A comienzos del mes de mayo, el Barómetro de Política y Equidad
de la Fundación Equitas,
en conjunto con la Fundación Friedrich
Ebert presentaron el cuarto número de su revista, que trata sobre como las
tendencia que, tímidamente se insinuaron en los inicios del actual gobierno,
han adquirido una presencia más visible y estable.
En este número del Barómetro, se analizan temas de política,
donde Augusto Varas analiza la estrategia gubernamental, llamada
“presidencialismo plebiscitario”, la que, según este análisis, tuvo sus mayores
éxitos durante el primer año de gobierno, pero comenzó rápidamente a declinar
en este período en coincidencia con el declive de la aprobación presidencial
que ha llegado a muy bajos niveles de aprobación y por el contrario, a altos
niveles de desaprobación.
Se analizan las posibles causas de los conflictos sociales
que remecieron a Chile durante el año pasado y entre ellas estarían, en primer
lugar problemas que se arrastraron durante las dos décadas de gobierno
concertacionista que no fueron adecuadamente resueltos a favor de la
ciudadanía; un segundo factor podría ser el fundamentalismo que ha
caracterizado a la gestión gubernamental. Lo anterior, en el sentido de tratar
de restaurar la pureza del neoliberalismo a través de prácticas y políticas
públicas consistentes e intransigentes que más que cohesionar a las fuerzas de
gobierno, terminaron confrontando a los heterodoxos y a los ortodoxos en
materias económicas y como no, en el plano valórico convirtiéndose estas
posturas, en un factor de división nacional
y al adoptar las soluciones a partir de convicciones de elite y no como una
articulación de los intereses y propuestas hacia la diversidad social, el
conflicto social emergió con fuerza.
En el campo de las políticas sociales, se han visto
ampliadas las oportunidades de negocios del sector privado, especialmente, en
educación y salud generando, lógicas contrapuestas entre lo que es el
funcionamiento del sistema público y del privado.
Para los analistas del Barómetro, esto evidenciaría que el
país pasa por una encrucijada en la que están en juego los principales rasgos
del sistema de seguridad social.
Tampoco se ven soluciones a los nudos centrales demandados
por el sector laboral aunque el acuerdo CUT y CPC y el nuevo post natal han
significado ciertos avances.
Como la gestión del Gobierno en materia de comunicaciones ha
favorecido al sector privado en detenimiento de los derechos y oportunidades
ciudadanas; como no se ha facilitado el acceso masivo a los medios y redes
digitales; como las intervenciones inmobiliarias en las ciudades exceden las
regulaciones municipales o de la Ley General
de Urbanismo y Construcción, donde el peso de las grandes constructoras
sobrepasan las leyes municipales, las ministeriales y el poder administrativo
del ministerio del ramo discriminando socialmente en las urbanizaciones de
Santiago, la respuesta de la ciudadanía de protestar no ha sido más que la
esperada.
En el área ambiental, los académicos participantes presumen
que en los temas de la agenda como el proyecto inmobiliario El Panul en la
comuna de La Florida,
la contaminación en La Greda,
las cuotas de pesca, los incendios forestales seguirán generando tensiones
entre los intereses privados y los colectivos, lo que redundaría en nuevas y
más amplias movilizaciones sociales.
Como hilo conductor de este análisis, se puede ver el
enfrentamiento constante entre los intereses privados y los colectivos. Además,
se ve el nulo respeto de los privados a la gestión del Gobierno, en donde se
generan reales suspicacias por la efectividad y universalidad de las políticas
adoptadas en beneficio de la comunidad, porque lo que se percibe es que se
estaría actuando con el propósito de consolidad el proceso de privatización
que, de manera muy callada, camina.
Según el economista Eugenio Rivera, “en estos años, el
Gobierno se ha caracterizado por los anuncios efectistas y reactivos,
haciéndole creer a la opinión pública que ya se han resuelto las demandas
ciudadanas, en donde la apuesta comunicacional queda clara: “-como ya hicimos
la reforma, la podemos sacar ahora de la cancha de discusión”, expresó en la
presentación de este número.
Frente a la baja en la popularidad del gobierno, los
expertos destacan que existe una paradoja entre las “buenas” cifras y la mala
percepción de las personas. Una de las razones, sería que los ciudadanos
sienten que no les han cumplido las promesas que les hicieron y que las reformas
que se realizan no corresponden a sus demandas.
Lo anterior se produciría porque hay un discurso de derechos
ciudadanos colectivos donde se percibe, según los académicos un cambio. Ya no
se trataría de identidades individuales sino más bien colectivas, donde la
negociación uno a uno ya no satisface las demandas de quienes las plantean.
Sobre el rol del movimiento social, los académicos plantean
que va a cumplir una función muy importante, que será recordar cuáles son los
temas de fondo, cuestión fundamental, en un momento en que la oposición
política no los está enfrentando.
Domingo Namuncura plantea la conflictiva relación entre los
pueblos indígenas, donde a pesar del uso indebido de la represión por parte del
grupo especial de las fuerzas policiales sus dirigentes perciben que pueden
llegar a ser actores relevantes en la lucha por sus derechos esenciales ya que no
son indígenas sumisos que esconden su identidad o se rinden fácilmente ante las
humillaciones centenarias y policiales actuales.
Al leer este número del Barómetro de Equidad, da la
impresión de que habría existido un punto de retorno para evitar los errores
que se han cometido y que este Gobierno, no tiene tiempo para enmendarlos sino
que tiene la obligación de seguir adelante. La pregunta que surge es ¿cerca de que destino estaremos? Lo
veremos a partir del mes de octubre y capaz que lo visualicemos bien a fines
del próximo año ¿O no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario