La
exposición internacional VIVIAN MAIER. SELF PORTRAITS se inauguró el jueves 4
de octubre recién pasado en el Centro Cultural Las Condes (Av. Apoquindo 6570)
y permanecerá abierta al
público hasta el 2 de diciembre. La entrada es liberada.
Se trata de 83 obras en blanco y
negro y color, seleccionadas especialmente para esta muestra, con la
colaboración de la prestigiosa Howard Greenberg Gallery NY y la curaduría
internacional de Anne Morin.
No se trata de autorretratos
clásicos en los que un autor posa frente a la cámara, sino de un sinfín de
variantes en las que la fotógrafa aparece de la forma más sutil posible,
incluso dejando sólo su sombra.
La presente exposición –que se
complementa con talleres, concursos y charlas- demuestra por qué los
autorretratos de Vivian Maier se constituyen en un género en sí mismo y
expresan a todas luces la compleja personalidad de la autora.
En 2015 la Corporación Cultural de
Las Condes presentó a la recién descubierta fotógrafa norteamericana Vivian
Maier (1926-2009), una niñera que por décadas trabajó en Nueva York y Chicago y
en paralelo realizó una impresionante obra fotográfica.
Su descubrimiento fue considerado
uno de los mayores hallazgos artísticos del último tiempo y la exhibición de
sus trabajos convocó a millares de personas en todo el mundo. Chile no fue la
excepción: la muestra en el Centro Cultural Las Condes tuvo un éxito de público
sin precedentes y se constituyó en una de las exposiciones más vistas del año.
En aquella oportunidad llamó la atención la cantidad de
autorretratos y la forma cómo la autora asumía este tipo de fotografía, lo que
impulsó a la Corporación Cultural de Las Condes a investigar sobre el tema.
Junto a la gestora Verónica Besnier propone,
entonces una nueva muestra constituida sólo
por las imágenes en que Vivian Maier se mira sí misma.
Anne
Morin señala que “…el interés de Vivian Maier por el autorretrato se asemeja a
una búsqueda frenética y desesperada de su propia identidad. Condenada a la
invisibilidad, a una suerte de inexistencia por su condición y estatus social,
produce muy discreta y silenciosamente la prueba irrefutable de su presencia en
este mundo, donde ella parece no tener cabida”.
Y agrega: “Los reflejos de su
rostro en un espejo, su obra en la obra y después su sombra que se expande en
el suelo, o el contorno de su figura, cada autorretrato de Vivian Maier es una
reafirmación de su presencia en ese lugar, en aquel instante”.
La historia de Vivian Maier es
sorprendente. Nacida en Nueva York, de madre francesa y padre austro-húngaro,
dividió su tiempo entre Francia y Estados Unidos hasta que en 1956 se instaló
en Chicago, donde se desempeñó como niñera por más de cuatro décadas.
Con una cámara colgada al cuello
siempre que salía a la calle, tomó obsesivamente fotografías, las que nunca
mostró a nadie. Fue un trabajo silencioso y anónimo.
Llegó a juntar 100 mil negativos,
además de 700 rollos en color y 2000 en blanco y negro sin revelar. Su obra
fotográfica salió a la luz pública recién en forma póstuma, luego de ser
descubierta casualmente por el joven investigador John Maloof.
En el invierno de 2007, interesado
en el patrimonio de su Chicago natal, Maloof subastó una caja de negativos por
380 dólares. Buscando fotografías, se encontró con un verdadero tesoro,
producido por un ser fuera de toda escala.
Al revisar la caja y comprender lo
que tenía entre manos, Maloof investigó quién era la persona tras la cámara, un
nombre desconocido en ese entonces, Vivian Maier y recién en 2009, un obituario
trajo la respuesta y también muchas nuevas preguntas.
La desbordante pasión por la
fotografía sitúa en nuestros días a Vivian Maier en el podio de los más grandes
fotógrafos emblemáticos de la Street Photography y un hito en la Historia de
este arte junto a Diane Arbus, Robert Frank, Helen Levitt o Garry Winogrand.
Información detallada en www.culturallascondes.cl
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