesía, los observadores científicos se enfrentaron a una serie de desafíos que pusieron a prueba su dedicación y profesionalismo, desde la presencia imponente del hielo marino hasta situaciones inesperadas como el traslado de un tripulante con una emergencia médica a Nueva Zelandia.

De acuerdo con Alejandro Mazzei, “hubo días en los que nos vimos limitados por las condiciones climáticas adversas e incluso debimos detener temporalmente nuestras operaciones de pesca”. 

Una vez finalizada la pesca y cuando regresan al continente, los observadores deben reunir todos los datos recolectados durante esos tres meses y presentar un informe a la secretaría de la CCRVMA.

Puerto Ballena. Pesca Chile
 Para lograr esto último, la Secretaría desarrolló un Manual del Observador Científico y planillas de informe de la campaña que contiene un conjunto de directrices que son de apoyo para que los profesionales puedan realizar su tarea de la mejor manera. 

El INACH es un organismo técnico del Ministerio de Relaciones Exteriores con plena autonomía en todo lo relacionado con asuntos antárticos de carácter científico, tecnológico y de difusión.

El INACH cumple con la Política Antártica Nacional incentivando el desarrollo de la investigación de excelencia, participando efectivamente en el Sistema del Tratado Antártico y foros relacionados, fortaleciendo a Magallanes como puerta de entrada al Continente Blanco y realizando acciones de divulgación del conocimiento antártico en la ciudadanía.

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