El desarrollo del
turismo ha permitido que nazca el turismo cultural, menos masivo, invasivo y
respetuoso con el medio ambiente y cultural de los países.
Con el paso del tiempo, el concepto de turismo se ha ido
transformando. Junto al tradicional turismo de sol y playa o turismo de masas, han
aparecido otros conceptos turísticos, que engloban nuevas manifestaciones:
turismo urbano, monumental, arqueológico, etnográfico, turismo literario,
ecoturismo, agroturismo, turismo gastronómico, turismo deportivo e, incluso,
turismo sexual, etc.
Las
nuevas tendencias asociadas a valores como la vuelta a la naturaleza y el uso
activo del tiempo de ocio, así como los cambios sociales asociados a una
sociedad cada vez más urbana y sedentaria hacen que haya surgido la demanda de
nuevas formas de turismo.
El
turismo ha evolucionando al mismo tiempo que el concepto de patrimonio. Ahora
se habla de patrimonio cultural, natural e inmaterial donde museos y turismo
cultural se han transformado en realidades íntimamente ligadas, desarrollándose
de forma dependiente.
El turismo, al ser una importante actividad económica genera
entradas para el país en el que se lo realiza, siendo parte importante de su producto
interno bruto (PIB). Lo más positivo, es que al relacionarse con la actividad
turística, las personas tienen un beneficio económico directo o indirecto ya
que por cada persona empleada en esta actividad, se generan diez empleos mas
indirectamente ya sea prestando servicios en alojamiento, alimentación, o venta
de artesanías en su lugar de origen, etc.
Según los informes de la Organización Mundial
del Turismo, (OMT) el turismo es el sector principal de la economía mundial. En
2011, las llegadas de turistas internacionales en el mundo, crecieron más de un
4% hasta alcanzar los 980 millones de dólares. Para 2012, la OMT prevé un crecimiento en
llegadas de turistas internacionales de entre un 3% y un 4%. El sector
turístico es una de las mayores fuerzas económicas de algunas regiones y
países.
Por otro lado, la OMT
en su Barómetro de mayo informa que las llegadas de turistas internacionales
crecieron en un 5,7% en el mundo los dos primeros meses de 2012, a pesar de las
limitaciones económicas que atraviesan numerosos mercados emisores de Europa y
Norteamérica. En este contexto, las Américas registraron un crecimiento
importante (+6,1%), impulsado por la fuerte demanda sostenida en América del
Sur (+7,7%) y América Central (+7,1%)
En el caso de Chile, según el Servicio Nacional de Turismo, la llegada de
turistas extranjeros al país sigue siendo auspiciosa. Es así, como en el
período de enero a abril de este año, entraron 1.459.052 visitas
internacionales, lo que refleja un incremento de 15,3% respecto de igual
período de 2011, traduciéndose, a su vez, en 194.099 llegadas por sobre lo
reportado el año pasado.
Respecto a los principales mercado emisores, Argentina y Brasil siguen
mostrando un repunte positivo, ya que a la fecha han registrado un alza de
26,2% y 20,4%, respectivamente. Durante el período enero-abril, se registro un
alza de llegadas desde Argentina y Brasil, como resultado de las campañas de
promoción a público final, especialmente en este último país.
Sin embargo, el turismo impacta sobre el territorio, el
medio ambiente, las sociedades, las culturas y las economías locales ya que el
turista no es sólo un gran consumidor de recursos naturales y un gran productor
de residuos, sino también, un "contaminador" de culturas, porque el
turismo pone en contacto la cultura local receptora con la cultura foránea y
esto, que puede tener unos efectos positivos, también tiene impactos sobre las
formas de vida y los hábitos lingüísticos, artísticos, gastronómicos,
económicos, etc. provocando que la cultura y los gustos de las poblaciones
locales se adapten a los gustos del visitante que es, en la mayor parte de los
casos, producto de la cultura hegemónica globalizada.
El turismo masivo rompe el equilibrio natural y social de muchos
países, sociedades y culturas. Una forma de evitar lo anterior, es planificar servicios
turísticos de calidad y respetuosos con el entorno ambiental, social y humano y
sostenible, es decir, entregar una oferta turística que lo haga compatible con
la salvaguardia y recuperación de los valores culturales, sociales y
ambientales junto con desarrollar las sociedades locales.
Este tipo de turismo, insiste en aquellos aspectos
culturales que oferta un determinado destino turístico, ya sea un pequeño
pueblo, una ciudad, una región o un país. Este tipo de turismo precisa de recursos
histórico-artísticos para su desarrollo y este tipo de turista es más exigente
y menos estacional. Se basa en la autoeducación de nivel personal, a través de
la participación y sitios de alto valor turístico.
En Chile, los ministerios de Cultura y Economía están
trabajando en conjunto para vitalizar este tipo de relación entre los
extranjeros y la promoción del patrimonio cultural chileno.
Los primeros días del mes de junio, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes puso
en circulación el libro “Chile: Travesías Culturales” que reúne 140 fotografías de alta calidad y
una serie de relatos de personalidades de cada región de Chile, que demuestran
que parte importante de la riqueza turística chilena reside en su patrimonio
material e inmaterial, como son las tradiciones, gastronomía y monumentos, que
enriquecen la belleza y variedad de paisajes naturales.
En la
presentación, que se realizó en el ex campamento minero de Sewell, el Ministro
de Cultura, Luciano Cruz-Coke, explicó que “el turismo cultural, además de ser
sustentable por definición, permite el desarrollo regional, respetando las
identidades y tradiciones locales. Además, actúa como un garante y protector
tanto del patrimonio material como inmaterial”.
En este tipo de turismo, las personas realizan cortas
estancias con una duración de destino entre 3 ó 4 días, siendo muy flexible ya
que suele combinar la cultura con otras motivaciones con lo que supone un fácil
manejo de la demanda siempre que le ofrezca lo que busca. Los lugares de
destino principalmente de este turismo son los núcleos receptores históricos.
El turismo cultural esta considerado parte del grupo de
turismo alternativo. En esta clase de turismo, los turistas se concentran en la
cultura de los lugares adonde van, como museos o ver cosas construidas muchos
años antes, como el ex campamento minero de Sewell.
Sewell fue una ciudad minera
ubicada en la comuna de Machalí, Chile.
Se encuentra a 150 km al sur de la capital
chilena, Santiago y a 64 km
de la ciudad de Rancagua. Sewell empezó su construcción en la falda del Cerro
Negro, a los pies de Los Andes a una altitud de 2.800 metros sobre el
nivel del mar.
Comenzó su poblamiento con el nombre de
El Establecimiento en 1904, bajo
la mano del ingeniero estadounidense William Braden, de la empresa minera
estadounidense Braden Copper Company, que ya era dueña del yacimiento minero El
Teniente y se construyó, de manera previa a la aprobación por parte del
Ministerio de Hacienda para su explotación, que ocurrió el 29 de abril de 1905.
La ciudad obtuvo su nombre en marzo de 1915, cuando se le llamó como tal en
honor a Barton Sewell, , un alto ejecutivo de Braden Copper Co. que apoyó
fielmente la iniciativa en tierras chilenas y que falleció ese año en Nueva
York. En 1916, el 95% de las acciones de Braden Copper Co., pasaron a manos de Kennecott
Corporation, convirtiéndose en filial de esta última. En 1967, el Estado de
Chile adquirió el 51% de las acciones de Braden Copper Co., en el marco de la
nacionalización del cobre, que concluyó en 1971 con la Nacionalización
del Cobre durante el gobierno del ex presidente Salvador Allende.
El mismo año se inició la
Operación Valle, para el traslado de los habitantes a Rancagua,
ya que se sostenía que el Estado no podía asumir los gastos del campamento. Llegó
a tener 15.000 habitantes, que empezaron a abandonarlo una vez cerrada la mina
en 1977.
El campamento minero Sewell fue declarado monumento típico nacional bajo el
decreto nº 857 el 27 de agosto de 1998. En la actualidad es propiedad de la
división El teniente de CODELCO- Chile, quienes se encargan de la mantención,
recuperación y de las visitas turísticas al pueblo. En 2006, fue declarado
Patrimonio de la Humanidad
por la UNESCO,
por su incalculable valor histórico y cultural para Chile y el mundo.
El turismo cultural, puede influir en la creación de
personas más respetuosas del entorno que visitan al percibir y entender la
valoración de los diferentes territorios, culturas, idiosincrasias en una tarea
pedagógica al unir una educación que va más allá de los límites formales.
Si este turismo, logra tener una matriz de gestión (productos, itinerarios,
información) además de expandirse podrá aprovechar su capacidad transformadora
de manera positiva, incluso a partir de los errores que a veces el turismo ha
cometido.