«Acabé queriendo leer y releer todo lo que Virginia
Woolf había leído y sobre lo que había escrito en Genio y tinta», Ali
Smith.
Entre los grandes colaboradores que tuvo desde su creación en 1902 el Times
Literary Supplement, considerado el medio literario más respetable de la época
por T. S. Eliot, figuraban nombres como los del propio Eliot y Henry James,
pero, según su director, la joya de la corona fue sin duda Virginia Woolf.
En estos ensayos extraordinarios, la joven crítica supo arrojar nueva luz sobre
escritores conocidos y construir manifiestos provocadores acerca del futuro de
la novela; y, gracias a ellos, disfrutó de la ansiada independencia económica.
Tras su escrutinio de autores que conformaron su canon
literario —como Charlotte Brontë, George Eliot, Elizabeth Barrett y Joseph
Conrad— se vislumbra el pensamiento que iluminó su producción narrativa.
Pero, sobre todo, se percibe a la Virginia Woolf lectora,
para quien, como nos recuerda Ángeles Caso en el prólogo, leer nunca fue un
refugio, sino «el acto supremo de insumisión, la mejor manera de hacer frente a
la violencia siempre dominante con un gesto callado pero lleno de desafío», y
cuyo entusiasmo por la gran literatura sigue inspirándonos hoy más que nunca.
Un volumen inédito que refleja el ingenio y la
inteligencia de una autora icónica (traducción de Ana Mata Buil, prólogo de
Ángeles Caso e introducción de Francesca Wade).
Críticas:
«Virginia Woolf es Dios, nadie ha escrito mejor», Milena Busquets.
«Imposible olvidar el impacto que produce descubrir por primera vez su
elegantísima escritura, su finísima ironía, la hondura de los monólogos
interiores, su feminismo lúcido y áspero, su auténtica curiosidad por el alma
humana. [...] El encanto de este libro es el de poder asistir al espectáculo
maravilloso de una gran lectora, de una mujer que no podía concebir su
existencia sin la literatura», Begoña Méndez, El Cultural.
«Estos ensayos sobre cómo leer ayudan a comprender el proceso por el que la
joven crítica Virginia Woolf se convirtió en una célebre
novelista», The Guardian.
«Luz que iluminó el arte: en sus reseñas desentrañó con exquisita inteligencia
las obras de grandes escritores. [...] Un auténtico festín de inteligencia,
gusto y originalidad», Javier García Recio, La Opinión de Málaga.
Virginia Woolf nació en Londres el 25 de enero de 1882 y murió el 28 de marzo de 1941, ahogada en el río Ouse.
Al morir
su padre, el conocido hombre de letras sir Leslie Stephen, Virginia y su
hermana Vanessa abandonaron el elegante barrio de Kensington y se trasladaron
al bohemio Bloomsbury, que dio nombre al brillante grupo literario formado
alrededor de las hermanas Stephen.
En él participaron, entre otros, T. S. Eliot, Bertrand
Russell, Vita Sackville-West y el escritor Leonard Woolf, con quien se casó
Virginia y junto al que dirigió la prestigiosa editorial Hogarth Press.
Desde sus primeras obras, Virginia Woolf resaltó su
intención de llevar las novelas a algo más que a una mera narración.
En La señora Dalloway (1925) y Al
faro (1927), la autora expresaba los sentimientos interiores de los
personajes con técnicas propias, consiguiendo grandes efectos psicológicos por
medio de imágenes, metáforas y símbolos. Su técnica se consolidó con Orlando (1931)
y Las olas (1931), que le dieron un puesto indiscutible dentro
de la mejor literatura universal.
Además, Woolf escribió ensayos tan famosos como Un
cuarto propio (1929), que aún hoy es inspiración para las nuevas
generaciones de mujeres, artículos de crítica literaria como los recopilados
en El lector común (1925, 1932) y en Genio y tinta (2021),
o la biografía del perro de la poeta inglesa Elizabeth Barrett, Flush (1933).
Todas estas obras están publicadas en Lumen.
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