miércoles, 6 de agosto de 2025

Conmemoran los 80 años de los bombardeos nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki

Reloj que muestra la hora en que explotó
la bomba sobre Hiroshima 
 En el contexto de la conmemoración de los 80 años de los bombardeos nucleares sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki se inauguró la exposición “Memoria y Paz” en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos (MMDH) con el objetivo de compartir el mensaje de la importancia de la paz, siendo Japón el único país que ha sufrido bombardeos nucleares en la historia.

En la ceremonia, a la que asistieron embajadores extranjeros, autoridades nacionales, miembros de la colonia japonesa, estudiantes se presentó un programa lleno de emotividad en recuerdo de  las víctimas de los ataques nucleares

Este acto comenzó con un audio en que se recreaba el bullicio de la vida urbana, luego el ruido del motor de un avión y finalmente el silencio, creando la atmósfera de emotividad necesaria para la actividad.

Luego, la embajadora de Japón ITO Takako y María Fernanda García, directora del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, leyeron en japonés y castellano las poesías “Preludio y Verde eterno” que dieron inicio a esta ceremonia.

Luego, María Fernanda García señaló que “nuestro Museo y sus equipos de trabajo, estamos profundamente comprometido con la misión de enfrentar nuestra propia historia y extraer de ella, las enseñanzas éticas para reforzar los cimientos de la libertad y la dignidad humana.

Así, como nuestros esfuerzos están en ser capaces de mirar nuestros propios dolores para asegurar el “nunca más”, hoy ampliamos esa mirada y compartimos este espacio para abrazar la memoria de Hiroshima y Nagasaki. Porque lo vivido no debe ser observado como un simple hecho histórico, sino que debe ser resignificado como un compromiso que alimente una cultura de paz y derechos humanos a nivel global.

Esta exposición es un testimonio vivo de ese compromiso. Es también un homenaje a las víctimas y a los sobrevivientes que, con una valentía inquebrantable, han dedicado sus vidas a compartir sus desgarradoras experiencias para que la humanidad nunca olvide, enseñándonos que la paz solo es posible si no repetimos los errores del pasado.

Y como reza el lema en el viejo memorial en Hiroshima decimos “Descansen en paz, nosotros nos encargaremos de no repetir el error”.

Posteriormente, la intérprete Mika Komiya interpretó la canción “Mil grullas” o Senbazuru, canción inspirada en Sadako Sasaki, niña sobreviviente de la bomba atómica lanzada en Hiroshima, quien, debido a la radiación recibida, 10 años después desarrolló y falleció de leucemia.

Sadako plegó grullas de papel, con la esperanza de que, al completar mil, los dioses le concedieran sanar y vivir en paz.

Hoy, sus grullas son un símbolo mundial de Paz y Sadako, se convirtió en símbolo de las víctimas inocentes de la guerra y con esta canción, cada grulla es como un juramento de "nunca más", "nunca más la guerra, el olvido y la violencia.

Posterior a la interpretación musical, se mostró el documental “Plegarias de una Madre” realizado por la Fundación Japón.

Con una duración de 18 minutos, esta película dirigida por Motoo Ogasawara, describe la devastación causada por la bomba atómica en Hiroshima, enfocada desde el punto de vista de las madres que perdieron a sus hijos y también, muestra la desgarradora historia de los sobrevivientes.

Nagasaki en ruinas
Un infierno en vida.

En su discurso, la embajadora Ito Takako señaló que “el seis de agosto de 1945 en este mismo día, hace exactamente 80 años, fue lanzada sobre la ciudad de Hiroshima la primera bomba atómica de la historia.

Una sola bomba convirtió la tranquila mañana de una ciudad en un infierno en vida, arrebatando en un instante la vida de más de cien mil personas.

Tal como mostró el documental que acabamos de ver, esta tragedia dejó secuelas que perduran hasta hoy, incluyendo el sufrimiento interminable de los sobrevivientes y de sus descendientes.

Tres días después, el nueve de agosto, una segunda bomba atómica fue arrojada sobre la ciudad de Nagasaki, donde se encontraba la iglesia cristiana más antigua de Japón, acabando nuevamente con decenas de miles de vidas en un instante.

Japón, como único país del mundo que ha sido víctima de bombardeos atómicos en tiempo de guerra, inició su camino como nación pacifista después del fin de la guerra, el quince de agosto.

Bajo la firme convicción de que jamás se debe repetir un sufrimiento tan indescriptible, Japón ha asumido como misión histórica transmitir la terrible realidad de aquella tragedia y liderar esfuerzos de la comunidad internacional hacia la consecución de un mundo sin armas nucleares”.

“Hoy, al cumplirse ochenta años desde la tragedia de Hiroshima, el hecho de estar reunidos en este “Museo de la Memoria y los Derechos Humanos”, un espacio profundamente vinculado con la dignidad de la vida humana, los derechos humanos y la preservación de la memoria, para llevar a cabo esta ceremonia, reviste un profundo significado.

Debemos alcanzar la “libertad frente al miedo” (freedom from fear) proclamada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El Domo de la Bomba Atómica de Hiroshima, que conserva una memoria que la humanidad no debe olvidar y simboliza el anhelo por la paz mundial, ha sido inscrito como Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Al enviar, desde Chile, un mensaje de “rechazo” a las armas nucleares y de anhelo por la paz, deseamos sinceramente que conozcan los esfuerzos que ha realizado el pueblo japonés en su camino como nación pacifista después de la guerra, y que, sin apartar la vista del horror de la guerra, caminemos juntos hacia la realización de un mundo pacífico, próspero y libre de armas nucleares”, añadió la embajadora Takako.

Luego del discurso de la embajadora, se transmitió el mensaje de la señora Setsuko Thurlow sobreviviente de Hiroshima y que ha dedicado su vida a rechazar la proliferación de las armas nucleares.

Antes de finalizar la ceremonia, el coro Jacarandá interpretó las canciones この広い野原いっぱい』(Kono Hiroi Nohara Ippai) y 翼をください』 (Tsubasa wo Kudasai翼をください』 (Tsubasa wo Kudasai.

Fernanda Espejo, miembro del coro explicó que “la primera es una balada que transforma el dolor en flores, esparcidas en el campo infinito de la memoria y la segunda canción, es una plegaria colectiva que pide alas, para volar más allá de las heridas y el dolor, hacia un futuro libre y sin muros. Que cada nota se convierta en un nombre. Que cada momento de silencio, guarde las memorias que el mundo jamás debe olvidar”.

Exposición sobre Memoria y Paz.

Luego de la ceremonia, se realizó la inauguración de la exposición “Memoria y paz”, con la presencia de los invitados y de estudiantes que participaron en la creación de mil grullas de papel que adornan el hall CEDOC, donde está la exposición que incluye los dibujos de niños del mundo que forman parte del certamen “Ciudades de Paz”.

El domo por la Paz en Hiroshima 
En la inauguración, María Fernanda García señaló que “estos trazos infantiles que nos hablan del anhelo de vivir en un lugar pacífico, también nos convoca a promover la educación por la paz. Permítanme compartirles una frase que captura esta inocencia y sabiduría, es de Kiana Boldovar, una niña de diez años “Donde hay paz el sol brilla más, los jardines y los prados son más hermosos y los niños son más felices”.

 Es esa visión, esa esperanza que Kiana expresa, la que debemos atesorar y cultivar”, finalizó la directora ejecutiva del Museo de la Memoria.

La exposición estará abierta al público de martes a viernes entre las 10:00 y las 17:00 hrs hasta el 31 de agosto.

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