Estimado lector, usted sabe ¿qué podrían
tener en común Miguel Hidalgo y Costilla, Benito Juárez, Antonio José de Sucre,
Salvador Allende, José López Portillo, Víctor Raúl Haya de la Torre, Francisco
de Miranda, Simón Bolívar, Bernardo O´Higgins, Manuel Rodríguez, los hermanos
Carrera, José de San Martín, José Martí, Benito Juárez y José Garibaldi?
Lo que ellos tenían en común, a pesar de
la distancia de tiempo y lugar, es que todos pertenecieron a la masonería y
tuvieron un papel protagónico en la historia de sus países.
En el artículo Breve historia de la
masonería en Latinoamérica, escrito por Iván Herrera Michel, se estableces que
“a fines del siglo XVII, un pequeño rocío de logias inglesas y francesas,
se esparció sobre el hemisferio occidental sin mayor trascendencia para
Latinoamérica.
Pero, las gotas se hacen ríos a raíz de
las abdicaciones de Bayona de Fernando VII, la posterior insurrección contra
José Bonaparte y la aparición en España de las Juntas “de Gobierno”,
“Supremas”, “Revolucionarias” y “Provinciales”, así como de las “Cortes de
Cádiz”, entre 1808 y 1812.
A partir de allí, viajó al nuevo mundo un puñado
de masones, con la misión especial de promover “Gritos de Independencias”
que impidieran la circulación de bienes a la España bonapartista y
juraran lealtad al monarca Don Fernando VII.
De esta manera, se crearon entre 1808 y
1814 Juntas de Gobierno en los actuales países de México, Uruguay,
Bolivia, Ecuador, Venezuela, Colombia, Argentina, Chile, Paraguay, El Salvador
y Perú por “Comisionados Regios “, alguno de ellos masones, integradas
por miembros de una burguesía ilustrada y comercial mestiza local, que
aunque al principio no fueron separatistas, bebiendo de las mieles de una mayor
soberanía, buscaron la independencia total, para instaurar estados nacionales,
también a la manera de los que se concebían en el viejo continente,
encontrándose con la férrea oposición y el absolutismo de Fernando VII una vez
que recuperó el trono”.
Es en este contexto histórico, en el Erwin
Ramdohr escribe y sitúa la trama de los dos tomos de la novela “El secreto de
los próceres”.
En ellos, relata la historia de estos
compañeros que se reunían en el secreto de la noche, para proyectar las
acciones que terminaron por sacar a los españoles de Chile y que, además,
instalaron el fin de la Inquisición, la libertad de prensa, la educación laica,
la libertad de comercio, la abolición de la esclavitud y tantos otros
objetivos, que nacieron de los ideales libertarios de unos pocos compatriotas
ilustrados.
Por otra parte, a muchas generaciones de
chilenos, se les enseñó que solo Bernardo O´Higgins, José Miguel Carrera y
Manuel Rodríguez habían tenido un rol sobresaliente en el proceso
independentista y, por lo tanto, el resto era solo una comparsa en las sombras
de cuyas vidas, poco y nada se enseñaba.
Sin embargo, hubo otros actores que
contribuyeron de manera significativa al desarrollo del proceso emancipador.
José Antonio Rojas, Juan Antonio Ovalle, Juan Martínez de Rozas, José Gregorio
Argomedo, José Miguel Infante, Juan Egaña, Bernardo Vera y Pintado, Camilo
Henríquez, Gaspar Marín y tantos otros chilenos y extranjeros que, de manera
menos evidente, pusieron los cimientos de lo que hoy es la república chilena.
El relato de la novela, nos adentra,
justamente en lo que ha ocultado la historia oficial y que, por lo tanto, lo
que no se enseña en los colegios.
Nos entrega el secreto de los próceres que
era, su pertenencia a la Logia Lautaro y a pesar de la persecución que hacía la
Santa Inquisición de libros y de toda idea que contraviniera el orden
establecido, esos pocos hombres cultos de la pequeña sociedad chilena colonial,
tuvieron el espíritu libre y la visión para crear y perfeccionar una democracia
naciente.
Ellos, tuvieron que realizar un constante
y esforzado trabajo para dotar a la naciente nación de una estructura social y
política que, muchos años después daría sus frutos expresados en la libertad
electoral y el sufragio universal; en la emancipación de la mujer y todo, como
método fundamental y previo a lograr un orden social, económico y político,
basado en los principios de libertad, igualdad, justicia, solidaridad.
Los protagonistas de esta novela son el
hacendado Luis Manuel García-Lazcano y su sirviente, secretario y confidente,
Juan Ramírez.
Estos dos hombres que, a pesar de recorrer
la vida por sendas separadas, a causa de sus diferencias sociales, están
unidos por la amistad y por un mismo ideal que era la libertad del pueblo
chileno y llevan al lector a conocer el origen espiritual de la Independencia
de Chile.
La novela, nos muestra que fueron los
Hermanos Padres de la Patria, los que sentaron desde el principio, las primeras
piedras para edificar el actual edificio republicano de Chile.
Erwin Ramdohr nació en Santiago de
Chile en 1952. Es arquitecto, actividad a la que dedicó gran parte de su vida.
A los 53 años comenzó su carrera de escritor novelista y, desde el año 2003, ha
escrito alrededor de 20 novelas, algunas de las cuales están a la venta en
Amazon.
A los 63 años decidió poner término a su
primera etapa profesional y comenzar una nueva en el ámbito de la literatura.
Hizo el Diplomado de Literatura Creativa en la Universidad Diego Portales y ha
participado en talleres literarios con los escritores Carla Guelfenbein y
Gonzalo Contreras.
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