martes, 4 de abril de 2023

Exposición en Valdivia rememora la industria naviera de la ciudad


 La exposición “Industria Naviera y Tráfico Fluvial en Valdivia, 1850–1960” convoca a un viaje temporal, pero ante todo material, húmedo y correntoso de imágenes colosales, de una historia cargada de momentos difíciles y de importancia global de nuestras cercanas bahías y ríos, en subida y descendiendo por el metal del buque y el verde del bosque nativo que los observa.

La exposición está compuesta por 30 fotografías que forman parte de una rica colección de la Dirección Museológica de la Universidad Austral de Chile; Museo Histórico Nacional en Santiago; el geógrafo Robert Swanton, de la Universidad de Wisconsin, Milwaukee y del historiador Roberto Montandon Paillard.

El proyecto, que permite está elaborada y motivadora llamada hacia la historia, es fruto del trabajo del Doctor en Historia de América por la Universidad Complutense, Madrid, Fabián Almonacid.

Junto a él participaron Paula Lagos y Marco Barrientos, Abel Lagos y Matías Riesco. Un equipo que fue beneficiado por el Fondart Regional sobre culturas regionales y turismo cultural.

Fabián Almonacid, académico de la Universidad Austral de Chile (profesor del Instituto de Historia y Ciencias Sociales y director de la Escuela de Graduados de la Facultad de Filosofía y Humanidades y del Magíster en Historia del Tiempo Presente), ha realizado una ardua labor de reconocimiento histórico de este territorio y lo acrecienta esta vez, con una exposición que profundiza en un momento glorioso de las comunidades ribereñas entre dos siglos.

En una entrevista reciente, Fabian Almonacid lo explica por su interés en la realidad económica en perspectiva histórica. Esto lo lleva a auscultar conflictos, trayectorias, sujetos, que permiten entender los grandes procesos de cambio. 

El ojo especialista del investigador nos permite de esta manera recoger el telón del tiempo, intencionadamente, entre la fotografía y la pregunta permanente por los destinos de los asentamientos humanos y sociales en nuestros propios bordes enriquecidos y catastróficos.

 En 1862 se establece una línea de cabotaje marítimo entre los puertos de Valdivia y Valparaíso. En 1872 se realiza la apertura de una línea de tráfico marítimo regular entre Valdivia y Hamburgo servida por la línea alemana Kosmos

Los nuevos colonos, al igual que como antes habían hecho mapuches y españoles, aprovecharían en Valdivia las particulares condiciones de las vías fluviales para facilitar las variadas actividades productivas y comerciales.

Para esta nueva población será fundamental la conectividad fluvial puesto que para dicha época la línea férrea aún no sobrepasaba la frontera del Biobío. Por lo tanto, el río era el escenario para el desarrollo industrial de la ciudad. Liewald, 2012.

Como gran parte de los colonos poseía tierras y cultivos en los alrededores de la ciudad, fue lógico aprovechar las vías fluviales para facilitar el transporte de las materias primas y productos que cultivaban y comercializaban alrededor de una creciente actividad económica y productiva. Para ello se necesitarían numerosas embarcaciones, algunas de las cuales fueron inicialmente importadas directamente de Europa, pero prontamente se construirían varios astilleros, tanto en Valdivia como en sus alrededores.

Para el año 1909 cuatro astilleros daban trabajo a 373 operarios, contando con modernos equipos en sus instalaciones. En 1914, el estallido de la Primera Guerra Mundial y la crisis económica nacional paralizó la expansión de los astilleros valdivianos, bloqueándose la importación de maquinarias y repuestos traídos desde Europa, que representaban casi el 60% de los materiales utilizados.

En 1883 la actividad industrial de la ciudad había alcanzado un desarrollo significativo y el número de embarcaciones que arribaron al puerto de Corral ascendió a 302, empleando en 1909 a 373 operarios. La Primera Guerra mundial paraliza su crecimiento, al impedir el arribo de maquinarias y repuestos.

La interpelación entre las diversas ramas de la industria productiva, incluso en una misma empresa: la de carnes saladas y cecinas, para abastecer el mercado de las salitreras del norte, determina que las asociadas a ese rubro, con el objeto de reducir gastos de transporte, concluyan armando empresas navieras, las que finalmente resultan más importantes que la industria inicial. Guarda. 2011.

Muchas de estas empresas se orientaron a la construcción de embarcaciones mayores, otras dieron vida a la tradición del velerismo. Entre estas destacan los astilleros de Stolzenbach y Boekemeyer, a los que se sumó Ahrens, que apoyados por los maestros de ribera fueron dando vida a la mayoría de aquellas naves que comenzaron a surcar las aguas del río.

La Sociedad Anónima cerrada de armadores, fue fundada en 1876. Sus accionistas eran los principales industriales germanos de la ciudad: Albert Thater (17 acciones). Otto Anwandter (3 acciones). Ricardo Anwandter (6 acciones). Firma "Hermanos Anwandter" (6 acciones). Jorge Schüler (2 acciones). Firma Rudloff e Hijos (1 acción). De la creación de esta Asociación se desprende, que los empresarios alemanes organizaban individual y familiarmente sus empresas y tenían la capacidad de asociarse económicamente en torno, a una compañía que servía a sus intereses comerciales.

La invitación es a vivir esta experiencia en los salones del Centro de Extensión UACh Los Canelos, en Yerbas Buenas 181, Valdivia.

La inauguración realizada el pasado 30 de marzo a las 19.00 hrs., permitió un diálogo directo con el autor e invitados especiales. Desde el día siguiente, 31 de marzo, de martes a jueves entre 10 y 18 hrs. y hasta el 05 de mayo, se podrá visitar y revisitar este espacio que ya navega hacia la “Industria Naviera y Tráfico Fluvial en Valdivia, 1850 – 1960”.

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