Estimado lector ¿sabía usted que todos somos
optimistas? Lo anterior porque el optimismo, está escrito en nuestros genes.
Pero también, está la posibilidad de no desarrollarlo o perderlo y en
consecuencia sentirnos tristes, sin vitalidad, atrapados en la insatisfacción y
el desaliento.
La palabra optimismo, proviene del latín
"optimum": "lo mejor".
El término fue usado por primera vez para referirse a
la doctrina sostenida por el filósofo alemán Gottfried Wilhelm Leibniz, en
su obra Ensayos de Teodicea sobre la bondad de Dios, la libertad del
hombre y el origen del mal (Ámsterdam, 1710) según la cual, el mundo en el
que vivimos es el mejor de los mundos posibles.
Una postura parecida es sostenida con distintos
matices por los filósofos William Godwing, Ralph Emerson y Friedrich
Nietzsche.
Por otra parte, el espíritu de algunos movimientos
espirituales, como el Renacimiento y la Ilustración, fue identificado como
optimista y lleno de fe en el hombre y sus posibilidades, frente a épocas
opuestas y pesimistas como la Edad Media y el Barroco.
Para muchos, el optimismo es
el valor que ayuda a enfrentar las dificultades con buen ánimo y
perseverancia, descubriendo lo positivo que tienen las personas y las
circunstancias, confiando en nuestras capacidades y posibilidades junto con la
ayuda que podemos recibir.
Existen muchos tipos de personas, cada uno con unas
características distintas que los hacen especiales. Mientras algunas miran siempre
el lado bueno de las cosas, hay otras que pasan el día lamentándose. Las
primeras son personas optimistas, aquellas que siempre tienen una mentalidad
positiva y no importa las veces que se caigan, siempre se levantan con una
sonrisa.
En el libro, El optimista que hay en ti de
Jessica Lockhart y publicado por KOAN, la autora cuenta su propia experiencia
de como ella logro recuperar su vida.
Durante diez años, Jessica y su familia vivieron
circunstancias muy duras que puso a prueba su estabilidad familiar y personal
hasta que un día se dio cuenta de que su optimismo había desaparecido “a través
del cúmulo de problemas, dolor, tristezas como lluvia en tierra seca” y decidió
reencontrarse.
Eso la motivó, a desarrollar un método para recuperar
su esencia y llegar a una vida plena volviendo a enfrentarla de manera que ese
optimismo fuera su centro de gravedad, su motor y su fuente de energía.
Tras una larga investigación, pudo desarrollar un
método eficaz que la ayudó a recuperarse y por ello, quiso compartirlo con el
mayor número de personas posible y por ello, nació este libro que, en esencia,
su objetivo es que el lector descubra qué es el auténtico optimismo y cómo
podría potenciarlo.
Para la autora, lejos de ser una persona ingenua, no
realista o autoengañada a la persona optimista la definen, cualidades que la
ayudan a llevar una vida plena, afrontando con entereza y valentía los
problemas que la vida les presentan.
Son personas creativas, audaces, perseverantes,
realistas, racionales, valientes, sociables, no tiene miedo o vergüenza de
expresar sus emociones, asume sus errores, nunca deja de soñar, asume lo
inevitable y, sobre todo, escoge ser positivo.
Ser optimista no es evitar los problemas y hacer ver
como si no existieran, sino que es afrontarlos con una actitud mucho más
adaptativa y eficiente.
En vez de centrarse en su propio orgullo y mantenerlo
intacto a toda costa, las personas optimistas interpretan la realidad como un
espacio en el que es posible mejorar el presente, y por eso su mentalidad es
constructiva, no fundamentada en quimeras.
Algunas creencias, oportunidades o valores
fundamentales resultan atractivas y deseables, pero quedarse anclados en esas
ideas, hace que las personas no se adapten al mundo real y dejen pasar.
Y la semilla del optimismo que está en el interior de
cada persona, hay que regarla y cuidarla para que crezca porque el optimismo y
la felicidad no están dadas de una vez. Hay que cultivarlas a diario, como si
se cuidara una planta delicada.
Por otra parte, en este libro encontrarás el lector
encontrará un test para medir su optimismo; el árbol de la felicidad, un
ejercicio para detectar tus carencias y cómo satisfacerlas; herramientas para
mejorar el optimismo a corto y a largo plazo y un diario de preguntas inspiradoras,
que ayudarán a ver todo lo bueno que hay en cada uno.
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