jueves, 30 de octubre de 2025

Así fue la jornada de cierre y reflexión de mediadores de la Bienal SACO1.2

 El pasado 10 de octubre, en el Instituto Superior Latinoamericano de Arte (ISLA), se llevó a cabo una jornada de reflexión en la que los mediadores de la duodécima edición de SACO compartieron junto al equipo de la corporación sus experiencias trabajando en los espacios que conformaron el circuito expositivo de la bienal en Antofagasta, entre junio y septiembre de este año.

Durante la instancia, además, se realizó la entrega de certificados que acreditaban tanto su participación en la capacitación de la experta en el área, María Alejandra Andrade, así como la práctica profesional en las exposiciones de la Bienal Ecosistemas oscuros.

La Molinera, uno de los espacios más grande del evento, albergó muestras audiovisuales, sonoras, didácticas y colectivas, recibiendo a diario a decenas de visitantes, entre ellos amantes del arte y grupos de estudiantes de diversos establecimientos de la ciudad, quienes pudieron recorrer más de 40 obras de artistas nacionales e internacionales.

“A mí me gusta mucho mediar porque siento que, además de compartir información, aprendo más. La conversación y la retroalimentación con el público frente a cualquier obra me ayudaron a mejorar mi forma de explicar, haciendo que la experiencia sea más interesante para quienes nos visitaron”, comentó Antica Petricio, mediadora de La Molinera.

Por su parte, Estephanie Rodríguez, encargada de la mediación en la Pinacoteca Waldo Valenzuela del Liceo Experimental Artístico (LEA) con la obra El espacio que queda —co-creación del artista Jorge “Coco” González junto a estudiantes del establecimiento—, dijo que muchas personas valoraron profundamente la exposición.

“La gente conectaba mucho con las obras, especialmente porque estaban hechas con objetos significativos para los alumnos. A veces ni siquiera era necesario explicarles, preferían recorrer la muestra y dejarse llevar por sus emociones. (…) Recuerdo que una exalumna me contó que la paleta de pintura que formaba parte de la exposición había pertenecido a don Waldo, su profesor, lo que la emocionó muchísimo”.

El Muelle Histórico Melbourne Clark, donde se presentaron las siete propuestas ganadoras de la convocatoria internacional organizada por SACO, fue el espacio más visitado, con más de 30.000 personas que se acercaron con interés a descubrir las obras mientras paseaban por este tradicional monumento histórico de la ciudad.

“Para mí ha sido una experiencia muy gratificante. 

En una oportunidad, mientras explicaba la obra Sentido de Eduardo Motta, una visitante se emocionó ya que contó que superó una dura enfermedad y la obra le recordó su vivencia; fue un momento muy especial”, expresó Elizabeth Szabo, mediadora del muelle.

Durante los más de trece años de trayectoria de SACO se ha otorgado un espacio laboral para esta importante labor, formando equipos de decenas de mediadores remunerados  en cada edición de la bienal.

 Cada uno de ellos está llamado a ser un puente de conocimiento entre el artista, su obra y el público, en una ciudad con escaso acceso a la cultura.

Con esta actividad, el equipo de mediadores se despide de SACO1.2, dejando atrás una experiencia enriquecedora para quienes participaron. Porque, como se dijo durante esta actividad, mediar no fue una obra: fue abrir caminos para que el arte encontrara nuevas formas de habitar Antofagasta. 

“A mí me gusta mucho mediar porque siento que, además de compartir información, aprendo más. La conversación y la retroalimentación con el público frente a cualquier obra me ayudaron a mejorar mi forma de explicar, haciendo que la experiencia sea más interesante para quienes nos visitaron”, comentó Antica Petricio, mediadora de La Molinera.

Por su parte, Estephanie Rodríguez, encargada de la mediación en la Pinacoteca Waldo Valenzuela del Liceo Experimental Artístico (LEA) con la obra El espacio que queda —co-creación del artista Jorge “Coco” González junto a estudiantes del establecimiento—, dijo que muchas personas valoraron profundamente la exposición.

“La gente conectaba mucho con las obras, especialmente porque estaban hechas con objetos significativos para los alumnos. A veces ni siquiera era necesario explicarles, preferían recorrer la muestra y dejarse llevar por sus emociones. (…) Recuerdo que una exalumna me contó que la paleta de pintura que formaba parte de la exposición había pertenecido a don Waldo, su profesor, lo que la emocionó muchísimo”.

El Muelle Histórico Melbourne Clark, donde se presentaron las siete propuestas ganadoras de la convocatoria internacional organizada por SACO, fue el espacio más visitado, con  más de 30.000 personas que se acercaron con interés a descubrir las obras mientras paseaban por este tradicional monumento histórico de la ciudad.

“Para mí ha sido una experiencia muy gratificante. En una oportunidad, mientras explicaba la obra Sentido de Eduardo Motta, una visitante se emocionó ya que contó que superó una dura enfermedad y la obra le recordó su vivencia; fue un momento muy especial”, expresó Elizabeth Szabo, mediadora del muelle.

Durante los más de trece años de trayectoria de SACO se ha otorgado un espacio laboral para esta importante labor, formando equipos de decenas de mediadores remunerados  en cada edición de la bienal. Cada uno de ellos está llamado a ser un puente de conocimiento entre el artista, su obra y el público, en una ciudad con escaso acceso a la cultura.

Con esta actividad, el equipo de mediadores se despide de SACO1.2, dejando atrás una experiencia enriquecedora para quienes participaron. Porque, como se dijo durante esta actividad, mediar no fue una obra: fue abrir caminos para que el arte encontrara nuevas formas de habitar Antofagasta. 

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