Basándose
en las ideas que el destacado filósofo nacional expone en su último libro Manifiesto:
peligro y oportunidades de la megacrisis, escrito a propósito del estallido
social y la pandemia; la icónica compañía de danza contemporánea celebra su
cuarto de siglo con una pieza en gran formato que pone en escena sus sensibles
reflexiones, a través del cuerpo y el movimiento.Susurros
Invitando
a la coreógrafa Carolina Bravo para asumir la dirección, el proyecto financiado
por el Fondo Nacional de AAEE 2022 cuenta con el diseño integral de Katiuska
Valenzuela, creación y producción musical de Benjamín del Río y la realización,
idea original e interpretación de Compañía Movimiento: Vilma Jiménez,
Andrés Maulén, César Cisternas, Magdalena Bahamondes, Natasha Torres, Cristian
Hewitt y Teresa Alcaino.
Fue
en 1997 que las destacadas bailarinas nacionales, Teresa Alcaíno e Isabel
Croxatto, impulsaron la idea de crear Los Ruegos, una coproducción
chileno-francesa de danza contemporánea, para la que convocaron a los
coreógrafos galeses, Claude Bonachon y Benjamin Lamarge,
laureados creadores que durante 25 años fueron directores del Centro
Coreográfico Nacional de Nantes (Francia); a conducir la dirección de la pieza
que hoy se ha convertido en Patrimonio Coreográfico.
Así
nació la Compañía Movimiento que, con más de 10 montajes, múltiples
reconocimientos y giras nacionales e internacionales; se erige como una de las
agrupaciones más icónicas de la escena local, celebrando 25 años de
trayectoria con el estreno de Susurros del viento, el
próximo miércoles 14 de diciembre a las 20.30 h en el
Teatro Principal de Matucana 100.
“Hemos
crecido juntos, hemos madurado juntos, nos hemos acompañado con todas las
distancias que podríamos haber tomado por razones fuertes, pero siempre nos
mantuvimos juntos, tanto realizando nuestras propias necesidades de estar en
creación, de bailar para otros coreógrafos, como de invitar a otros coreógrafos
a la compañía, eso ha sido una característica”, dice Teresa Alcaino,
fundadora de la compañía, galardonada con el premio a la Trayectoria Mujer
Destacada, de los premios regionales del Ministerio de las Culturas, las Artes
y el Patrimonio.
Precisamente,
para encargarse de la dirección de este trabajo, la compañía decidió invitar a
la destacada bailarina y coreógrafa, Carolina Bravo, ex bailarina del Ballet
Nacional Chileno (BANCH) y reconocida por su último montaje Pedrito y el
Lobo. “Ella tenía la fuerza necesaria para llevar a cabo un proceso como el que
nosotros creíamos preciso.
Nos
pareció muy significativo, además, que fuera mujer quien dirigiera este montaje
porque en este tiempo en que se está reivindicando la mirada desde lo femenino,
sentimos que era muy importante ponerlo en escena en este momento porque lo
requiere el mundo de hoy, requiere una mirada inclusiva, amorosa, mucho más
abierta a entender el proceso que estamos viviendo”, agrega Natasha Torres,
otra integrante fundacional del colectivo.
Susurros
del viento, es una pieza en gran formato inspirada en el último libro del
reconocido filósofo, musicólogo y escritor chileno, Gastón Soublette, Manifiesto:
peligro y oportunidades de la megacrisis; escrito entre el estallido
social y la pandemia.
“Expone su mirada, sus reflexiones sensibles
acerca del momento presente, lo que él llama ‘la crisis’ que estamos viviendo,
entonces está atravesado de una mirada histórica a cómo hemos llegado a este
momento donde asistimos al derrumbe de muchas cosas y esa sensación de
desmoronamiento, es también la que atraviesa toda la pieza, de manera literal
algunas veces y, sobre todo, de cómo el derrumbe pasa por nuestro cuerpo”,
explica Carolina Bravo.
Según
la directora, la propuesta coreográfica pasa a través del derrumbe, para luego
transitar a través del amor. “En el encuentro humano, amoroso, amable, está el
nacimiento también de una nueva posibilidad de relacionarnos, de un nuevo pacto
social que permita una manera distinta de vivir porque la manera en la que estamos
viviendo ya no resiste más y es la que se está derrumbando y va a seguir
haciéndolo.
Susurros |
“Encontrarnos
nuevamente en cuerpo y alma. Ir inhalando y exhalando, superando toda esta
contaminación, esta desilusión política que vivimos encontrando el espacio para
el grito. Así es la Movimiento. Es una experiencia y aquí estamos, siempre
seguimos, a pesar de la desilusión del desmoronamiento.
La naturaleza está ahí, los cuerpos están ahí, hay que ayudar y ayudarnos en esta reflexión de un cambio interior, como dice Gastón, ‘profundamente humano’ y volver al rito, volver a lo ancestral. Continuar, ese es el compromiso…”, concluye Teresa.
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