En estas narraciones aparecen Griseta, Simenon, Anselmo, Dagoberto Solís, Ruperto Chacón, Doris Fabra y muchos más.
Autoras y
autores chilenos se unieron para homenajear al detective –y a su Escriba, hoy
Premio Nacional de Literatura– que reformuló el género negro en Chile y que
este año cumple cuarenta años de vida.
Los
relatos transitan desde la niñez de Heredia, en la soledad del orfanato y sus
primeras incursiones en las lecturas de historias ficticias, hasta su
alejamiento, tal vez momentáneo, en el oficio que lo hizo conocido.
Estos
remedos de Heredia recorren la ciudad de Santiago de los años ochenta, noventa
y estos días por bares olvidados, consultas de dentistas, el Mercado Central,
taxis que van a la deriva, galerías de libros, festivales negros, pero también
se asoma por el litoral central, Tiltil, el desierto de Atacama, Talcahuano,
Punta Arenas, Temuco y las cercanías de la ciudad ñublense de Los Ángeles.
Algunos
cuentos transitan por los tiempos oscuros de la dictadura, por los comienzos de
la democracia, los primeros días del estallido social, por los resabios de la
pandemia hasta nuestros días.
La
compilación es un ensamble de voces y plumas que remedan al gran Heredia, al
investigador ocupado en los asuntos del prójimo, que se convirtió en un
referente fundamental del género negro de nuestro país.
De modo que este libro, que celebra la ficción, la memoria y al detective más querido y leído del país, se convierte también en una panorámica bastante amplia de lo que es el género negro en Chile.

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