El 7 de mayo de 1824 tenía que quedar marcado a fuego
en la biografía de Ludwig van Beethoven (1770-1827). Ese día iba a
reaparecer en el Theater am Kärntnertor de Viena, después de doce años sin
subir a un escenario, y ante una multitud que lo veneraba iba a presentar tres
obras. Una de ellas era un estreno: su primera sinfonía en una década y la
novena en su catálogo, que además culminaba con un elemento inédito como era un
monumental movimiento coral.
Ya completamente sordo hace años, en realidad, ese día
Beethoven compartió el escenario con Michael Umlauf, un músico austriaco que
verdaderamente se encargó de guiar a la orquesta. Cuando acabó el
concierto, el compositor seguía absorto en la partitura, “dirigiendo” su nueva
creación, así que fue una de las solistas quien lo interrumpió para que
contemplara lo que ocurría y él no podía distinguir: la audiencia había
estallado en una ovación luego de escuchar por primera vez su nueva
sinfonía.
Si ese concierto ya tenía condimentos especiales en la
víspera, así fue como pasó a la historia. Beethoven no volvió a aparecer
públicamente, murió tres años después y la Sinfonía Nº 9 en Re menor, op.
125, “Coral” se transformó en un hito inconmensurable, especialmente por
ese cuarto movimiento cantado: la melodía que sostiene la Oda a la alegría del
poeta alemán Friedrich Schiller (1759-1805) es conocida
universalmente y ha sido llevada a múltiples planos, desde himnos oficiales a
los más diversos arreglos.
Como solistas, actuarán cuatro cantantes chilenos que
en las últimas décadas han destacado en diversos ámbitos, desde la ópera y la
música antigua hasta el repertorio romántico y del siglo XX: la soprano
Patricia Cifuentes, la mezzosoprano María José Uribarri, el tenor Felipe
Gutiérrez y el barítono Pedro Alarcón.
La dirección general estará a cargo de David del Pino
Klinge, actual titular de la Orquesta Clásica Usach, quien sostiene que
la Novena es una pieza que “nunca cansa”, pero esta vez tiene un sentido
especial: “Todas las orquestas la están haciendo. ¿Por qué? Por el regreso de
la pandemia, porque se considera como símbolo de la alegría, de la vida, y de
la amistad. El famoso texto de Schiller es un canto de resurrección, por así
decirlo, y por eso hay mucha Novena en el ambiente”, afirma.
“Beethoven representa un liderazgo, una revolución,
una protesta social a través de la música”, agrega Del Pino. “Nunca
debemos olvidar que Viena colapsó cuando él murió y las carreteras fueron
sobrepasadas por la gente que llegó al funeral. ¿Cómo pasó eso en un momento
donde no había difusión masiva? Fue porque Beethoven representaba mucho
más que solamente música. Era un artista conocido, obviamente, pero se
levantaba en contra de todo lo que fuera antidemocrático y sacudía las
estructuras anteriores de clases y distinciones sociales. Este texto lo
escribió Schiller, con esta idea de que todos los hombres serán iguales y
hermanos, pero lo podría haber escrito Beethoven”.
Si abordar la Sinfonía Nº 9 de Beethoven es
siempre un reto importante para cualquier agrupación vocal, los conciertos de
la próxima semana son aún más desafiantes para el Coro Sinfónico Usach:
serán sus primeras presentaciones con público presencial en el Teatro Aula
Magna Usach en casi tres años.
La última vez que el elenco actuó en su habitual escenario fue en septiembre de
2019. Después, el estallido social y la pandemia le impusieron
presentaciones en otros espacios, con pequeños grupos de cantantes o en formato
virtual.
Orquesta Clásica y Coro Sinfónico USACH (c) Gary Go |
“Volveremos a encontrarnos con un sonido que es muy particular, que solo se consigue en el formato sinfónico-coral y nos permite expresarnos en el máximo de nuestra vocalidad. Es algo que extrañábamos mucho, así que la sensación ha sido de gran emoción en los ensayos y va a ser mucho más intensa en los conciertos”, anticipa.
Andrés Bahamondes coincide también en el nuevo sentido que la Novena sinfonía de Beethoven, y particularmente el texto de Schiller, han cobrado después de dos años de inéditas restricciones y medidas de aislamiento.
“Una cosa que la pandemia nos enseñó es el valor intrínseco de la Humanidad, donde Schiller y Beethoven tenían puesta toda su fe. Siempre es emblemático cantar la Novena, pero al ser un retorno a la vida artística para muchos y muchas cantantes, esta vez no puede ser más que un himno de alegría para todos y todas”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario