Esta muestra ha sido creada por Milena Rojas, nieta de la artista y curadora de la Colección Violeta Parra de la PUC; junto con Manuel Gárate, académico de Historia de esa casa de estudios.
Los viajes marcan la vida de las personas y las transforman. Esta fue la experiencia de Violeta Parra entre 1955 y 1965; sobre todo en Europa, pero también en sus innumerables recorridos a lo largo y ancho de Chile.
Violeta recorrió y residió en la Europa de la Guerra Fría entre 1955 y 1956, y posteriormente entre 1962 y 1965. En el intertanto vivió en la pampa argentina, conoció sus costumbres y tradiciones; cantó y grabó en Buenos Aires antes de cruzar el Atlántico para retornar a Europa en 1962.
Visitó la URSS y otros países del bloque
socialista y quedó asombrada con lo que vio. Aun así, eligió París y Ginebra
como lugares de residencia, aunque sin jamás perder contacto con su país, su
gente y su cultura.
Los dos viajes al viejo continente fueron la consecuencia de invitaciones para participar en los Festivales de la Juventud y los Estudiantes por la Paz de Varsovia (1955) y de Helsinki (1962); ambas instancias organizadas por los Partidos Comunistas de la Europa del Este.
Durante el segundo viaje estuvo acompañada de sus hijos Isabel, Ángel, Carmen Luisa y su nieta Tita, además del antropólogo y músico suizo Gilbert Favre.
Durante estos viajes pudo mostrar su arte musical, poético y plástico a distintos públicos, pero también su obra adoptó una posición de denuncia y defensa de los marginados y oprimidos de la Tierra.
También fue la primera mujer latinoamericana en exponer su trabajo en el Museo de Artes Decorativas del Louvre de París en 1964, con una muestra dedicada íntegramente a su obra plástica.
Esta exposición quiere dar cuenta, a
través de valioso material de archivo, de los viajes de Violeta Parra por el
Viejo Continente y de cómo evolucionó su arte para posteriormente regresar a un
Chile en plena ebullición política, social y cultural.
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