domingo, 19 de agosto de 2018

Oscuridad y ceguera protagonizan montaje teatral.

¿Qué percepción tiene el ser humano de la oscuridad? La obra Punto ciego, de la compañía Teatro Persona, responde esta pregunta con una puesta en escena que cuestiona la dependencia existencial que tenemos de las imágenes y la visión.

A través de una investigación sobre la oscuridad, la obra analiza con humor el sometimiento de la sociedad occidental al sentido de la vista y la importancia que tiene éste en el desarrollo de nuestras categorías morales, estéticas, políticas, económicas y sociales. 

Dirigido por Ignacia González, el montaje toca temáticas como la ceguera biológica, la ceguera cultural y el poder. El público por momentos no verá nada, porque en la puesta en escena la oscuridad guía todo: el vestuario es negro, el fondo es negro y habrá poca iluminación. De hecho, un 30% de la acción se desarrolla en completa oscuridad y una persona ciega es parte del elenco.


La obra se articula en torno al juicio que el Estado hizo contra los brujos de Chiloé en 1880, sugiriendo que éste fue una estrategia para hacer pasar por hechiceros a los machis huilliches que tenían poder político y así justificar su encarcelamiento. 


Esto sitúa a los espectadores en la oscuridad de nuestra propia historia, donde imaginación y realidad empiezan a confundirse. Donde la oscuridad es una forma de encubrir.

Para crear este montaje la directora investigó, entrenó a actores, entrevistó a directores que habían instalado escenas de oscuridad en sus obras y participó en un laboratorio para ciegos.

“Fui a hacer un voluntariado a una corporación para ciegos. Entré en contacto con ellos y me sorprendí con muchos prejuicios. Vemos imágenes todo el tiempo. La primera vez que vi Star Wars, fue con audio descripción y encontré un punto de conexión no discriminatorio. Cuando no ves para fuera, ves para dentro”, comenta Ignacia González.

La directora ha estado analizando el tema de la oscuridad desde el 2015 con muchas interrogantes partiendo de la premisa de que todas las ciudades están planteadas para ser iluminadas, porque se asocia la oscuridad a algo peligroso. ¿En qué momento la sociedad occidental le empezó a temer a la oscuridad? La presencia del actor, ¿es solo una presencia visual? ¿Cómo se pone en escena un sonido? ¿Por qué nos incomoda tanto no ver?”.

En el montaje, que cuenta con audio descripción simultánea para público ciego, el espectador es vendado para provocar en ellos un viaje por diferentes sensaciones vinculadas a la oscuridad, al miedo, a lo desconocido, a la imaginación y a la ceguera.


Las presentaciones de esta obra estarán en escena entre el 16 agosto y al 1°de Septiembre de miércoles a sábado las 21 horas en la sala N. 

El valor de la entrada es de $5.000 la general; $3.000 estudiantes y 3edad. La obra es apta para mayores de 14 años y para público con ceguera.

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