El desierto como territorio histórico de
la memoria de nuestro país, es el núcleo que articula las diferentes capas o estratos
temporales que se cruzan en la acción dramática del montaje como son el mundo
aymara, la guerra del Pacífico, la industrialización de las salitreras, los
desaparecidos del 73 y toda la carga historiográfica y simbólica que portan
esos hitos de la memoria colectiva.
Los protagonistas, una pareja humilde de
desterrados, despojados, migrantes en su propia tierra, arrastrados al borde
del desamor, por el abandono y la miseria de años, se encuentran en la
encrucijada distintos momentos de la memoria histórica de Chile, atravesando y
cruzándose, en las diferentes capas de tiempo, con los fantasmas de múltiples
pasados.
A través del
elenco, formado por Miguel Ángel Araya Díaz, Loreto Cartes Albial, Joaquín Olave
González, Ariel Osorio Inostroza, Camilo Romero Rojas, Natalia de la Paz Pino,
Martina Lobo Provoste, Aldo Parodi González y acompañados por la cantante
lírica Bernardita Sáez Villarroel, la obra busca mostrar, desde una mirada
contemporánea y contingente, el conflicto de los personajes desterrados y
perdidos, buscando un lugar que ya no existe, más que en sus recuerdos.
El montaje propone una estética con una
profunda caracterización de cada personaje, construyendo un código de
movimiento escénico-actoral para cada uno, reforzado por un importante trabajo
kinésico y coreutico que precise los factores de tiempo, espacio y energía.
Sobre el proceso artístico del montaje,
Aldo Parodi comenta: “Radrigán siempre ha sido para nosotros, y esta no es la
primera vez que trabajamos alguna de sus obras, ha sido una reflexión en el
sentido que nos ha ayudado a comprendernos a nosotros mismos como somos y
también ha ayudado a entender el momento histórico en el que estamos viviendo,
en este trabajo especialmente Radrigán hace un mapa maravilloso para mi gusto,
muy completo de lo que es la historia chilena y como se mueve uno en ese mapa,
todo ocurre en un desierto, en nuestro desierto de atacama, al parecer como la
palabra lo dice, es algo que no tiene nada, algo que está devastado, algo donde
está la absoluta soledad, donde no crece nada.
Pero en los desiertos de Radrigán no es
así, si no que es todo lo contrario, en el desierto de Radrigán está la
historia de nuestro país, de nuestra idiosincrasia, de nuestros procesos
históricos, y en esos momentos que se van entretejiendo en este desierto, aparecen
los movimientos sindicales, aparecen las etnias, las antiguas etnias, que
cruzaban el desierto, que cruzaban chile, aparecen los trabajadores de las
salitreras etc., los hombres, los opresores y los oprimidos, los que se relevan
y todo en un marco litúrgico, donde la liturgia católica es una especie de
burocracia existencial, donde los personajes vagan”
“Islas de porfiado amor” es un proyecto
financiado por Fondart Regional de creación artística y se estrenará en el Parque
Cultural de Valparaíso, con funciones los días 31 de octubre, 01, 02 y 03 de noviembre
a las 19:30 hrs.
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