Para conocer a fondo la historia del más
antiguo de los festivales de cine, el Centro Arte Alameda le dedica un
nuevo ciclo de Clásicos de Matiné con un recorrido fílmico por su trayectoria.
La iniciativa cuenta con el financiamiento
del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio a través de su
Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras
Seis películas que abarcan desde los
inicios del Festival de Venecia en los años treinta, pasando por la serie de
reinvenciones políticas y culturales que dan cuenta del paso del tiempo, la
constante evolución de los cánones cinematográficos y las identidades de los
artistas.
La programación de Centro Arte Alameda
cuenta con el apoyo del Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales
Colaboradoras (PAOCC) del Ministerio de las Culturas, las Artes y el
Patrimonio.
Tal como Frankenstein, de Guillermo del
Toro, ha destacado esta semana en Venecia, otro clásico monstruo protagonizó la
que fuera la primera película inaugural del festival, el 6 de agosto de
1932: Dr. Jekyll and Mr. Hyde, que abrirá este ciclo. Esta adaptación del
relato de Robert Louis Stevenson explora el lado oculto del ser humano,
encarnando sus impulsos más violentos y salvajes.
Una imagen que posiblemente hiciera eco
del contexto político de la época: Italia estaba gobernada por Benito
Mussolini, figura fascista y aliada del nazismo. A través de su larga
trayectoria, el festival ha evolucionado dejando atrás este oscuro origen político,
de la mano de una constante reinvención artística y cultural que va modelando
su visión.
Casi veinte años más tarde, el prestigioso
León de Oro (el premio a la mejor película del festival), se lo llevó Rashomon
(1951), de Akira Kurosawa, siendo la primera película no europea ni
estadounidense en llevarse el galardón.
Una cinta revolucionaria en muchos
sentidos, por su particular estructura narrativa que explota los puntos de
vista como no se había hecho nunca en el cine, y también porque su éxito en
Venecia trajo consigo el reconocimiento del cine japonés, hasta entonces
desconocido en Europa, y abrió las puertas de aquel público a otros maestros
como Ozu o Mizoguchi.
Volviendo a apostar por una película que
rompiera las reglas cinematográficas, el año 1961 el León de Oro fue para El
año pasado en Marienbad, de Alain Resnais. Miembro de la Rive Gauche, la
facción más vanguardista del movimiento Nouvelle Vague del cine francés, el
director difuminó el tiempo y el espacio en este filme, desplegando un sinfín
de posibilidades para futuros cineastas y estilos.
La siguiente película del ciclo se exhibió
en el festival poco tiempo después: El Evangelio según San Mateo (1964),
de Pier Paolo Pasolini. Fue recibida inicialmente con abucheos para luego ser
ovacionada y ganadora del León de Plata, que corresponde al premio del jurado.
Pasando al año 1987 el premio mayor del Festival fue entregado a Louis Malle, con la película Adiós a los niños, cuya historia se inspiraba libremente en la vida del director, en el contexto de la invasión nazi a Francia durante la Segunda Guerra Mundial.
El
León de Oro a esta película implicó una valoración tan estética como política,
denunciando lo ocurrido cerca de 40 años antes y posicionando al festival como
un espacio libre de ideologías políticas del pasado.
Para concluir este ciclo de Clásicos de
Matiné, se exhibirá Un ángel en mi mesa (1990), de Jane Campion, que se
convirtió con esta película en la primera mujer en ganar el León de Plata;
premio que volvería a llevarse recientemente con The Power of the Dog (2021).
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