Los materiales culturales provienen de varios sitios
arqueológicos ubicados en las inmediaciones del Cerro Las Tórtolas, comuna de
Colina, específicamente de la quebrada Carmen Alto, situada a 30 kilómetros al
norte de la ciudad de Santiago.
Cristian Becker, Curador Jefe y Jefe Científico del
MNHN, comentó que “la importancia para el Museo de esta colección radica en la
sistematicidad con que fue excavada y documentada, siguiendo los estrictos
protocolos de la investigación arqueológica. Son restos culturales de diez
sitios patrimoniales que dan cuenta de la actividad humada pasada. Temporalmente estamos hablando de finales del período Arcaico y posterior
Período Alfarero Temprano, es decir más de 3.000 años de antigüedad».
Por su parte, Eduardo Loo, Gerente de Medio Ambiente
de Los Bronces, señaló que «para Anglo American esta instancia es muy
importante, pues estamos cerrando un ciclo.
“Las actividades fueron mucho más allá de rescatar y
poner a disposición del Museo y los científicos esta importante colección.
También se desarrolló educación ambiental con las comunidades locales, se
publicaron videos educativos y varios libros al respecto, y se realizó un
taller internacional sobre las piedras tacitas», señaló Loo.
Las piedras tacitas son reconocidas como horadaciones
inconclusas sobre afloraciones rocosas o racas de gran tamaño que son fijas. En
otros países son llamados "morteros comunitarios", que más que un
nombre es una descripción, tal como lo es "piedra tacita" o
"piedra con tacita" o "piedra con tacitas", nombres que
hacen referencia a su capacidad como contenedor.
La funcionalidad más obvia, es la molienda de
semillas, también da pie a generar una interpretación religiosa, por lo vital
que significaba contar con los alimentos o semillas para moler. No es casual,
que las "piedras tacitas" surgen cuando se extingue la fauna
pleistocenica y se modifican los hábitos alimenticios humanos, propiciando el
mayor consumo de semillas y granos.
Las piedras tacitas existen no sólo en Chile, sino que
también pueden ser observadas algunas muy parecidas en México, Perú, Argentina,
en el Desierto de Sonora, en Arizona y California y en países de Europa y Asia,
han aparecido rocas trabajada de manera similar.
En la Zona Central de Chile, se las halla con mayor
abundancia y variedad que en otras partes del país, sin embargo, se puede
presumir con cierto fundamento que la cultura que las fabricó vivía en esta
parte del territorio y que la aparición de piedras tacitas dispersas en otras
partes del territorio, es sólo una evidencia de su paso transitorio por ellos.
Si esto es así, la cantidad de ellas en el Cerro Blanco habla entonces de un
antiguo asentamiento, de importancia central.
Como se ha dicho, no hay acuerdo sobre la utilidad que
tendrían originalmente estas piedras. A la teoría de la captación de aguas o de
reflejos de las estrellas sobre sus pozas durante las noches, se suman otras
como la de servir como morteros de molienda y, en el caso de las más grandes,
ser útiles en sacrificios rituales o en ceremonias sacramentales.