Allí conoció a Magdalena Aylwin, Scarlette Barrera, Ana Lizama y Maite Pino. Desde entonces, forjaron un vínculo muy cercano, que los llevó a repetir la experiencia, esta vez, como artistas profesionales.
Agrupados como Colectivo el pony, Leonart concibió
un nuevo texto original pensado especialmente en sus ex estudiantes. ¿El
resultado? No me digas que al futuro se lo traga la oscuridad, un
montaje escrito y dirigido por el propio Leonart que se presentará entre el 27
y el 30 de julio en el Teatro Sidarte.
Un grupo de mujeres -todas jóvenes- se reúnen para
hablar con la gente muerta. Ha sucedido una tragedia. ¿Una maldición se ha
consumado? Toda la juventud ha muerto. Ellas son las únicas o de las
pocas sobrevivientes. Y quieren comunicarse con sus amores y sus amistades para
ver qué hay más allá. Y cómo seguir sus vidas después de la catástrofe.
“De alguna manera quería hablar de cómo la
energía de la juventud -esa juventud que en los últimos años ha estado en
las calles, regalándonos su energía y forzando los cambios en una sociedad
anquilosada- termina sucumbiendo ante el sistema. La idea de la
muerte de la juventud se transformó en una especie de metáfora. ¿Qué
pasaría si toda la juventud de la tierra muriera?
Pero, por otro lado, ¿no es eso lo que pasa siempre
cuando nos convertimos en los adultos que la estrecha sociedad quiere que
seamos? ¿Podemos escapar de eso?”, reflexiona Leonart.
“Al mismo tiempo que esta idea me rondaba, me
encontré con cuatro actrices y mujeres poderosas y talentosas mientras
dirigía un egreso en la Universidad Mayor. Y pensé que ellas serían las cuatro
mujeres de la obra.
De alguna forma, esta obra es para ellas y sobre
ellas, aunque es -en el fondo- una obra muy personal. Y agradezco haberme
encontrado con este poderoso grupo para que les diera carne y voz a mis
palabras”, agrega el autor.
“Al salir de la Escuela te inunda un miedo, muy real
por lo demás, de caer en una especie de agujero negro que te traga para siempre
si no te afirmas bien. Por eso, toparse con personas en las cuales puedas
confiar y trabajar desde la honestidad es un tesoro. Marcelo nos ha
entregado muchísimo en muy poco tiempo”, señala Maite Pino.
“Trabajar con el Colectivo el pony me ha
enseñado que algo muy importante en este oficio es pasarlo bien. Valoro y
atesoro cada día que pasa y que puedo ejercer la profesión que estudié. ¿Por
qué estar enamorada de este trabajo, lleno de incertidumbres y miedos? Porque
en él encuentro un refugio, un hogar para el alma, en donde puedo jugar
como niña otra vez rodeada de gente que ama lo que hace”, precisa Magdalena
Aylwin.
Estrenar esta obra, sobre todo tras momentos tan difíciles para el país -como el estallido social y la pandemia del coronavirus- ha significado toda una hazaña para estas jóvenes.
“Siempre se le teme a la
supuesta e inminente muerte del teatro. Pero, a pesar de todo, es una
disciplina que sigue viva y fuerte. Hacer teatro en tiempos de crisis es, sin
duda, un acto revolucionario”, comenta Scarlette Barrera.
Su compañera Ana Lizama coincide: “Ejercer una carrera artística en este Chile post estallido tiene una responsabilidad, no solo en el ámbito artístico, sino también en mi lugar como trabajadora de las artes y en cómo afrontamos la precariedad del rubro. Debemos reflexionar sobre cómo contribuir para cambiar este presente y trabajar por un mejor futuro”, finaliza la actriz.
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