martes, 2 de abril de 2024

Nueva temporada de la aclamada obra de amor queer Y,Y,Y,Y,Y. en Teatro del Puente

 Catalina Saavedra e Hitzka Nudelman protagonizan la segunda obra de la Compañía La Chueca, que relata historias de amor LGTBQ+ a través del tiempo. Con dirección de Javiera Mendoza, se presentará del 4 al 26 de abril, de jueves a domingo a las 20:00 horas.

Durante el mes de abril, Teatro del Puente recibirá el remontaje de la segunda obra de la Compañía La Chueca, Y,Y,Y,Y,Y. Se trata de una experiencia sensorial que se apoya de imágenes audiovisuales y de artificios sonoros para invitar al público a viajar hacia diversas épocas de Chile, reviviendo historias de amor lésbico y homosexual escondidas durante nuestro pasado y hasta nuestros días.

En ella, dos actrices se encuentran en la sala del Teatro del Puente, donde se preparan para empezar el ensayo de una obra. Ellas son muy diferentes, una es desordenada e impuntual, y la otra es muy rigurosa y se sabe los textos de ambas. A medida que avanza la ficción, empiezan a entrar a diversos personajes y a vivenciar diferentes situaciones.

Con dramaturgia de Nicolás Lange, dirigida por Javiera Mendoza y protagonizada por Catalina Saavedra e Hitzka Nudelman, Y,Y,Y,Y,Y. busca apoyarse en la belleza de las palabras para reflexionar sobre la convivencia del amor entre la violencia. Se trata de la segunda puesta en escena de la compañía, luego del éxito de Antes de morir quiero conocer el cielo.

“Es una obra sensible que relata varias historias de amor LGTBQA+.  No es una obra sobre el horror de la tiranía que vivimos como país, por el contrario, nos habla del amor y cómo este puede habitar en territorios donde el odio al que piensa y ama distinto se instala como marca social”, explica Javiera Mendoza, directora de la obra.

Tal como evoca su título, Y,Y,Y,Y,Y., aprovecha los espacios entre una palabra y otra, entre un tema y otro, para encontrar un lugar fuera de todo juicio, pretensión y moralidad, donde el absurdo encuentra un lugar oportuno, junto a estas dos actrices conviviendo con sus diversos personajes, que nos guían hacia un viaje profundo, donde encontramos en el abismo un lugar común.

De esta manera, la obra se propone la difícil tarea de descubrir si la  violencia y la belleza pueden llegar a ser parte de un mismo lenguaje y se ofrece como un encuentro, que invita al público a  tomarse un tiempo para detenerse y escuchar lo que ha resultado de los últimos años de nuestra historia.

“Al ser un montaje que habla de la historia cruzada con amor, dolor, sueños y anhelos hace que sea muy universal, pero al mismo tiempo el público se acopla a esta experiencia escénica de manera muy particular y propia, donde afloran recuerdos y prospecciones de nuestro país. Vemos, al terminar las funciones al público muy emocionado”, agrega Javiera Mendoza.

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