Fueguinas” es una experiencia
escénica ceremonial, profunda e inmersiva, donde la danza, el teatro, el canto,
el diseño y la dramaturgia construyen un paisaje humano extinto del universo
femenino ancestral.
La obra se sumerge en el universo y cosmovisión del mundo femenino de los
pueblos originarios de Chile en un rito de invocación y memoria. Con la
codirección de la bailaora y coreógrafa Natalia García-Huidobro y de Pablo
Zamorano y la dramaturgia de Isidora Stevenson, el montaje se propone como un
acto de sanación y regeneración del bienestar colectivo.
En escena, la voz omnisciente de Lola Kiepja, última mujer Selknam, y los
cantos en vivo de Elisa Avendaño Curaqueo (Premio Nacional de Música y cultora
del arte Mapuche), guían a Marcela Millie, Noelia Coñuenao, Gabriela Arancibia,
Ely Ocaña, y la propia Natalia García-Huidobro en una una historia de saberes,
mitos y cuerpos.
“Una puesta que atraviesa distintos lenguajes escénicos. Seis intérpretes
construyen un paisaje, un cuerpo, una voz para narrar este gran ejercicio de
imaginación, reflexión y preguntas que nos hacemos nosotras también. Es una
experiencia artística muy visual, muy sonora, muy ceremonial. Es una invitación
a reflexionar sobre estos temas y cómo nos relacionamos con ellos”, cuenta la
directora, Natalia García-Huidobro.
La obra, que incluye palabras curatoriales del coreógrafo y bailarín samoano
Lemi Ponifasio, nace de la investigación de los pueblos originarios, honra a
las comunidades sobrevivientes y abre conversaciones urgentes sobre el respeto,
la reciprocidad y la interdependencia entre las personas y la Madre
Tierra.
Integrando cultura, espiritualidad, saberes ancestrales, ceremonias y lenguajes
contemporáneos, “Fueguinas” reivindica el arte como espacio de reconciliación y
de encuentro con el territorio, el sentido de pertenencia y la historia.
"El exterminio del pueblo Selknam y particularmente de sus mujeres
representa un genocidio invisibilizado en la historia de Chile. La obra propone
reflexionar sobre las ausencias femeninas y su vigencia actual, en un contexto
donde las mujeres están al frente de proyectos culturales y sociales. Se trata
de un ejercicio de memoria, identidad y legado histórico, necesario para
visibilizar culturas ancestrales”, comenta García-Huidobro.
Desde el umbral entre la vigilia y la ausencia, la puesta en escena restituye
memorias, tejiendo cuerpo, sonido y rito como materia viva para convocar a las
ausentes. La luna, como figura protectora y fugitiva, acompaña el tránsito por
una historia que conecta pasado, presente y futuro.
La obra es parte de “Primavera de danza”, iniciativa conjunta entre CEINA, Matucana 100, Centro Nave y GAM que une sus carteleras de noviembre, sumando doce espectáculos de danza de diversos estilos y con renombrados coreógrafos.13 al 22 Nov. Ju a Sá — 19.30 h. Entradas en gam.cl
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