Delegación nacional, integrada
por carpinteros de ribera y cultores tradicionales, participó en uno de los
encuentros patrimoniales más relevantes de Europa, a través de la navegación
de La Chilota, embarcación construida en el País Vasco y expresiones
culturales del sur de Chile.Cultores de Carpintería de Ribera de Chile
en el Encuentro de Embarcaciones
Tradicionales de Galicia
La reciente participación de
una delegación patrimonial chilena en el XVII Encuentro de Embarcaciones
Tradicionales de Galicia, realizado entre el 17 y el 20 de julio en la ciudad
de Ribeira en Galicia (España), marcó un hito no solo por ser la primera vez
que un país latinoamericano es invitado este evento, sino también por la
visibilización internacional de la carpintería de ribera y el patrimonio
marítimo de Chile.
El viaje, coordinado por el
Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (Serpat), a través de su Subdirección
de Patrimonio Cultural Inmaterial, permitió presentar en Europa una muestra
viva del oficio tradicional chileno, así como fortalecer vínculos con instituciones
culturales gallegas y del resto del continente.
Durante cuatro días, la
delegación —integrada por carpinteros de ribera, navegantes, gestores y
educadores provenientes de Biobío, Los Lagos, Aysén y Magallanes— representó a
Chile con actividades culturales, navegaciones, charlas técnicas y presentaciones
gastronómicas.
En el corazón del encuentro
estuvo La Chilota, una embarcación construida por carpinteros chilenos en
la Fundación Albaola (País Vasco), que navegó como embajadora del patrimonio
marítimo chileno en las costas gallegas.
La directora del Servicio
Nacional del Patrimonio Cultural, Nélida Pozo Kudo, destacó el impacto de esta
experiencia en la proyección del patrimonio inmaterial chileno: “La
participación de Chile en el Encuentro de Galicia es un testimonio de cómo la
colaboración y el reconocimiento de nuestras raíces culturales pueden
trascender fronteras. Estamos orgullosos del trabajo de nuestra delegación y
del impacto que su presencia tuvo en este prestigioso evento”.
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El carpintero Octavio Chiguay, navega en La Chilota surcando las aguas de Galicia. |
Logramos visibilizar nuestras políticas
públicas de salvaguardia, generando vínculos inéditos con Europa. Esta
experiencia no solo transformó a quienes participaron, sino que también
enriqueció nuestra política patrimonial”.
Emoción y saberes
que cruzaron el Atlántico
Los cultores que viajaron a
Galicia valoraron profundamente la experiencia, tanto desde lo profesional como
lo emocional. Para muchos, fue la primera vez que salían del país o navegaban
una embarcación tradicional en aguas extranjeras.
“Fue un viaje hermoso, lleno
de emociones. Hicimos lazos muy importantes entre compañeros. Es algo que jamás
olvidaré”, expresó José Diógenes Andrade, carpintero de Hualaihué.
“La experiencia fue muy
especial. Nunca había navegado en una embarcación como La Chilota. Fue
inolvidable”, señaló Daniel Barría, carpintero de San Juan, Chiloé.
“Lo más emocionante fue ver un
equipo dedicado, que da todo por nuestra bandera”, agregó Héctor Bustos,
carpintero de Lebu y presidente de su agrupación local.
Los integrantes de la
delegación valoraron el intercambio cultural, la acogida del público gallego, y
la oportunidad de compartir técnicas y conocimientos con asociaciones
internacionales de patrimonio marítimo.
Más que
navegación: identidad, pan y patrimonio compartido
Además de la navegación
de La Chilota, una embarcación construida en 2024 con técnicas
tradicionales chilenas, dentro de las actividades de la delegación destacó la
muestra “Chile marítimo y sus tradiciones”, un espacio interactivo con láminas,
audiovisuales, experimentos científicos para niños, nudos marineros, literatura
especializada y charlas de los propios cultores.
También fue ampliamente
valorada la actividad “Chile–Galicia: Unidos por el pan”, donde se prepararon
marraquetas —o pan batido— como símbolo de la panadería chilena de raíz
migrante. Con el apoyo de Molino Linderos S.A. y la Escuela Internacional
Artebianca, la degustación generó un espacio de encuentro entre culturas que
comparten tradición, trigo y memoria.
Además, se presentaron charlas
expositivas, se realizaron encuentros con la Asociación Gallega de Carpinteros
de Ribera (AGALCARI), y se concretó la extensión de la exposición fotográfica
“Chile Marítimo” hacia Portugal, en colaboración con la Confraria Ibérica do
Tejo.Delegación en su llegada a Chile
Proyecciones y
desafíos
El éxito de esta experiencia impulsó nuevos desafíos para los equipos técnicos y cultores participantes: desde la aplicación de aprendizajes en contextos locales hasta el fortalecimiento de la formación intergeneracional en carpintería de ribera. Asimismo, se proyectan nuevas instancias de cooperación internacional que permitirán continuar el trabajo iniciado en Galicia.
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