Tradicionalmente el destino
que se visita es Quillagua, no obstante, este año se optó por la localidad del
Alto el Loa por su belleza y singularidad.
“Es un oasis muy especial, un
lugar situado en el medio del desierto que nos ofrece en un corto tiempo poder
experimentar observaciones astronómicas con especialistas en el campo, ir
descubriendo en la noche lo que significa estar tan cerca de cielos despejados
para observar las constelaciones.
Además, visitamos una de las iglesias más antiguas del mundo y sitios
arqueológicos”, expresó Dagmara Wyskiel, directora de Bienal SACO.
El día que llegaron, fueron
recibidos por Silvia Lisoni, profesora de Historia y Geografía, dueña del
observatorio PANIRI CAUR, quien los dirigió hasta sus dependencias para
encontrarse con Carlos Ramos quien realizó una charla de astronomía abordando
la forma en que los ancestros interpretaban el cielo y los significados de
figuras como la chakana, cheques, saywas y diversas constelaciones.
“Para nosotros siempre ha sido
esencial conectar de manera profunda a los artistas e invitados con nuestro
territorio (…) Nuestras inspiraciones, nuestro trabajo viene desde diversas
capas que ofrece la zonaque habitamos”, comentó Dagmara.
Al día siguiente, visitaron el
centro del pueblo, la iglesia de San Francisco de Chiu Chiu, considerada una de
las más antiguas de Chile. También estuvieron en el Pukará de Lasana, que
se emplaza a lo largo del cañón del río Loa con antiguas fortalezas,visitando
el museo y recibiendo una visita guiada a las antiguas fortalezas a cargo de
Silvia.
“Me encantó que Silvia (a través de
nuestra traductora Kousalya) nos contara la historia de los lugares que
visitamos, especialmente las ruinas de Lasana Pukara. Compartir las comidas y
las charlas en torno a la hoguera al acabar el día fue una forma maravillosa de
continuar las conversaciones con los demás artistas y los comisionados en un
entorno diferente, viviendo juntos una experiencia inolvidable”, explica Debbie
Fish (Nueva Zelanda), creadora de la obra Esponja de cristal.
Esta experiencia vivencial también
promueve la conexión del territorio con el mundo artístico, que Debbie sintió
al indicar que contempló el tiempo y el espacio de forma diferente a lo usual.
“En mi trabajo me interesa contemplar horizontes temporales largos, y
experimentar este lugar donde la gente vivía en comunidad hace miles de años
fue sobrecogedor.
Aunque todavía estoy procesando cómo se
manifestará esto en mi práctica artística, las extraordinarias vistas
expansivas y las diferentes combinaciones de colores del paisaje permanecerán
conmigo”.
Para Victoria Björk
(Islandia-Alemania), artista de Templanza, los colores, las formas, la
resiliencia de las plantas, los animales y los humanos, fue lo que más le llamó
la atención, sobre todo la calma que le hizo acordar a su hogar.
“Me impresionó la idea de estar a tanta
altitud, muy por encima del punto más alto de Islandia; me sentí más cerca del
sol, y mi piel definitivamente también lo sintió.
Con este viaje despedimos al jurado y a este grupo de artistas. Te recordamos que sus obras se encuentran disponibles para ser visitadas en el Muelle Histórico Melbourne Clark de Antofagasta en los horarios de lunes a domingo de 10 a 18 horas, de forma gratuita y hasta el 14 de septiembre.
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