Una llave es un instrumento que se usa para
accionar las cerraduras incorporadas a objetos o habitaciones que se
pretende proteger, de accesos no deseados.
Son elementos muy comunes que la mayoría de las
personas usan todos los días, ya sea para cerrar o abrir puertas, rejas,
candados, baúles, etc., dándonos la oportunidad de entrar o acceder a un lugar
u objeto protegido.
Ahora bien, en los sueños, este objeto cumple la misma
función ya que soñar con llaves, puede simbolizar abrirse a
nuevas ideas, oportunidades, perspectivas o conocimientos o, por el contrario,
podrían estar bloqueando o manteniendo escondidos secretos y recuerdos, que han
estado reprimidos profundamente dentro del inconsciente.
Ahí, se envían (consientes o no) emociones y
situaciones que, de alguna forma, sobrepasan emocionalmente a las personas y
que, de alguna forma, no se pueden manejar y la respuesta, se cristaliza en
creencias y pautas de comportamiento que pueden incluso, limitar la relación
con otras personas.
Una frase atribuida a Sigmund Freud decía que
“recordar es el mejor modo de olvidar”, queriendo decir, talvez, que es una
invitación a abrir la puerta de nuestro propio viaje hacia la sanación.
En el libro, “La Llave”, escrito por María Luisa
Ginesta (La Chica), ella nos toma de la mano y nos lleva a transitar por un camino
de búsqueda, de reflexión, de recordar el pasado y de conocimiento interior. Un camino, que se inicia al abrir las puertas de ese
cuarto oscuro donde estaban sus recuerdos y a través de la escritura, abre las
ventanas y deja entrar una luz que le reconforta el alma.
Avanzando en la lectura, el relato refleja episodios
de abusos, que la mayoría de las mujeres hemos vivido alguna vez y que se aprende
a guardar con mucho recelo emociones, secretos, recuerdos que pueden llegar a
ser una gran carga sobre una persona.
“Siento que soy una mujer nueva. Hoy puedo leer con
más claridad la vida, la puedo vivir aun con más intensidad”, dice La Chica en
las páginas finales de La llave, libro que nace desde lo más profundo de su
alma con la necesidad de explicarle a su compañero de vida, lo que está
viviendo y que la revoluciona internamente.
Ella, emprende este viaje desde el temor y la duda
hacia un final incógnito que puede llevar a cualquier parte, convocando a
distintas voces como su bisabuela con la que conversa desde sus escritos y nos
lleva hacia el drama que significa para una mujer, enfrentarse a sus miedos más
profundos transformándose en una verdadera purificación emocional, corporal,
mental y religiosa.
Sin embargo, este proceso de reconocimiento suele ser
muy doloroso, pero es, justamente, el dolor es, justamente, el motor que nos
impulsa a querer cambiar las cosas, porque mantenerlas como están, duele más.
Es la autoestima, la llave que logra abrir cerraduras que parecían
impenetrables para salir del sufrimiento
En el libro, María Luisa Ginesta nos invita a ser
consciente y a desplegar la capacidad de “ver y reconocer” lo que
realmente hay más allá de las historias que cada uno se cuenta y de las
interpretaciones que la mente elabora sobre los acontecimientos.
Supone, asimismo, dar un paso más allá de las excusas
que cada uno se pone para dejar de hacer aquello, que tanto nos confronta y nos hace victimas.
Por ser su primer libro, María Luisa no escribe mucho
en primera persona más bien, se refugia mucho (o demasiado) en citas de
terceras personas, evitando con ello la propia reflexión, lo que distrae al lector de conectarse con el proceso personal de María Luisa..
También, María Luisa inicia un nuevo camino, con la
creación de la Fundación Entretodas, un espacio seguro, de acompañamiento y
contención donde se acogerá y entregarán herramientas a mujeres que han vivido
estas dolorosas experiencias con el objetivo, de que sea un lugar donde se
pueda formar una comunidad, conectando a distintos grupos de mujeres para que
puedan ayudarse entre sí.
Esta es la historia de una mujer que no se rindió y
que nos enseña, que vale la pena liberarnos de nuestros miedos, saltar al vacío
en un acto de radical de confianza al crecimiento al que se nos invita.
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