El martes 1 de abril se dio
inicio al Plan Especial de Titulación [PET] de la Escuela de Teatro de la
Universidad de Valparaíso. El objetivo de este programa es titular a artistas
de la región de Valparaíso que por mucho tiempo han ejercido el oficio del
teatro y que por diversas razones, de corte político y/o económico no pudieron
concluir su formación académica.
Marcela Inzunza, Coordinadora
del Plan Especial de Titulación, considera que “esta instancia es muy
significativa para nuestra Escuela, en este año además que cumplimos 20 años de
existencia.
Sabemos la importancia
simbólica que tiene esta iniciativa, estamos muy orgullosos de que la
institución lo haya entendido y apoyado y, celebramos dar inicio al PET en la
misma sala Juan Araya, que alguna vez, hace 20 años, vio reactivarse a nuestro
proyecto educativo, después de 30 años cerrada la Escuela de Teatro Universidad
de Chile sede Valparaíso a causa del golpe civil-militar”.
Claudio Marín, director de la
Escuela de Teatro UV, señala: “La profesora Myriam Espinoza solicitó a la
Escuela levantar este PET al interior del Consejo de Escuela. Se había
intentado abrir la instancia el año 2014 y se logra esta vez, donde la
Universidad de Valparaíso entiende que pasa a ser un acto reparatorio y de
reconocimiento a artistas que estudiaron principalmente en la Escuela Bertolt
Brecht y La Matriz, para poder titularse como actores y actrices por la Escuela
de Teatro de la Universidad de Valparaíso.
Este plan se dictará por única vez y estamos
muy contentos de que esté sucediendo”.
“El plan se reformula de la
mano de la profesora Marcia Martínez y Marcela Inzunza, quienes lo rediseñan.
Colaboran, además, la profesora Sibila Sotomayor, Lía Toro y Claudio Marin,
para poder impartir este importante Plan Especial de Titulación para nuestra
Escuela a artistas emblemáticos de la región, que por muchos años han ejercido
el oficio del teatro.
Para nosotros es un lujo que
estos artistas puedan estudiar en nuestra Escuela. Son actores y actrices que
por fin pueden regularizar su formación en términos académicos”.
Juan Carlos Ramos, actor,
docente, dramaturgo, fundador de la compañía de teatro El Baúl, se siente
“feliz, de mis varios años encima, de poder vivir este momento maravilloso,
poder vivir este PET, un tema que es muy necesario para nosotros los actores de
los años ‘90, donde veníamos saliendo de la dictadura y tuvimos que empezar de
cero, hacer públicos, crear, abrir salas, salir a la calle, buscar a la gente.
Todo ese trabajo, que lo
hicimos de buena voluntad, creo que podemos recoger los frutos y recibir esta
reparación, tener el título. Más que un reconocimiento, o algo para el ego, nos
sirve porque creemos que podemos hacer muchas más cosas”.
Vilma Pérez, actriz e
instructora de yoga, comenta: “para mí este PET es algo increíble, maravilloso.
Yo creo que estamos todos muy emocionados, sentimos que va a ser un
enriquecimiento. Todos tenemos tanta experiencia y cosas que entregar, esto nos
va a abrir puertas.
Lamentablemente en este país
es muy importante tener el título, si bien todos tenemos trayectoria y
currículum, no tenemos título y este proceso es sumamente reparador”.
Verónica Márquez, egresada de
la Carrera de Teatro del Instituto Superior de Arte y Cultura Bertotl Brecht y fundadora
de Teatro El Baúl, destaca “los 32 años de trayectoria ininterrumpida que
tiene la compañía, con varios montajes para adultos y público familiar.
El PET es como cumplir con un
sueño que teníamos, nos faltaba esto que es tan importante, recibir un título.
Es un reconocimiento a todo lo que tú más amas, para lo que te has preparado,
por lo que luchas día a día, para mantenerlo a flote, porque cuesta, nuestro
oficio es, diría yo, casi un apostolado realmente, no es muy buen remunerado a
veces, pero estamos siempre luchando para lograrlo de alguna manera.
Estamos felices de que la Universidad de
Valparaíso permita esta instancia, para realizarnos con este sueño”.
Sandra Lema Ruiz, actriz,
murguista y gestora cultural comunitaria, es “egresada de la Escuela
Teatro Imagen de Gustavo Meza en el año ‘96, y es una Escuela que no tiene
reconocimiento estatal, así como Bertolt Brecht acá, o La Matriz.
Llegué a Valparaíso el año 2002. Esta
instancia para mí, es tremendamente hermosa, simbólica, ritual, tiene ese
soporte de poder cerrar un ciclo, tener un respaldo institucional también
aporta al trabajo diario. Es muy significativo, considerando también todas las
posibilidades que puede generar en términos profesionales”.