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En esa ocasión fue robado el péndulo de bronce de la
estructura original y hoy, gracias a la gestión de la Fundación Cultural de
Providencia y al trabajo de la escultora, se pudo instalar una nueva pieza para
completar su presencia en el parque, conocido como un museo abierto.
“Como Fundación Cultural estamos muy contentos de
reinstalar la escultura de Fernanda tras un trabajo conjunto. Con esto hito
queremos resaltar la resiliencia del arte, porque siempre va a estar,
abriéndose paso a las incivilidades, incluso a la inclemencia del tiempo, el
arte siempre va a florecer", sostiene Jorge Andrés González, director
ejecutivo de la Fundación Cultural de Providencia.
A partir de ahora, el público podrá admirar en el
extremo oriente del parque (hacia calle R Lyon), una versión plateada de la
figura humana, en un metal diferente y con una técnica de fundición distinta,
suspendida como péndulo vital desde un trípode metálico, no una mera
representación anatómica, sino metáfora viva del ser urbano contemporáneo.
Como la plomada que determina la vertical perfecta, el
humano oscila entre polaridades existenciales: entre el cielo y la tierra,
entre la libertad y el determinismo, entre la individualidad y la función
social.
“Después de dos años de ausencia, he trabajado
arduamente para que la obra surja con la misma gloria y majestad que la
original. Me siento emocionada de poder compartir esta nueva versión con la
comunidad y espero que sea recibida con la misma admiración y aprecio que la
anterior”, señala Fernanda Cerda.
Terminada en el taller de Roberto Grimberg, la figura de
un torso masculino a escala de 1,60 m y 50 k de peso, realizado en aluminio
fundido, fue fundida "a la arena " en 4 partes en Fundición OMAMET
(Lo Espejo), pulida y pintada con laca automotriz.
La altura del conjunto escultórico alcanza los 7 m
aprox.
“Recurso Humano” fundamento conceptual:
En el perpetuo vaivén de la existencia, "Recurso Humano" emerge como una meditación tridimensional sobre la condición humana en el espacio urbano.
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"Recurso Humano" es, en última instancia, un
homenaje a la persistencia del espíritu humano en el entramado urbano, una
reflexión sobre nuestra naturaleza dual como creadores y criaturas de la
ciudad, como instrumentos y artífices de nuestro propio destino.
La obra invita al espectador a contemplar su propia oscilación existencial, a reconocerse en ese movimiento perpetuo entre lo que somos y lo que construimos, entre nuestra naturaleza humana y nuestra función social, entre el peso de la existencia y la ligereza del devenir
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