jueves, 30 de julio de 2020

Llega a Chile la esperada autobiografía de Woody Allen


El libro A propósito de nada ofrece un repaso completo de la vida personal y profesional de Woody Allen, y se describe su labor en películas, teatro, televisión, clubs nocturnos y obra impresa, tanto libros como prensa.

La obra, de Alianza Editorial, es distribuido en Chile por Editorial Zig-Zag y ya se encuentra disponible en su tienda virtual y en librerías del país.

Woody Allen es escritor, director y actor. Ha trabajado como humorista de monólogos y es autor de varios libros. Vive en la zona del Upper East Side de Manhattan con su esposa, Soon-Yi, con quien lleva casado veintidós años, y sus dos hijas, Manzie y Bechet.

Es un ferviente apasionado del jazz y un entusiasta aficionado al deporte. Según sus propias palabras, lamenta no haber hecho ninguna gran película, aunque asegura que lo sigue intentado.

Nacido en Brooklyn en 1935, Woody Allen empezó a trabajar en el mundo del espectáculo a los dieciséis años escribiendo chistes para las columnas dedicadas a Broadway de distintos periódicos.

Luego creó guiones para radio, televisión y cine, así como obras de teatro y artículos para The New Yorker. Hace varias décadas que dejó la soledad del despacho del escritor para convertirse, primero, en comediante de locales nocturnos y, posteriormente, en un cineasta mundialmente célebre.

Durante las seis décadas que lleva haciendo cine, ha escrito y dirigido cincuenta películas, protagonizando muchas de ellas.

Ha recibido numerosos galardones nacionales e internacionales, se han erigido estatuas en su honor (lo que él jamás comprenderá) y su obra cinematográfica se estudia en escuelas y universidades de todo el mundo.

En A propósito de nada, Allen nos relata sus primeros matrimonios: el más precoz con una novia de su adolescencia y luego con la maravillosamente divertida Louise Lasser, a quien es evidente que todavía adora.

También escribe sobre su romance con Diane Keaton, con quien mantiene una prolongada amistad. Y explica su relación personal y profesional con Mia Farrow, con quien realizó varias películas ahora clásicas, y que terminó con una separación por la que la prensa sensacionalista aún no le ha dado suficientemente las gracias.

Allen afirma que fue el primer sorprendido cuando, a sus cincuenta y seis años, inició una relación con Soon-Yi Previn, que entonces tenía veintiuno, y que los condujo a un romance estrepitoso y apasionado y a un matrimonio feliz de más de veintidós años.

En un texto a menudo hilarante, haciendo gala de una franqueza sin límites, lleno de creativas intuiciones y de bastante perplejidad, un icono americano cuenta su historia, aunque nadie se lo haya pedido.

Frases del libro:

«Mis propias hipótesis giran en torno al hecho de que, más o menos a los cinco años, tomé conciencia de la mortalidad y pensé: ah, no, yo no me apunté para esto. Nunca acepté ser finito. Si no os importa, quiero que me devolváis el dinero. Cuando crecí, no solo la extinción, sino el sinsentido de la existencia, se me hicieron más patentes.»

«¿Lo que más envidio? Quisiera haber escrito Tranvía (Un tranvía llamado deseo). ¿Lo que menos envidio? Retozar en una pradera. Si tuviera que empezar mi vida otra vez, ¿hay algo que haría de manera diferente? No habría comprado ese milagroso cortador de verduras que aquel tipo anunció por la tele. Y, en serio, ¿es verdad que no me interesa dejar un legado? Ya me han citado antes al respecto, de modo que lo expresaré de la siguiente manera: más que vivir en los corazones y en las mentes del público, prefiero seguir viviendo en mi casa.». 

«Yo aborrecía la naturaleza y, más que la naturaleza, aborrecía tener un coche. Como me ocurre con todos los objetos mecánicos, nos convertimos inmediatamente en archienemigos. No me gustan los aparatitos. No tengo relojes, no uso paraguas, no poseo cámaras ni grabadoras y aún hoy necesito que mi esposa configure el televisor. No tengo ningún ordenador, jamás me acerqué a un procesador de texto.»

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