El documento señala que “sus libros y su
activismo cultural y a favor de la biodiversidad, abren cada día caminos y
posibilidades para otras formas de imaginar nuestras vidas, en una época de
profunda crisis civilizatoria”.
Creado en 1942, el Premio Nacional de Literatura es el
máximo galardón del ámbito de las letras chilenas y su importancia, moviliza a
académicos, artistas y escritores para dar luces de quiénes deberían entrar en
carrera, para obtener este reconocimiento.
Este año, uno de ellos es el escritor, poeta y
oralitor bilingüe, Elicura Chihuailaf, quien tiene méritos contundentes,
para ser reconocido como uno de los autores nacionales más valiosos del último
tiempo.
Así lo acredita la calidad de su poesía, que ha
recibido los premios más importantes a nivel nacional y un amplio
reconocimiento internacional.
Según la carta de los adherentes “lo que se
reconocería con este Premio, no solo una obra magnifica, sostenida y múltiple,
única en su género, si se piensa solo en dos de sus libros más
imprescindibles (De Sueños Azules y contrasueños y Recado
confidencial a los chilenos), sino que, un proyecto nacional e intercultural,
de diálogo y reconocimiento entre dos pueblos y lenguas y también, con otras
culturas en América, Europa, Oceanía y Asia. Un proyecto que se mantendrá́ vivo
para siempre, tanto en Chile como en el resto del mundo”.
A este documento, también se suman otros textos
profundos y personales como el de Raúl Zurita, quien, a través de un
escrito de 2016, señala 3 razones por las que Elicura Chihuailaf
debe ganar el Premio Nacional de Literatura.
En la primera de ellas, indica que “Elicura Chihuailaf
no solamente es uno de los más extraordinarios poetas contemporáneos, sino que
su poesía trasciende los límites de las creaciones individuales, para ser la
expresión del pueblo mapuche; de su cosmovisión, de su profunda relación con la
naturaleza y con su entorno, de su espiritualidad valores cruciales que la
institucionalidad de Chile, se ha empeñado en ignorar, en discriminar, en
agredir, introduciendo la violencia donde no la había.
El resultado ha sido solo empobrecernos, privarnos
como país de una de las cosmovisiones más luminosas del planeta, desconocer
nuestras raíces y empequeñecer nuestra propia historia”,
“Premiar a Elicura Chihuailaf es un acto de justicia
literaria pues es el mejor entre sus pares, pero también es un acto de
resarcimiento que abre, y esta vez sí, un verdadero diálogo”,
señala Zurita.
También aporta su visión la académica Paula
Miranda, de la Facultad de Letras de la Universidad Católica, señalando
que “cada vez más lugares en el mundo se dan cuenta que frente a la crisis
civilizatoria actual, las culturas indígenas tienen respuestas integrales y
sustentables y todo eso, está en su poesía.
Una poesía que es memoria y sueño a la vez, conectada
con sus antepasados, la naturaleza y la ternura de su lof mapuche; pero atenta
a los “contrasueños” del mundo actual; de ahí su impacto mundial (ha sido ya
traducido a veinte idiomas).
Asimismo, el director del Centro de Estudios
Interculturales e Indígenas, Pedro Mege Rosso, elevó personalmente una
carta señalando que otorgarle el Premio a Elicura Chihuailaf “implicará
reconocerle como país, su imprescindible aporte a nuestra cultura y educación y
asumir la responsabilidad histórica, que representa este Premio en este momento
y cumplir así con el objetivo fundamental del mismo: reconocer una vida
consagrada al ejercicio de las letras y el impacto nacional que ha tenido su
obra, reconocido por la opinión pública ampliamente”.
Elicura Chihuailaf Nahuelpán, nacido en la comunidad
de Quechurewe, Provincia de Cautín (región de La Araucanía), en 1952.
Escritor, poeta y oralitor bilingüe, posee una obra
ampliamente premiada, cultivada desde 1977 con su primer poemario El invierno y
su imagen y que se ha mantenido vigente hasta hoy, con la publicación de sus
últimos libros La vida es una nube azul (Memorias) (2016) y su libro más
reciente, publicado en Barcelona, El azul del tiempo que nos sueña, sobre
problemas astronómicos y medio-ambientales (2020).
Ha publicado quince obras literarias de autoría
individual y otros en co-autoría.
Su obra ha sido traducida al guaraní, euskera, creole,
holandés, portugués, francés, inglés, griego, italiano, alemán, húngaro,
catalán, finés, sueco, gallego, ruso, estonio, árabe, bable, chino mandarín y
también ha traducido y colaborado en la traducción al mapuzugun de importantes
autores y autoras de Chile.
El carácter fundacional de su obra abrió las puertas
para la eclosión de la poesía mapuche, la que cuenta hoy con cientos de
exponentes.
A lo largo de cuarenta años, ha publicado quince
obras literarias de autoría individual y ha sido incluido en cincuenta
antologías en todo el mundo.
En el ámbito académico, ha participado en más de 36
textos escolares, ha recorrido decenas de universidades e instituciones en 4
continentes y su obra ha sido traducida a veinte idiomas.
Desde ahí su poesía además ha sido fuente de
inspiración para otras disciplinas artísticas: existen 12 piezas audiovisuales,
entre ellas documentales, cortometrajes y especiales televisivos, más de 20
producciones musicales, 6 exposiciones de artes visuales, y 5 obras de danza y
teatro, basadas en sus escritos.
Por último, la carta firmada por los artistas apunta
que “sería una oportunidad histórica que Elicura Chihuailaf, se convirtiese en
el primer poeta mapuche en recibir el Premio más importante de nuestras letras,
pues nunca antes, en su ya larga historia, este galardón (ni ningún otro Premio
nacional en ninguna otra disciplina) ha recaído en un representante de alguno
de nuestros nueve pueblos originarios, pese a que nuestro Estado se reconoce
como pluricultural y multiétnico.
En este sentido, al día siguiente de esta premiación a
Elicura Chihuailaf, Chile sería un país un poco más justo y digno”.
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