En unas pocas semanas del verano de 1788,
cuando tenía 32 años, el siempre prolífico Wolfgang Amadeus Mozart
(1756-1791) escribió las tres últimas sinfonías de su vida.Como en otras ocasiones, atravesaba un
periodo difícil: había abandonado una Viena golpeada por la guerra,
tenía problemas económicos y se presume que sufría depresión. Vivía entre
préstamos y urgencias, pero de esos días caóticos surgieron algunas de sus
óperas más exitosas y también esa secuencia de tres célebres sinfonías. Entre
ellas, quizás la más popular: la Sinfonía Nº 40 en Sol menor.
Reconocible de inmediato por la melodía de sus primeros compases, la Sinfonía
Nº 40 cerrará el concierto que la Orquesta Usach ofrecerá
este miércoles 15 de noviembre (19:30 horas) en el Teatro Aula
Magna, con entradas gratuitas disponibles en Portaltickets.
Antes, la agrupación presentará obras que tendrán a dos de sus integrantes como
solistas: el Concierto en Re mayor para trompeta, cuerdas y continuo, del
compositor italiano Giuseppe Torelli (1658-1709), que será
interpretado por Claudio Anais; y la Fantasía para viola y
orquesta del chileno Jorge Pacheco (1982), una pieza encargada
por la Orquesta Usach, que tendrá como solista a Carolina Castillo.
En unas pocas semanas del verano de 1788,
cuando tenía 32 años, el siempre prolífico Wolfgang Amadeus Mozart
(1756-1791) escribió las tres últimas sinfonías de su vida. Como en otras
ocasiones, atravesaba un periodo difícil: había abandonado una Viena golpeada
por la guerra, tenía problemas económicos y se presume que sufría depresión.
Vivía entre préstamos y urgencias, pero de
esos días caóticos surgieron algunas de sus óperas más exitosas y también esa
secuencia de tres célebres sinfonías. Entre ellas, quizás la más popular:
la Sinfonía Nº 40 en Sol menor.
Reconocible de inmediato por la melodía de sus primeros compases, la Sinfonía
Nº 40 cerrará el concierto que la Orquesta Usach ofrecerá
este miércoles 15 de noviembre (19:30 horas) en el Teatro Aula
Magna, con entradas gratuitas disponibles en Portaltickets.
Antes, la agrupación presentará obras que tendrán a dos de sus integrantes como
solistas: el Concierto en Re mayor para trompeta, cuerdas y continuo, del
compositor italiano Giuseppe Torelli (1658-1709), que será
interpretado por Claudio Anais; y la Fantasía para viola y
orquesta del chileno Jorge Pacheco (1982), una pieza encargada
por la Orquesta Usach, que tendrá como solista a Carolina Castillo.
“He estado varias veces con la Orquesta
Usach y siempre me llamó la atención, porque me gusta muchísimo el formato
de orquesta de cámara. Además, tienen una sala de conciertos que es de primer
orden, por la sonoridad que produce la madera y su forma. Es realmente una
bendición”, dice el director venezolano Rodolfo Saglimbeni, quien estará a
cargo del programa.
Actual titular de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, Saglimbeni es
dueño de un nutrido currículum que registra estudios, conciertos y clases en
países de América, Europa y Asia. Está acostumbrado a pararse frente a
orquestas de gran tamaño, tiene experiencia en ópera y el catálogo musical más
grandilocuente, pero asegura que este repertorio le produce algo
diferente: “A veces digo que Mozart es Dios y que los demás son todos
compositores”, ironiza.
“Una orquesta de cámara tiene una
capacidad para hacer música muy fina. Es un formato hermoso y cercano, muy
íntimo. Un poco en serio y un poco en broma, digo que, si me ponen una sinfonía
de Mahler y una de Mozart, escojo la de Mozart. He tenido
oportunidad de hacer sinfonías de Mahler y las amo, pero lo
cristalino y la perfección de esta música es fantástica”.
En particular, cree que en la Sinfonía Nº 40 de Mozart se
anticipan algunas de las grandes transformaciones y rupturas que viviría la
música, incluso siglos más tarde: “El tercer movimiento, el minueto, comenzó a
sonar de una forma que luego desembocó en los scherzos de Beethoven.
Por otra parte, el movimiento final es de
tal audacia armónica, que un compositor como Arnold Schoenberg, que
en el siglo XX llevó la tonalidad hasta los confines, rompió con eso y creó el
dodecafonismo, lo analizó y consideró que ahí ya hay algo de atonalidad. ¿Lo
pensó así Mozart? Seguro que no, pero ahí está la genialidad y a los
simples terrícolas nos toca sacar esas conclusiones”.
|
Rodolfo Saglimbeni. (c) Juan Pablo Garretón. CEAC U.CHILE |
Un estreno fantástico
El programa también incluye el estreno de la Fantasía para viola y
orquesta, que fue comisionada al compositor Jorge Pacheco (1982)
y será interpretada por Carolina Castillo. “Es una obra pensada para
la Orquesta Usach, en que la viola es la protagonista desde el comienzo. La
definiría como una composición clara, en el sentido de que su estructura es
tradicional, con un comienzo rápido, una sección más lenta y un final virtuoso
y muy rápido”, describe el autor.
Contrabajista, compositor y director, Pacheco se formó como músico en
la Universidad de Chile y en el Conservatorio Nacional de París.
Desde el año pasado vive en Puerto Montt, donde es profesor de
la Universidad de Los Lagos y dirige la camerata de esa
universidad.
Aunque su catálogo de composiciones incluye repertorio de cámara, música
para orquesta, piezas de videoarte y hasta una ópera inédita, es la primera vez
que escribe para instrumento solista y orquesta.
“En
la música contemporánea se han dejado de lado los grandes géneros de la música
de tradición escrita, como la sinfonía, el cuarteto de cuerdas o el concierto,
porque tienen varias dificultades, pero en mi vida llegó un momento en que
quise enfrentarme a ese desafío. Creo que estos grandes géneros de la
tradición sinfónica todavía tienen mucho que dar”, concluye Jorge Pacheco.