Siguiendo la reflexión de
Patricio Guzmán, los átomos son la materia del acto creativo y ellos están aquí
o un poco más allá, conviven a diario con nosotros, sueltos, desconectados;
pero en algún momento se nos hacen visibles con mayor nitidez, se juntan, se
ordenan y se configuran, para construir un relato que se ha de transformar en
una historia y allí está el ojo, el oído, la intuición y el trabajo del
creador.
Este libro ha sido concebido como un Manual en torno al proceso que sigue la realización de un documental.
No solo es un manual práctico, sino que es también la ruta por
la que transita el autor, desde cómo enfrentar esos pequeños “átomos dramáticos”,
es decir la realidad, hasta la mezcla final del sonido, y más.
El texto surge a partir de las
clases que Guzmán viene realizando desde 1983, lo que le ha permitido reflexionar en torno a su quehacer y compartir esa experiencia, la
que de algún modo siempre es algo nuevo, porque en ella no deja de experimentar, de
buscar la manera singular de comunicar. Y esta singularidad está asociada con el lugar
que el documentalista asume para crear:
«Mis ideas se apoyan en el
cine de autor, es decir, en los cineastas independientes. Nuestra
aspiración nace de la subjetividad. Fabricamos obras porque nos empuja una
visión poética del mundo. Somos libres y nos movemos en el ámbito del instinto».
Este Manual se expande más
allá de las orientaciones de cómo hacer cine-documental. Las secciones
Sinopsis, Artículos y Reseñas van a completar el cuadro; ellas dan cuenta
de una manera de analizar, de recordar, de mirar y ser en el mundo, de
pensar la realidad y el relato literario y visual. Es así como este libro
«habla del corazón de un filme y también habla de lo que hay más abajo:
los ladrillos, la materia, los átomos, los sonidos, que dan vida a una
obra».
Patricio Guzmán.
Es presidente y fundador del
Festival Documental de Santiago, Fidocs, y uno de los documentalistas
más destacados internacionalmente. Estudió en la Escuela Oficial de
Cinematografía en Madrid, se diplomó de director al año 1970. En
marzo de 1971 regresó en Chile, y al año siguiente estrenó su
primer largo documental, El primer año (en torno a los doce meses del
gobierno de Salvador Allende).
El cineasta francés Chris
Marker, que se encontraba de paso en Santiago cuando se estrenó el
filme, le ofreció mostrarlo en Francia y Bélgica.
En 1973, fue el mismo Chris
Marker (destacado director de cine francés) quien le proporcionó los
rollos para filmar La batalla de Chile, trilogía documental cuyo
rodaje se prolongó hasta el mismo 11 de septiembre de 1973.
Guzmán fue detenido y llevado
al Estadio Nacional en Santiago, que por esos meses fue ocupado
como centro de detención y tortura, donde permaneció durante
dos semanas. Abandonó Chile en noviembre de 1973.
Ha vivido en Cuba, España y
Francia, lugar donde actualmente reside. Patricio Guzmán, a lo largo
de todos estos años, no ha dejado de volver una y otra vez a Chile y
sus sueños, sus dolores, sus esperanzas. La mayoría de sus documentales
buscan una manera de leer y sentir este país insular, que no deja de
perseguir sus propios derroteros.
La obra de Patricio Guzmán ha sido reconocida y galardonada en los principales festivales internacionales, y por un amplio público a través del mundo. Varios de sus documentales han sido estrenados en Cannes con gran ovación.

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