El libro “La Ruta del Cochayuyo: relatos y dibujos”, fue
presentada en la mañana del jueves 30 de julio del presente, a través del Facebook
Live del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Este libro, es el resultado de un concurso de cuentos
dirigido a los niños, niñas, jóvenes y a los integrantes de la comunidad que
cursaban estudios en la educación para adultos, en las escuelas de las
localidades de Casa de Piedra, Bajo Quilantahue, Primer Agua y Tirúa, en la
comuna de Tirúa, región del Biobío.
“Había una vez un niño llamado Juanito, que era muy
feliz viviendo con su familia en un lugar al sur de Tirúa. Juanito ayudaba a su
papá en los quehaceres del campo, pero lo que más disfrutaba hacer era ir a
recolectar cochayuyo al mar, ayudarlo a recoger las matas que el mar traía
hacia las orillas y luego las subía a las rocas para que se secaran”.
Este breve relato pertenece a Anita Paz Huenupil,
estudiante de 4° básico de la escuela Primer Agua, de la comuna de Tirúa, en la
región del Biobío y forma parte, de las historias incluidas en el libro presentado.
“Los niños y niñas nos llevan a recorrer a través de
lindas historias, el territorio donde vive esta tradición: desde la costa de
Pilico, Casa de Piedra, Danquil y Quilantahue, hasta Temuco, quienes desde hace
cerca de un siglo mantienen vigente esta práctica y saber ancestral.
Desde los buzos que extraen el cochayuyo, hasta
quienes lo comercializan, pasando por quienes se ocupan de recoger, sacar o
trasladar el alga a los hogares, donde se preparan los fardos que luego, serán
trasladados en un viaje de siete días en carretas tiradas por bueyes, desde las
playas hasta la capital de la región de La Araucanía”.
La presentación estuvo a cargo de Rodrigo Aravena,
subdirector de Patrimonio Cultural Inmaterial; Carolina Tapia y Enzo Cortesi,
seremis de las Culturas de Biobío y Araucanía, respectivamente; acompañados por
niños y niñas autores y creadores de cuentos y dibujos, además de familiares
pertenecientes a la comunidad cultora de la recolección y ruta del cochayuyo en
la región del Biobío.
“La Ruta del Cochayuyo: relatos y dibujos”, iniciativa
ejecutada por la Subdirección Nacional de Patrimonio Cultural Inmaterial, tiene
como objetivo valorizar a nivel local, la actividad patrimonial lafkenche
vinculada al trabajo, tomando en cuenta que en localidades de Tirúa reside la
mayor cantidad de cultores y familias portadoras de esta práctica.
La ministra recordó que esta práctica está inscrita en
el Registro de Patrimonio Cultural Inmaterial y que “como ministerio, estamos
llamados a resguardar y difundir y especialmente, para las niñas y niños que
han compartido esta herencia.
Sólo de esta forma, las generaciones que vendrán
tendrán la posibilidad de conocer esta manifestación, que además de ser valiosa
por constituir patrimonio vivo, es respetuosa de la naturaleza, ya que permite
que las algas mantengan su ciclo de crecimiento y da cuenta, de la íntima y
profunda relación del pueblo lafkenche con la tierra”.
La publicación va además en la línea del mandato de la
Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, firmada por
Chile en 2009, que llama a diseñar e implementar medidas encaminadas a
garantizar la viabilidad del patrimonio cultural inmaterial, y hace énfasis en
que ello ocurra –básicamente- a través de la enseñanza formal y no formal.
El libro está disponible para descarga abierta a toda
la ciudadanía desde las plataformas Elige Cultura y Biblioteca Pública Digital.
Una vez superada la emergencia sanitaria, la publicación se imprimirá y
lanzará, de forma presencial, en Tirúa, en cuyas localidades vive el 80 por
ciento de la comunidad que practica esta manifestación cultural.
Los dibujos que acompañan las historias fueron creados
por los participantes, por propia inspiración, sin que constituyera exigencia
de la convocatoria, pero fueron incluidos para destacar, la motivación de los
niños y niñas con su tradición y por lo que aportan en la patrimonialización de
esta práctica ancestral. Esta iniciativa, contó con la activa participación de
los directores, profesoras y autoridades locales.
Por su parte, el alcalde de Tirúa, Adolfo Millabur,
recuerda la relación de los niños con esta alga, que comienza desde la más temprana
edad.
“Cuando éramos niños, hacíamos pelotas con las algas para
divertirse a la orilla de algún camino o en la playa. Así nos divertíamos, al
igual que los niños y niñas Lavkenche que habitan la frontera entre el mar, los
roqueríos y la costa, donde se desarrolla nuestra cultura y nuestra forma de
vida.
Allí, en esa frontera donde la recolección del Kollov,
del Mungü, del Cochayuyo, se configura un espacio permanente para vivir, para
trabajar, resignificando y manteniendo nuestra identidad Mapuche Lavkenche, un
refugio a nuestra cultura, a nuestras familias”.
Generación tras generación, 30 familias de la actual
región del Biobío se han dedicado a recolectar el cochayuyo, un alga comestible
típica de las aguas subantárticas y que forma parte del patrimonio culinario de
nuestro país.
Cada año, con aproximadamente 20 carretas tiradas por
bueyes y tras un viaje de 17 días a pie, llegan a Temuco, en la región de la
Araucanía, para vender su producto. Es una práctica con cientos de años de
historia y que está amenazada por la modernidad y varios factores locales.
La “Recolección y ruta del cochayuyo desde los
sectores Pilico, Casa de Piedra, Danquil y Quilantahue hasta Temuco” forma
parte del Registro de Patrimonio Cultural Inmaterial en Chile.
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