“Sabemos
lo que está ocurriendo con respecto al calentamiento global y las mejores
evidencias científicas son claras sobre las medidas de mitigación que deben
tomarse”, dijo en la presentación Cristóbal Emilfork, investigador doctoral del
INACH y facilitador del evento.
El
espacio, organizado en formato híbrido, reunió a investigadores que trabajan en
la criósfera para discutir cómo la ciencia producida desde el extremo sur del
mundo contribuye al entendimiento del cambio climático y a la formulación de
políticas de mitigación y adaptación.
“La
Antártica está cambiando más rápido de lo que creíamos posible y ese mensaje
debe escucharse desde el Sur Global. Si no logramos limitar el calentamiento
por debajo de 1,5 °C o, al menos, evitar que ese sobrepaso sea prolongado, las
consecuencias para la criósfera serán irreversibles. Por eso es crucial que la
ciencia que producimos desde Chile y la región tenga un espacio en la
conversación global”, planteó Emilfork al contextualizar la urgencia climática
que enfrenta el Continente Blanco.
En su
exposición, Emilfork destacó que el año pasado fue el más cálido jamás
registrado y que, según los datos presentados en el Earth Information Day, este
año podría convertirse en el segundo o tercer más cálido desde que se tiene
registro.
Emilfork
presentó también parte de su investigación doctoral en Estudios de Ciencia,
Tecnología y Sociedad (CTS), enfocada en analizar cómo la glaciología y las
ciencias de la criósfera en general contribuyen a la comprensión del deshielo
antártico en un contexto de cambio climático acelerado. Su trabajo examina cómo
las y los glaciólogos producen conocimiento en escenarios de transformación
extrema y cómo las perspectivas científicas que nacen desde el Sur Global
permiten interpretar la criósfera con una mirada situada, incorporando
dimensiones ambientales, territoriales y sociales.
En la
primera parte del evento se presentaron iniciativas que amplían la forma
tradicional de producir conocimiento sobre la criósfera, incorporando
perspectivas de las ciencias sociales y la educación. Entre ellas destacó la
Feria Antártica Escolar (FAE), programa que desde hace más de 22 años motiva a
estudiantes de enseñanza media a desarrollar proyectos de ciencia antártica.
El hielo
antártico ya no es estable
El
director del INACH, el glaciólogo Dr. Gino Casassa, presentó el estado actual
de la capa de hielo antártica y el retroceso sin precedentes del glaciar
Hektoria, en la península Antártica. Mostró cómo, en pocas décadas, se ha
confirmado que la Antártica ya no es el continente “estable y congelado” que se
pensaba, sino que pierde masa de hielo, especialmente en sus bordes y
plataformas flotantes.
Casassa
explicó que, tras el colapso de la plataforma de hielo Larsen B, se comprobó
que estas plataformas actúan como un “ancla” que frena a los glaciares
interiores. Al desaparecer, los glaciares aceleran su flujo, se adelgazan y
aumentan su contribución al alza del nivel del mar.
En el caso
del glaciar Hektoria, se registró un retroceso de 8 kilómetros en tan solo dos
meses, un fenómeno nunca antes observado, acompañado de un aumento
significativo en la velocidad de flujo y adelgazamiento del hielo.
El
climatólogo Dr. Jorge Carrasco, profesor e investigador asociado de la
Universidad de Magallanes y presidente del Comité Nacional de Investigación
Antártica, presentó a la Antártica como “faro del planeta”: una región que no
solo refleja radiación solar, sino que funciona como señal de alerta de los
cambios que afectan al sistema climático terrestre.
Carrasco
mostró evidencias de un aumento sostenido de la temperatura en la península
Antártica, cambios en la precipitación (más eventos intensos y de mayor
frecuencia) y un retroceso generalizado de los glaciares, en coherencia con lo
observado en los modelos climáticos y los informes del IPCC.
Vientos
más intensos y pérdida acelerada de hielo
El Dr.
Raúl Cordero, de la Universidad de Santiago de Chile, expuso sobre el trabajo
de su grupo de investigación (antarctica.cl)
y el rol de la atmósfera en las pérdidas de hielo. Señaló que el
fortalecimiento de los vientos del oeste en torno a la Antártica favorece tanto
el derretimiento basal de las plataformas de hielo, por afloramiento de aguas
profundas más cálidas, como eventos de derretimiento superficial ligados a
masas de aire cálido que llegan incluso desde los trópicos.
Cordero
detalló que, en las últimas décadas, la Antártica ha perdido cerca de 3
billones de toneladas de hielo y que actualmente pierde en promedio 150.000
millones de toneladas por año, principalmente por el flujo acelerado de hielo
hacia el océano.
El
investigador enfatizó la necesidad de contar con más y mejores datos
observacionales en el hemisferio sur para comprender estos procesos. Su grupo,
explicó, ha instalado una red de observatorios atmosféricos desde el desierto
de Atacama hasta la base “Profesor Julio Escudero”, complementados con globos
meteorológicos, mediciones de radiación, composición atmosférica, nieve y
contaminación.
Datos,
cooperación y reducción de huella
Los
panelistas coincidieron en que las políticas climáticas deben basarse en
evidencia científica robusta, pero también en el principio de precaución, para
enfrentar escenarios de cambio abrupto y puntos de no retorno en la Antártica.
Entre las
acciones urgentes se mencionó el asegurar financiamiento estable para redes de
observación y estaciones científicas; modernizar la infraestructura polar para
reducir la huella de carbono de las bases, y fortalecer la cooperación
internacional y la formación de nuevas generaciones de investigadores.
“Chile no
puede detener por sí solo el calentamiento global ni el retroceso del hielo
antártico, pero sí puede aportar con la mejor información disponible y reducir
la huella de sus propias actividades en la Antártica”, resumió Cordero.
El INACH es un organismo técnico dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores con plena autonomía en todo lo relacionado con asuntos antárticos y tiene entre sus misiones el incentivar el desarrollo de la investigación científica, tecnológica y de innovación en la Antártica, el fortalecimiento de Magallanes como puerta de entrada al Continente Blanco y promover el conocimiento de las materias antárticas a la ciudadanía.
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