De la mano de “Implosión Lineal II” de la artista chilena, Liliana Iturriaga, Galería Animal reabre sus puertas al público, tras varios meses de cierre producto de la pandemia de Covid-19.
Junto con ser la culminación de un proceso de investigación - sobre la relación entre el círculo y la línea - que empezó hace más de una década, la muestra que presenta Liliana Iturriaga refleja la profunda dicotomía que, como sociedad e individuos, hemos debido enfrentar en un contexto marcado por el confinamiento, la distancia social y la incertidumbre en torno a una “nueva normalidad”.
En “Implosión Lineal II” se conjugan la expansión y contracción de las formas, develando paso a paso la transformación de las líneas, por medio de superposiciones, hasta llegar a la ruptura de la misma.
Es así como a través de un juego entre círculos y sombras, Liliana Iturriaga presenta una serie de obras en movimiento, capaces de disolverse e implosionar a ojos de sus espectadores.
Son estas transformaciones, inspiradas en el cinetismo, las que reflejan la expansión y contracción de la vida orgánica, social y cultural, que asumen formas sin predeterminación al punto de desaparecer e incluso desintegrarse.
Ya sea por azar o por una consecuencia lógica de la superposición y circulación de los elementos, la sinuosidad presente en cada obra de esta muestra provoca un movimiento capaz de hacernos transitar de la contención a la apertura.
Un recorrido vertiginoso similar a la dualidad cotidiana que ha marcado la pandemia en la vida de las personas. Libertad y encierro, dos ideas y conceptos antónimos, curiosamente capaces de fundirse en estos tiempos.
En “Implosión Lineal II”, Liliana Iturriaga propone un viaje a través de sus obras marcadas por la alteración y torsión de las formas; una manipulación tan extrema que puede llegar a la disolución, al colapso y a la desintegración lineal. Todo ante los ojos de un espectador que está invitado a interactuar e involucrarse con las múltiples dimensiones de cada obra.
Liliana Iturriaga, nació en Chile en 1965, vivió en Venezuela por más de treinta años, país donde comienza su cercanía visual con el cinetismo.
Realiza sus estudios de diseño en la ciudad de Caracas, complementado con talleres de Arte y Escultura. Regresa a Chile en el 2008, continuando su formación artística en el Taller de Serigrafía de la Escuela de Arte de la Universidad de Chile con el profesor Cristóbal Bouey en el año 2013.
Luego en 2014 cursa el Taller de Color del Diplomado de Arte de la Universidad Católica con el profesor Eduardo Vílchez, bajo las enseñanzas de la corriente del Bauhaus. Actualmente participa en el Diplomado de Historia de las Artes en la Pontificia Universidad Católica de Chile.
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