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Reloj que muestra la hora en que explotó la bomba sobre Hiroshima |
En la ceremonia, a la que asistieron embajadores
extranjeros, autoridades nacionales, miembros de la colonia japonesa,
estudiantes se presentó un programa lleno de emotividad en recuerdo de las
víctimas de los ataques nucleares
Este acto comenzó con un audio en que se
recreaba el bullicio de la vida urbana, luego el ruido del motor de un avión y
finalmente el silencio, creando la atmósfera de emotividad necesaria para la
actividad.
Luego, la embajadora de Japón ITO Takako y
María Fernanda García, directora del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos,
leyeron en japonés y castellano las poesías “Preludio y Verde eterno” que
dieron inicio a esta ceremonia.
Luego, María Fernanda García señaló que “nuestro
Museo y sus equipos de trabajo, estamos profundamente comprometido con la
misión de enfrentar nuestra propia historia y extraer de ella, las enseñanzas
éticas para reforzar los cimientos de la libertad y la dignidad humana.
Así, como nuestros esfuerzos están en ser capaces
de mirar nuestros propios dolores para asegurar el “nunca más”, hoy ampliamos
esa mirada y compartimos este espacio para abrazar la memoria de Hiroshima y
Nagasaki. Porque lo vivido no debe ser observado como un simple hecho histórico,
sino que debe ser resignificado como un compromiso que alimente una cultura de
paz y derechos humanos a nivel global.
Esta exposición es un testimonio vivo de
ese compromiso. Es también un homenaje a las víctimas y a los sobrevivientes que,
con una valentía inquebrantable, han dedicado sus vidas a compartir sus
desgarradoras experiencias para que la humanidad nunca olvide, enseñándonos que
la paz solo es posible si no repetimos los errores del pasado.
Y como reza el lema en el viejo memorial
en Hiroshima decimos “Descansen en paz, nosotros nos encargaremos de no repetir
el error”.
Posteriormente, la intérprete Mika Komiya interpretó
la canción “Mil grullas” o Senbazuru, canción inspirada en Sadako Sasaki, niña
sobreviviente de la bomba atómica lanzada en Hiroshima, quien, debido a la
radiación recibida, 10 años después desarrolló y falleció de leucemia.
Sadako plegó grullas de papel, con la
esperanza de que, al completar mil, los dioses le concedieran sanar y vivir en
paz.
Hoy, sus grullas son un símbolo mundial de
Paz y Sadako, se convirtió en símbolo de las víctimas inocentes de la guerra y
con esta canción, cada grulla es como un juramento de "nunca más",
"nunca más la guerra, el olvido y la violencia.
Posterior a la interpretación musical, se mostró
el documental “Plegarias de una Madre” realizado por la Fundación Japón.
Con una duración de 18 minutos, esta
película dirigida por Motoo Ogasawara, describe la devastación causada por la
bomba atómica en Hiroshima, enfocada desde el punto de vista de las madres que
perdieron a sus hijos y también, muestra la desgarradora historia de los
sobrevivientes.
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Nagasaki en ruinas |
En su discurso, la embajadora Ito Takako señaló
que “el seis de agosto de 1945 en este mismo día, hace exactamente 80 años, fue
lanzada sobre la ciudad de Hiroshima la primera bomba atómica de la historia.
Una sola bomba convirtió la tranquila
mañana de una ciudad en un infierno en vida, arrebatando en un instante la vida
de más de cien mil personas.
Tal como mostró el documental que acabamos
de ver, esta tragedia dejó secuelas que perduran hasta hoy, incluyendo el
sufrimiento interminable de los sobrevivientes y de sus descendientes.
Tres días después, el nueve de agosto, una
segunda bomba atómica fue arrojada sobre la ciudad de Nagasaki, donde se
encontraba la iglesia cristiana más antigua de Japón, acabando nuevamente con decenas
de miles de vidas en un instante.
Japón, como único país del mundo que ha
sido víctima de bombardeos atómicos en tiempo de guerra, inició su camino como
nación pacifista después del fin de la guerra, el quince de agosto.
Bajo la firme convicción de que jamás se
debe repetir un sufrimiento tan indescriptible, Japón ha asumido como misión
histórica transmitir la terrible realidad de aquella tragedia y liderar
esfuerzos de la comunidad internacional hacia la consecución de un mundo sin armas
nucleares”.
“Hoy, al cumplirse ochenta años desde la
tragedia de Hiroshima, el hecho de estar reunidos en este “Museo de la Memoria
y los Derechos Humanos”, un espacio profundamente vinculado con la dignidad de
la vida humana, los derechos humanos y la preservación de la memoria, para
llevar a cabo esta ceremonia, reviste un profundo significado.
Debemos alcanzar la “libertad frente al
miedo” (freedom from fear) proclamada en la Declaración Universal de los
Derechos Humanos. El Domo de la Bomba Atómica de Hiroshima, que conserva una
memoria que la humanidad no debe olvidar y simboliza el anhelo por la paz
mundial, ha sido inscrito como Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Al enviar, desde Chile, un mensaje de
“rechazo” a las armas nucleares y de anhelo por la paz, deseamos sinceramente
que conozcan los esfuerzos que ha realizado el pueblo japonés en su camino como
nación pacifista después de la guerra, y que, sin apartar la vista del horror
de la guerra, caminemos juntos hacia la realización de un mundo pacífico,
próspero y libre de armas nucleares”, añadió la embajadora Takako.
Luego del discurso de la embajadora, se
transmitió el mensaje de la señora Setsuko Thurlow sobreviviente de Hiroshima y
que ha dedicado su vida a rechazar la proliferación de las armas nucleares.
Antes de finalizar la ceremonia, el coro
Jacarandá interpretó las canciones この広い野原いっぱい』(Kono
Hiroi Nohara Ippai) y 翼をください』
(Tsubasa wo Kudasai翼をください』
(Tsubasa wo Kudasai.
Fernanda Espejo, miembro del coro explicó que
“la primera es una balada que transforma el dolor en flores, esparcidas en el
campo infinito de la memoria y la segunda canción, es una plegaria colectiva
que pide alas, para volar más allá de las heridas y el dolor, hacia un futuro
libre y sin muros. Que cada nota se convierta en un nombre. Que cada momento de
silencio, guarde las memorias que el mundo jamás debe olvidar”.
Exposición sobre Memoria y Paz.
Luego de la ceremonia, se realizó la
inauguración de la exposición “Memoria y paz”, con la presencia de los
invitados y de estudiantes que participaron en la creación de mil grullas de
papel que adornan el hall CEDOC, donde está la exposición que incluye los
dibujos de niños del mundo que forman parte del certamen “Ciudades de Paz”.
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El domo por la Paz en Hiroshima |
Es
esa visión, esa esperanza que Kiana expresa, la que debemos atesorar y cultivar”,
finalizó la directora ejecutiva del Museo de la Memoria.
La exposición estará abierta al público de martes a viernes entre las 10:00 y las 17:00 hrs hasta el 31 de agosto.
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