Una red global de AMP grandes y
estratégicamente ubicadas aumentaría la protección de los océanos, al tiempo
que aumentaría la producción pesquera y serviría como una herramienta
importante en la política de adaptación climática.
¿Qué son las áreas marinas protegidas y
cómo funcionan?
La disminución global de la salud de los
océanos requiere enfoques nuevos e innovadores para conservar los ecosistemas
marinos.
Las áreas marinas protegidas (AMP) son una
herramienta central para la conservación de los océanos y se ha demostrado que
son un medio altamente efectivo para salvaguardar la biodiversidad y gestionar
la pesca, al tiempo que restauran y preservan la función general del
ecosistema.
Las AMP son definidas por la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como un espacio
geográfico claramente determinado, que es reconocido, dedicado y administrado a
través de medios legales u otros medios efectivos para lograr la conservación
de la naturaleza a largo plazo, junto con sus servicios ecosistémicos asociados
y valores culturales.
Al proteger las poblaciones, los hábitats
y los ecosistemas dentro de sus fronteras, las AMP crean un refugio espacial
para todo el sistema ecológico que contienen y proporcionan un poderoso
amortiguador contra la variabilidad natural, la incertidumbre y el cambio
climático.
Las AMP pueden beneficiar a las pesquerías
adyacentes con la protección de individuos desovantes de gran tamaño y por
medio del desbordamiento (spillover) de adultos y propágulos hacia áreas de pesca.
Al permitir que las especies crezcan y desarrollen su potencial reproductivo
completo dentro de una AMP, esta puede servir como fuente de larvas que pueden
repoblar esa misma área, así como exportar larvas a áreas adyacentes abiertas a
la pesca.
El spillover de adultos ocurre cuando las
altas densidades de población dentro de las AMP resultan en un movimiento neto
de individuos hacia áreas cercanas. Esta emigración denso-dependiente puede
mejorar las poblaciones de peces adyacentes, pero también puede disminuir el
potencial reproductivo de la propia AMP si el área protegida es demasiado
pequeña y los rangos de movimiento (territorio) de los organismos se extienden
a las áreas de pesca donde pueden ser capturados.
Para mantener poblaciones saludables de
especies pesqueras seleccionadas, las reservas marinas deben ser mayores que
los rangos de movimiento (territorio) de las especies de interés; sin embargo,
aumentar el tamaño de la AMP a menudo conlleva costos socio-económicos
significativos que impiden la implementación de estas áreas.
Existen innumerables tipos de AMP con
variados objetivos y expectativas. La mayoría de las AMP incluyen una variedad
de esquemas de zonificación y administración, que van desde zonas individuales
a zonas múltiples y desde áreas sin captura hasta áreas de uso múltiple.
Se ha demostrado que las áreas
completamente protegidas tienen beneficios de conservación mucho mayores en
comparación con las áreas bajo niveles menores de protección, aunque las áreas
de manejo local y las áreas que permiten usos específicos pueden ser efectivas
en ciertas situaciones.
El éxito de una AMP en el cumplimiento de
los objetivos de conservar la biodiversidad y mejorar la pesca depende del
nivel de cumplimiento y aceptación de las personas que usan el recurso.
El impacto de las redes de AMP
Una red de AMP consiste en una serie de
áreas protegidas que están conectadas por dispersión larval o movimiento de
individuos jóvenes y adultos. Al reunir los beneficios de múltiples AMP, las
redes obtienen más beneficios que los que lograrían en forma separada, al
minimizar los posibles impactos negativos en el ámbito económico, social y
cultural de una sola gran AMP, a la vez que producen rendimientos ecológicos y
económicos similares o incluso mayores en la pesca realizada fuera de la AMP.
Las redes de AMP tienen más posibilidades
de proteger todas las especies, etapas de vida y vínculos ecológicos si abarcan
porciones representativas de todos los tipos de hábitats ecológicamente
relevantes dentro de una región en una manera replicada.
Cada vez se está prestando más atención al
valor natural y cultural de los espacios oceánicos remotos y este
reconocimiento ha llevado a la designación de AMP a gran escala (≥ 100.000
km2).
Estas LSMPA (Large-Scale MPAs) ofrecen
beneficios que no se pueden obtener a escalas más pequeñas: principalmente la
capacidad de proteger ecosistemas enteros y hábitats interdependientes para que
los ecosistemas biológicamente conectados puedan incluirse dentro de la misma
área de manejo.
Las LSMPA protegen una mayor cantidad y
diversidad de hábitats, así como hábitats y procesos críticos que ayudan a
mantener la integridad del ecosistema, proporcionando protección para una gama
más amplia de especies y amortiguando fluctuaciones ambientales y
perturbaciones a gran escala.
Además, las LSMPA protegen directamente
especies altamente móviles como atunes, peces vela o espada, tiburones y otras
especies de interés pesquero, así como tortugas marinas, mamíferos marinos,
aves marinas y otras especies pelágicas, que se atrapan como captura secundaria
en algunas pesquerías.
El Parque Marino de la Gran Barrera de
Coral de Australia, fundado en 1975 y que abarca 344.000 km2 aproximadamente,
fue la primera LSMPA del mundo. Hoy en día hay 58 LSMPA, que suman más de 23
millones de km2.
Estado actual de la protección marina
mundial
La evaluación del progreso hacia los
objetivos de conservación de los océanos varía considerablemente. El término
“AMP” se usa de manera bastante flexible, lo que destaca la necesidad de
métodos más transparentes para acceder a niveles precisos de protección marina.
A febrero de 2020, solo el 5,3 % de los
océanos del mundo están reconocidos como protegidos en AMP implementadas y
gestionadas activamente, y solo el 2,5 % del océano está en reservas altamente
protegidas (http://www.mpatlas.org/)
Se ha designado (pero no implementado) un
1,1 % adicional y se ha propuesto y comprometido un 1,5 %. A nivel mundial,
solo el 16 % de los países han cumplido sus objetivos de efectividad de manejo
(por ejemplo, más del 60 % de la cobertura de sus áreas protegidas ha sido
evaluada) y la mayoría no ha sido evaluada en absoluto.
En la actualidad hay >17.000 AMP
designadas en todo el mundo, con un tamaño medio de 2,4 km2 aproximadamente. En
suma, para que las AMP ofrezcan importantes beneficios de conservación y pesca,
deben ampliarse.
AMP en la Antártica
Reconociendo el valor de las AMP para
apoyar la salud del ecosistema, la Comisión para la Conservación de los
Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA) se convirtió en el primer organismo
internacional en comprometerse a crear una red de AMP. Aunque actualmente
existen varias pequeñas Zonas Antárticas Especialmente Protegidas (ZAEP), son
principalmente terrestres y solo unas pocas incluyen pequeños componentes
marinos.
En 2009, la CCRVMA estableció la primera
AMP en alta mar del mundo: el área Marina Protegida de la Plataforma Sur de las
Islas Orcadas del Sur, una región que abarca 94.000 km2 en el Atlántico sur.
En 2011, los miembros de la CCRVMA
acordaron un marco para crear una red de AMP e identificaron nueve dominios de
planificación. Con el establecimiento de la AMP de la región del mar de Ross en
2016, que cubre un área de 2,06 millones de km2, la CCRVMA ha dado el primer
paso necesario para crear una red de AMP, que preservaría la conectividad y
proporcionaría resiliencia para los muchos ecosistemas únicos del océano
Austral.
Las AMP no son una panacea para todos los
problemas del océano. Deben aplicarse junto con una gestión integrada y
holística para abordar cuestiones como la pesca incidental, la pesca no
sustentable y la pesca ilegal, no reglamentada y no declarada (IUU), la
contaminación, el desarrollo costero y el cambio climático.
Hacer cumplir las AMP, particularmente las
LSMPA, presenta muchos desafíos. Una solución prometedora ha sido el uso del
rastreo satelital para visualizar el tráfico de embarcaciones, identificar la
potencial pesca ilegal y la aplicación de la legislación a los infractores.
Además, los nuevos acuerdos
internacionales, como las medidas del Estado rector del puerto, impiden que los
buques dedicados a la pesca IUU utilicen los puertos y desembarquen sus
capturas.
La Convención de las Naciones Unidas sobre
la Diversidad Biológica propone adoptar nuevos objetivos para la conservación
de la biodiversidad hasta 2030. Con este fin, la Campaña por la Naturaleza, una
coalición de más de 100 organizaciones conservacionistas de todo el mundo, hace
un llamado a los responsables políticos para que se comprometan a proteger, al
menos, el 30 % del planeta, tanto terrestre como marítimo, para 2030.
La salud de los océanos del mundo y del
planeta requiere una acción audaz para revertir la pérdida de biodiversidad,
para apoyar a la creciente población humana y para abordar el cambio climático.
La conservación de, al menos, el 30 % del océano puede ayudar a garantizar un
mundo sostenible en el futuro.
Artículo escrito por el Dr. Alan M.
Friedlander, National Geographic Society. Hawai'i Institute of Marine Biology,
University of Hawai'i