Un ejemplo de ello es la reciente publicación
de la revista científica PlosOne que reveló el desarrollo de Caraguatypotherium
munozi, un mamífero herbívoro orden Notoungulata del tamaño de un cerdo que
vivió hace aproximadamente 11 millones de años en lo que hoy es la Cordillera
de los Andes, en Arica.
La investigación fue liderada por la Dra.
Karen Moreno, académica del Magíster en Paleontología de la Universidad Austral
de Chile (único en el país) como parte de un proyecto FONDECYT y contó con
la participación de Jorge Campos, profesional que investigó el
tema como parte de su tesis para la obtención del grado de Magister en
Paleontología, quien es, actualmente, investigador asociado del Laboratorio de
Paleobiología del Centro de Estudios de Zonas Áridas (CEAZA) y paleontólogo de
THERIUM Ltda.
Asimismo, explicó que durante ese aislamiento los animales evolucionaron y dieron paso a una gran diversidad de formas y tamaños, entre los que encontramos a Notoungulata, quizás el grupo más diverso y abundante.
“Además, hace 11 millones de años la Cordillera de los
Andes estaba en pleno alzamiento, lo que puede haber afectado a los organismos
que ahí habitaban, debido al cambio climático que se asocia con este proceso”,
agregó el investigador.
A través de cortes histológicos de los
fósiles, el equipo observó la anatomía microscópica de los huesos de brazos y
piernas de varios ejemplares, detectando patrones variables sobre la forma en
que estos animales se desarrollaron, los cuales se correlacionan con las
condiciones ambientales en el pasado.
De manera similar a los anillos de los
troncos de los árboles, los huesos crecen a través de la depositación en capas
sucesivas. Desde allí, se identificó una gran variedad de tipos y regímenes de
depositación de hueso que revela que estos animales crecían por períodos
estacionales.
Finalmente, la Dra. Moreno agregó que,
como equipo de trabajo, los esfuerzos han estado enfocados en hacer estudios
detallados de estos animales fósiles y el lugar donde se encontraron, a fin de
comprender de manera global los enormes cambios que se experimentaron hacia el
final de Mioceno en el norte de nuestro país.
“En esa época hubo grandes pulsos de levantamiento del altiplano que generaron híper aridez y marcados cambios en la distribución y composición de la fauna. Es un ejemplo de los procesos de cambio climático y nacimiento de barreras geográficas que nos han caracterizado como país andino”, concluyó.
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