El proyecto literario compartido entre los sellos
editoriales de Alfaguara y Literatura Random House, Mapa de las Lenguas, se ha
convertido en un proyecto panhispánico de referencia que, cada año, propone un
itinerario singular por doce títulos comunes a veintiún países que
comparten un idioma.
Es una apuesta global por doce autores que, dada su
calidad literaria y su recepción crítica, merecen traspasar el ámbito nacional
y situarse en un mapa sin confines, únicamente delineado por el lenguaje.
El proyecto del Mapa de las Lenguas desde sus
comienzos, hace cinco años, ha publicado ya más de 124 títulos, no es otro que el
de la invitación a la lectura y al descubrimiento, un recorrido por un mapa sin
fronteras articulado en torno a un idioma común.
La literatura, más que nunca, es una red de
comunicación global y cada autor de este Mapa, un pasaporte para poder seguir
viajando.
Este año, en un mundo que cerró las fronteras,
proponemos más que nunca un viaje a través de la mejor literatura. Un viaje
circular, que no impone un orden de lectura.
Puede ser hacia el futuro y comenzar por Cadáver
exquisito, la escalofriante distopía donde impera la producción industrial de
carne humana, que nos propone la autora argentina Agustina Bazterrica, que
ha sido galardonada con el Premio Clarín y va a ser traducida a más de nueve
idiomas.
O empezar por otro tipo de espacios bárbaros, como el
apartado Pacífico colombiano, con la breve e intensa La perra, de Pilar
Quintana, galardonada con el IV Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana, que
indaga sobre la soledad y la maternidad con la misma belleza y brutalidad del
paisaje que rodea a los personajes.
O como la Lima clasista y racista de Madrugada,
del autor peruano Gustavo Rodríguez, una historia atravesada por la música
y la nostalgia, donde la identidad y la orfandad son protagonistas.
Podemos continuar a través del paraje de desolación y
muerte, que el narcotráfico ha sembrado en México a través de la mirada única,
de dos de los autores más relevantes del panorama literario mexicano actual
como son, Luis Jorge Boone con Toda la soledad del centro de la
Tierra y Eduardo Antonio Parra, con Laberinto.
El primero, teje con extraordinaria sensibilidad una
trama donde el desamparo, la orfandad de la infancia y el luto humano, se
interrogan por la proporción de alma que sobrevive a la crueldad humana.
Por su parte, Laberinto aborda la desaparición de
un pueblo del Norte de México a manos de las bandas del narcotráfico, con un
thriller de tintes bélicos que da cuenta de la adolescencia truncada en manos
de la violencia.
Los años invisibles, del boliviano Rodrigo Hasbún,
al igual que Malaherba* de Manuel Jabois abordan también, el tiempo
silenciado de la infancia y la adolescencia, con una mirada bella y dolorosa
hacia las heridas del pasado que arrastramos hasta la edad adulta.
La universalidad de los temas que se entrecruzan en
cada una de las paradas de este viaje, tiene la voz única de unos autores que
ya conforman el panorama narrativo de sus países, a través de una única lengua,
con toda la riqueza de sus variantes locales.
En la vasta extensión territorial que va desde el río
Grande hasta la Patagonia, la lengua española reinventa, transforma y enriquece
el mapa cultural del idioma, patrimonio de todos sus hablantes.
Esta es la ruta del 2020, el Mapa de doce voces que
dan cuenta de la enorme vitalidad de nuestra literatura. Bienvenidos a bordo.
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