Con homenajes a la actriz Paulina Urrutia y al escenógrafo Ramón López, el Círculo de Periodistas de Santiago dio el vamos a las celebraciones de los 70 años del Teatro Camilo Henríquez.
“En estas siete décadas, nosotros, los periodistas,
hemos marchado junto al teatro, tal como lo pensó nuestro gestor y fundador,
Juan Emilio Pacull, al destinar el primer piso de este edificio para una sala
de las artes escénicas.
Así remarcó que la cultura y las letras son un factor
esencial y deben estar juntas, dialogando y fortaleciéndose mutuamente”,
destacó Margarita Bastías, presidenta del Círculo de Periodistas en su discurso
de apertura.
La institución distinguió al arquitecto y escenógrafo
Ramón López por su aporte al diseño y escenotecnia de las distintas obras que
se presentaron en esta sala entre los años 1968 y 1973.
“Un creador que ha diseñado y dirigido más de 100
obras de teatros y 40 óperas tanto en Chile como en el extranjero, que ha
participado en más de 200 producciones, levantando salas, formando generaciones
y dando vida visual a piezas esenciales de nuestra memoria escénica”, relevó la
directora del Círculo, Purísima Gaune.
También fue uno de los pilares en la creación de
imágenes icónicas de nuestro teatro.
Al subir al escenario, López no pudo ocultar su
emoción de estar en las tablas que marcaron sus inicios, cuando aún estaba en
la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica y se empinaba apenas por
los 22 años.
Subrayó que en su oficio siempre estuvo disponible
para cambios de último momento, como ocurrió cuando Eugenio Dittborn, a horas
de un estreno, le hizo cambiar una escenografía.
“Como una gran artista, creadora, gestora y, por sobre
todo, una gran persona”, definió Bárbara Nash, directora de la sala Camilo
Henríquez a quien fuera su antecesora en el cargo, la exministra Paulina
Urrutia.
La actriz, en medio de lágrimas, dijo que este teatro
“me volvió a mis orígenes” y que encontrarse con Ramón López, quien fue su
profesor en la escuela de Teatro de la Universidad Católica, “me provoca una
gran emoción”.
Le agradeció haber aprendido la importancia del
espacio, lo que nunca ha olvidado cada vez que sube a un escenario.
Por eso mismo, recordó que después de cada función hacía un recorrido que empezaba en el foyer, bajaba a los camarines y terminaba en el escenario, “porque este teatro es único, tiene una entrada para el público y otra para los actores”.
Respecto de los recorridos que se convirtieron en icónicos en el mundo teatral, dijo que “la idea era que el público pisara el escenario para vivir la misma experiencia del artista y permitir la conexión entre público y creador”.Con esta celebración se dio inicio al “primer acto” de
la celebración de los 70 años del Camilo Henríquez que culminará en junio 2026.
Durante este periodo se harán lecturas dramatizadas, cápsulas históricas por redes sociales y un remontaje de una obra emblemática que se presentó en esta sala.


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