El 19 de agosto de 1813, los miembros de la Junta de
Gobierno, publicaron en el Monitor Araucano, la proclama de la fundación
de la Biblioteca Nacional.
Firmaron el documento Francisco Antonio Pérez, Agustín
Manuel Eyzaguirre y Juan Egaña. Una de las primeras tareas de la
Biblioteca Nacional, fue recoger la erogación de libros que los vecinos de
Santiago y de otras ciudades comenzaron a hacer efectiva.
Durante el siglo XIX, la Biblioteca Nacional cimentó
el núcleo de su fondo bibliográfico a partir de la donación o adquisición de
sus primeras colecciones.
Entre ellas
destacan, los incunables, la biblioteca de los jesuitas, la biblioteca
Egaña, la biblioteca de Benjamín Vicuña Mackenna, la biblioteca de Andrés
Bello, las bibliotecas de Claudio Gay y de monseñor José Ignacio Víctor
Eyzaguirre. Algunos de estos ejemplares conforman un tesoro bibliográfico de
indiscutido valor.
En las primeras décadas del siglo XX, la Biblioteca
Nacional acrecentó sus fondos con valiosas colecciones que la convirtieron en
una de las más importantes de Hispanoamérica.
En 1925, la Biblioteca Nacional se trasladó a su actual
emplazamiento en el centro de Santiago, creándose el Archivo Nacional como
institución independiente. Considerando el edificio dónde se encuentra el día
de hoy, la Biblioteca Nacional estuvo en cinco sedes diferentes.
En esa misma época, el depósito legal fue reforzado en 1925 con la nueva Ley de Registro de Propiedad Intelectual y la creación de la Visitación de Imprentas.
Este reordenamiento tuvo como corolario la creación de
la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) en 1929, bajo cuya
autoridad quedaron la Biblioteca Nacional, los museos y centros bibliográficos
del país.
En la década de los sesenta, la Biblioteca Nacional inició la generación de publicaciones como la Revista Mapocho, que recoge la reflexión y producción en el campo de las letras, así como de obras relevantes de escritores chilenos.
En la actualidad, la Biblioteca Nacional, consciente
de la misión de rescatar, preservar y difundir nuestro patrimonio
bibliográfico, ha dado un nuevo paso incorporando las nuevas tecnologías para
satisfacer los requerimientos de todos los lectores.
Así, en el 2003 se inauguró el portal de contenidos culturales y biblioteca virtual Memoria Chilena, que permite dar acceso a los diversos materiales que preserva Biblioteca Nacional de Chile.
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