Desde su formación hasta su rol en episodios como el ingreso de armas por
Carrizal Bajo o el asesinato de Jaime Guzmán: esta crónica revisita los
principales hitos de la historia del FPMR y describe su ocaso.
Con el fusil en la espalda, del historiador Cristián Pérez, nos sumerge en la
memoria de dos hombres que hicieron de la cordillera mucho más que un paisaje:
la transformaron en trinchera, refugio y ruta de escape. Un arriero y un
ingeniero naval, provenientes de mundos distantes, cruzan sus vidas en el Norte
Chico, guiados por la convicción y la lucha. Juntos recorren sendas ocultas,
desafiando la adversidad para abrir caminos de libertad y esperanza.
“Conocí esta historia, como casi todas las buenas historias, de casualidad. En
algún viaje a la zona de Ovalle conocí a una persona que me conectó con el
ingeniero que vive en Venezuela. Él se mostró abierto a que su historia se
contara”, cuenta el autor. “Con el paso del tiempo me puso en comunicación con
el arriero.
Así, fui adentrándome en esta trama de revolucionarios en las montañas. Aprendí
de sus modos, de sus formas, sus penas y alegrías”, agrega. La historia de
Severino y Manuel visibiliza dos mundos ignorados en la resistencia chilena. El
libro los convierte en protagonistas y muestra cómo las luchas rurales han sido
poco reconocidas, debido al aislamiento de los campesinos y su lejana relación
con el mundo intelectual.
A lo largo de sus 268 páginas, Con el fusil en la espalda revela el lado más
personal del FPMR, dando cuenta de la dimensión humana de sus integrantes: sus
dilemas, sus vínculos, su coraje y sus errores. El libro ofrece un relato
testimonial y directo, sin mediaciones ni reinterpretaciones ajenas, sobre uno
de los movimientos armados más influyentes y controversiales del Chile
contemporáneo.
La naturaleza como testigo
La cordillera, los pueblos del norte, las minas, los valles, se transforman en
escenarios de organización, secreto y memoria. El paisaje chileno no es solo
fondo, sino un actor que permite entender la historia.
Pérez explica que “el paisaje de la montaña es importante porque permite
dimensionar las dificultades de realizar trabajos revolucionarios en un entorno
que permanentemente desafía a los humanos. Además, la descripción de la
montaña, de sus tonos, sus peligros hacen ver que la inmensa mayoría de los
chilenos, aunque la vemos todos los amaneceres, en realidad desconocemos lo que
verdaderamente es la cordillera”.
A través de una mirada que une la sensibilidad narrativa con el rigor
documental, Con el fusil en la espalda se presenta como un testimonio que es,
al mismo tiempo, memoria histórica y relato literario.
¿Por qué leer este libro?
Don Severino, un arriero comunista del
Norte Chico, y Manuel, un ingeniero frentista de trayectoria urbana,
representan dos mundos invisibilizados en la narrativa oficial de la
resistencia política chilena.
Este libro les da voz y los instala como
figuras centrales en la historia reciente del país. La cordillera, los pueblos
del norte, las minas, los valles, se transforman en escenarios de organización,
clandestinidad y memoria.
El paisaje chileno no es solo fondo, sino
un actor que permite entender la historia. El libro ofrece una narrativa íntima
sobre el Frente Patriótico Manuel Rodríguez. En lugar de la épica habitual o el
juicio moralista, el autor opta por mostrar la dimensión humana de quienes
participaron en este movimiento: sus dilemas, sus vínculos, su coraje y sus
errores.
En tiempos de desafección, el relato de
dos hombres que vivieron y murieron por sus ideas, sin privilegios ni cargos,
recuerda el valor de la coherencia y el compromiso, resignificando así la
militancia política de las personas.
Con el fusil en la espalda muestra cómo
la ideología comunista fue transmitida en la familia, de tíos a sobrinos, de
padres a hijos, transformándose en una ética de vida más que en una consigna.
No solo aborda la represión y la clandestinidad, sino también el amor, la
crianza, el trabajo, los viajes, el dolor familiar, y los lazos de amistad
construidos en la adversidad.
Es un documento histórico y literario a
la vez, que combina rigor documental con sensibilidad narrativa. A través de
fuentes, testimonios y reconstrucciones, logra cautivar tanto al lector
académico como al lector general. Interpela el presente desde la memoria, en un
país donde los discursos sobre derechos humanos y violencia política siguen
profundamente polarizados.
Este libro propone un relato complejo,
humano y necesario para reflexionar sobre el futuro.
A continuación, una breve entrevista al
autor realizada por los editores, en que expone cómo llegó a construir esta
historia.
¿Cómo diste con esta historia y qué
elementos de ella te animaron a querer contarla?
La historia la conocí, como casi todas
las buenas historias, de casualidad.
En algún viaje a la zona de Ovalle,
conocí a una persona que me conecto con el ingeniero que vive en Venezuela. Él
se mostró abierto a que su historia se contara.
Con el paso del tiempo, también me puso
en contacto con el arriero. Así, fui adentrándome en esta trama de
revolucionarios en las montañas. Aprendí de sus modos, de sus formas, sus penas
y alegrías.
Esta crónica da cuenta del rol que
tuvo el mundo rural en la acción revolucionaria. ¿Te parece que es un lado de nuestra
historia y de la construcción de la memoria poco explorada?
Pienso que las historias de los
revolucionarios en el mundo rural chileno no han tenido la suficiente atención
de los expertos. Esto se debe a que por el aislamiento en que viven los
campesinos y el escaso contacto que tienen con el mundo intelectual, hace que
estas y otras historias permanezcan ocultas, algunas, lamentablemente, para
siempre.
¿Qué rol tiene el paisaje en el
desarrollo del relato?
El paisaje de la montaña es importante
porque permite dimensionar las dificultades de realizar trabajos
revolucionarios en un entorno que permanentemente desafía a los humanos.
Además, la descripción de la montaña, de
sus tonos, sus peligros hacen ver que la inmensa mayoría de los chilenos,
aunque la vemos todos los amaneceres, en realidad desconocemos lo que
verdaderamente es la cordillera.
¿Cómo llevaste a cabo el proceso de
documentación?
El proceso de investigación se hizo
visitando varias veces los lugares, entrevistando a numerosas personas,
recurriendo al amplio archivo de entrevistas que poseo, revisando la prensa.
¿Por qué te parece relevante revisar en
profundidad parte de la historia del FPMR hoy? ¿Qué lecciones o aprendizajes es
posible obtener de ese período de nuestra historia?
El final del FPMR-A es importante porque
deja una lección para el futuro mostrando con claridad que la violencia
política nunca debe tratar de imponerse sobre las formas democráticas de
convivencia.
Además, me interesaba mostrar que los militantes de la organización no eran súper comandos de películas norteamericanas sino hombres y mujeres dispuestos a luchar por destruir la tiranía, pero sin grandes conocimientos técnicos.
Cristián Pérez. Historiador. Es autor de Vidas revolucionarias (2013), Memorias militantes. La historia de Roberto Moreno y el MIR (2014), Cerca de la revolución (2015), Memorias militantes. Hernán del Canto un hombre de Allende (2016), Viaje a las estepas.
Cien jóvenes chilenos varados en la Unión Soviética tras el golpe (2018), La vida con otro nombre. El Partido Socialista en la clandestinidad (1973-1979) (2020), Memorias militantes. Silvio Espinoza (‘Negro Elías’) un obrero en el Comité Central Socialista (2022), Los niños del Interdom. El internado soviético que acogió a los hijos del exilio (2023).
Ha colaborado entre otros textos en: Por un rojo amanecer. Una historia de los comunistas chilenos (2000), Promesas de cambio: izquierdas y derechas en el Chile actual (2003), Los archivos del Cardenal 2. Casos reales (2017) y El comunismo en América Latina (Volumen IV) (2023).
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