¿Qué percepción tiene
el ser humano de la oscuridad? La obra Punto ciego, de
la compañía Teatro Persona, responde esta pregunta con una puesta en escena que
cuestiona la dependencia existencial que tenemos de las imágenes y la visión.
A través de una investigación sobre
la oscuridad, la obra analiza con humor el sometimiento de la sociedad
occidental al sentido de la vista y la importancia que tiene éste en el desarrollo
de nuestras categorías morales, estéticas, políticas, económicas y
sociales.
Dirigido por Ignacia González, el
montaje toca temáticas como la ceguera biológica, la ceguera cultural y el
poder. El público por momentos no verá nada, porque en la puesta en escena la
oscuridad guía todo: el vestuario es negro, el fondo es negro y habrá poca
iluminación. De hecho, un 30% de la acción se desarrolla en completa oscuridad
y una persona ciega es parte del elenco.
La obra se articula en torno al
juicio que el Estado hizo contra los brujos de Chiloé en 1880, sugiriendo que
éste fue una estrategia para hacer pasar por hechiceros a los machis huilliches
que tenían poder político y así justificar su encarcelamiento.
Esto sitúa a los
espectadores en la oscuridad de nuestra propia historia, donde imaginación y
realidad empiezan a confundirse. Donde la oscuridad es una forma de encubrir.
Para crear este montaje la
directora investigó, entrenó a actores, entrevistó a directores que habían
instalado escenas de oscuridad en sus obras y participó en un laboratorio para
ciegos.
“Fui a hacer un
voluntariado a una corporación para ciegos. Entré en contacto con ellos y me
sorprendí con muchos prejuicios. Vemos imágenes todo el tiempo. La primera vez
que vi Star Wars, fue con audio descripción y encontré un punto de conexión no
discriminatorio. Cuando no ves para fuera, ves para dentro”, comenta Ignacia
González.
La directora ha estado analizando
el tema de la oscuridad desde el 2015 con muchas interrogantes partiendo de la
premisa de que todas las ciudades están planteadas para ser iluminadas, porque
se asocia la oscuridad a algo peligroso. ¿En qué momento la sociedad occidental
le empezó a temer a la oscuridad? La presencia del actor, ¿es solo una
presencia visual? ¿Cómo se pone en escena un sonido? ¿Por qué nos incomoda
tanto no ver?”.
En el montaje, que cuenta con audio
descripción simultánea para público ciego, el espectador es vendado para
provocar en ellos un viaje por diferentes sensaciones vinculadas a la
oscuridad, al miedo, a lo desconocido, a la imaginación y a la ceguera.
Las presentaciones de esta obra estarán
en escena entre el 16 agosto y al 1°de Septiembre de miércoles a sábado las 21
horas en la sala N.
El valor de la entrada es de $5.000 la general; $3.000 estudiantes
y 3edad. La obra es apta para mayores de 14 años y para público con ceguera.
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