Premiada en 2020 con el
Sello de Excelencia a la Artesanía que otorgan el Ministerio de las
Culturas, las Artes y el Patrimonio y la Pontificia Universidad Católica de
Chile, con el patrocinio de la Unesco, Raquel expondrá en la muestra dos
trabajos recientes: “Caicai y Ten Ten”, mitológicas serpientes del mar y la
tierra, respectivamente, que en su titánica lucha crearon la geografía del
Archipiélago de Chiloé, y “Piures”, obra que refleja la naturaleza del fondo
marino.
En el stand de Chile
en Révélations también se exhibirán las creaciones de otros cuatro destacados
cultores nacionales: Egon Muñoz, artesano en madera de Pucón, también usuario
de INDAP; Rita Soto, con joyería en crin de caballo; Juan Carlos Orellana,
artesano en cobre, y Soledad Christie Browne, ceramista.
La curatoría y selección de los expositores estuvo a cargo del comisario francés Romain Juilha y la directora del Museo de Arte Popular Americano Tomás Lago, Nury González.
Raquel Aguilar vive en el
sector Yaldad junto a sus padres, su esposo Cristian Pizarro, sus mascotas y su
universo. El grupo familiar se dedica al cultivo de acelgas, papas y ajos
chilotes y también a la recolección de choritos.
La artesana partió en forma
autodidacta trabajando la lana, luego siguió con fibras vegetales como ñocha,
manila y junquillo y hoy se dedica por completo a la quilineja, tejiendo
figuras del imaginario chilote llenas de poesía: flores, aves, caracolas,
ballenas y seres mitológicos.
“Me enamoré de esta
enredadera leñosa porque es noble, bella y oculta, no se humedece ni se
decolora.
Es difícil de tejer y
también de encontrar porque crece en los bosques antiguos, trepando por la
corteza de la luma, el laurel, la tepa y el canelo. Mi trabajo, al igual que la
quilineja, nace desde lo más profundo”, dice Raquel.
En París |
La fibra –las raíces aéreas de la enredadera– la comienza a tejer de inmediato para aprovechar su flexibilidad, labor que realiza completamente a mano. En verano trabaja en una pieza-taller y en invierno, en la cocina cerca del fuego.
A su llegada a París este miércoles –es la primera vez que viaja fuera del país–, Raquel dijo estar muy feliz de representar a los artesanos nacionales y a Chiloé y agradeció la oportunidad de “poder ampliar mis horizontes y abrir mi mente, a cosas nuevas y a la belleza de esta ciudad tan bonita.Mi presencia acá es un
homenaje a mis ancestros, que traspasaron de generación en generación el tejido
de una noble fibra”.
La presencia en París de esta artesana chilota es resultado de una acción conjunta implementada por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio; la División de las Culturas, las Artes, el Patrimonio y Diplomacia Pública (DIRAC) y ProChile del Ministerio de Relaciones Exteriores, junto con la Embajada de Chile en Francia.
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