En un departamento donde
funciona un taller de costura, una joven enfrenta la tensión entre su
independencia y la opresión que la rodea. “NINA” es una obra conmovedora y
profundamente vigente que reflexiona sobre la libertad, los roles impuestos a
las mujeres y la lucha por el control del propio destino.
Se identificó la obra a través
de “Evidencias. Las otras dramaturgias”, investigación desarrollada por el
Núcleo de Investigación y Creación Escénica (NICE), compuesto por Maritza Faría
Cerpa, Lorena Saavedra González y Patricia Artés Ibáñez, enfocada en la
recuperación de dramaturgas chilenas del siglo XX.
Fue escrita por Gloria Moreno
en 1935 y estrenada en 1937 en el Teatro Carrera de Santiago. El equipo
artístico está compuesto por académicas y académicos, tituladas y titulados de
la Escuela de Teatro UV, entre otros artistas.
El Proyecto de creación de
NINA está financiado por el Fondo Nacional de Fomento y Desarrollo de las Artes
Escénicas, Convocatoria 2025, del Ministerio de las Culturas, las Artes y el
Patrimonio. Las entradas están a $4500 público general, $3000 estudiantes y
personas mayores. Venta en boletería, solo con efectivo.
Las operarias.
Anette Barraza, Paula Díaz y
Rafaella Sobarzo interpretan a las operarias de Nina.
Paula Díaz, señaló
que “trabajamos en el taller de costura de Nina. En la
dramaturgia original es un solo personaje, Fanny, pero en esta obra es un coro,
cumpliendo el rol de la mujer trabajadora, que es como una máquina de coser, a
veces algo mecánica.
Rafaella Sobarzo señala:
“Nosotras movilizamos el ensamblaje de la estructura de la obra en las escenas.
Cumplimos harto el rol de la transformación del espacio, moviendo, por ejemplo,
el perchero metálico donde se encuentran los vestidos.
Estoy muy agradecida de trabajar con este
equipo, Maritza nos ha dirigido muy amablemente. El texto nos interpela como
mujeres, confronta y pone en disputa lo que nos ocurre en el cotidiano, el
hogar. Entrar en el espacio de Nina nos lleva a un viaje de reconocimiento y
reflexión”.
Anette Barraza indicó
que “es importante destacar el poder de esta dramaturgia, si
bien parece una novela romántica, oculta entre líneas harto que desenmarañar,
respecto al patriarcado, la violencia hacia las mujeres y es muy interesante
cómo una obra que cumple 90 años sigue tan vigente. Hay un poco de Nina en cada
personaje, cada quien está dentro de su propia jaula.
En ese sentido, Fanny es
joven, tiene una muy buena relación con Nina, la quiere, la cuida, la protege. Siempre he pensado que Fanny se forjó un carácter por
la vida que le tocó tener, y si hubiera sido más afortunada hubiese sido como
Nina también”.
Las amigas de Nina
Por otra parte, Javiera Vilches interpreta a Stella.
“El desafío personal es
trabajar en estas mujeres modernas de los años ‘30, siendo la cualidad más
interesante y potente de poder encarnar. Es una época que nos queda un poco
lejana, pero hay muchas conductas, patrones, que se repiten hasta hoy.
Representar a estas mujeres más transgresoras,
de manera estética y discursiva, ha sido descubrirse en ellas. Stella es una
mujer muy fuerte con una feminidad potente, es casada, tiene una muy buena vida
y la disfruta a concho. Es muy amiga de Nina, protectora de su amiga Marta, un
poco controladora igual, llega a pasar a ese extremo, por querer que las amigas
estén bien puede ser un poco invasiva.”.
La actriz
Stella Zúñiga interpreta a Marta. “Me gusta que Marta busque la independencia,
nos ha tocado trabajar esa feminidad sutil de la época. Me imagino a Marta como
un torbellino, es muy volátil, cambia de opinión, que se casa, que no se casa,
muy divertida. Marta le pide vestidos prestados a Nina, aunque se ve muy
acomodada.
Ahí vuelve la idea de la libertad. Desde algún punto todos los personajes plantean su opinión, su punto de vista sobre la libertad y Marta no se queda afuera”.
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