jueves, 11 de abril de 2024

Aula Records estrena “Paisajes interrumpidos”, el nuevo disco de Roberta Lazo Valenzuela

 Una autora chilena, una flautista noruega y una clarinetista austriaca, reunidas en un teatro centenario en plena ciudad de Santiago, para hacer una música tan contemporánea como la crisis climática que se percibe en todo el mundo.

Ese cruce de idiomas y culturas está presente en Paisajes interrumpidos, el nuevo disco del sello discográfico Aula Records, dedicado completamente a la compositora y artista visual Roberta Lazo Valenzuela (Santiago, 1991).

Grabado en diciembre del año pasado en el Teatro Aula Magna Usach, el álbum ya está disponible en formato digital y próximamente tendrá una versión en vinilo de diez pulgadas. Las primeras diez copias de esa edición limitada, además, tendrán un arte elaborado con telas por la propia autora, quien ya tiene un recorrido en la escena musical europea.

Formada en Chile como compositora, hace nueve años emigró a Alemania y luego siguió estudios en Noruega y Austria, país donde reside actualmente. Desde allá ha colaborado con numerosos ensambles y ha publicado otros tres discos, que abordan la música experimental desde la voz y recogen influencias de variados géneros. En 2022, de hecho, estuvo nominada a los Premios Pulsar por Cuchuflí barquillo, pieza que combinaba instrumentos de percusión y pregones de vendedores callejeros.

“Ahora sentí que estaba estancada en un tipo de composición, necesitaba un desafío y extrañaba la colaboración con intérpretes, porque el trabajo de composición es un poco aislado. Quería tener de nuevo la sensación del instrumento en las manos, hacer ruido y probar, así que me propuse trabajar para solistas”, explica desde Lilienfeld, a unos 80 kilómetros de Viena. 

A partir de esa premisa, Roberta Lazo Valenzuela concibió dos obras. La primera fue Deshielo invernal/Melting winter, escrita para la flautista Hanne Jones Rekdal, quien relata una caminata por Oslo en donde se ve una gran cascada congelada que se va derritiendo lentamente. “Cuando viví ahí, me enfrenté con esta imagen que nunca había visto antes.

La gente del lugar me contó que cada año era más corto el tiempo en que esa majestuosa cascada estaba congelada. Así, también empecé a notar ese proceso, entonces la obra trata de esa experiencia de caminar todos los días y ver cómo lentamente se iba derritiendo”, relata la compositora. La obra trabaja a su vez un texto en noruego.

La segunda es Verde degradado/Faded green, interpretada en clarinete bajo por Anna Koch e inspirada también por un paisaje afectado por el cambio climático, pero esta vez en Austria. “Cuando llegué a vivir acá, los inviernos eran mucho más largos y el verano no era tan pesado. Los árboles y los animales no están acostumbrados a ese nivel de calor y el bosque entero se ve alterado”, relata. “Mi imagen de esta obra son los pies en la tierra y en el barro, subiendo una montaña, y la naturaleza agitada”.

En ambas obras, Hanne Jones Rekdal y Anna Koch desarman e intervienen sus instrumentos, tal como el calentamiento global ha transformado e “interrumpido” los paisajes a los que alude la música. Al finalizar la segunda, incluso, el sonido es alterado con agua en el clarinete. “Tiene que ver con esta idea de que llegas a la cima de la montaña, estás cansado y con sudor, el calor es abrumador y lo único que quieres es agua. Es un símbolo de saciar esa sed”, sintetiza.

Collages hechos a mano

Además de componer las dos obras que conforman Paisajes interrumpidos, Roberta Lazo Valenzuela se encargó del arte del disco. Para eso, trabajó con telas e hilachas y dio forma a distintos collages que se podrán encontrar en las primeras diez copias en formato vinilo. El empaque de estos ejemplares, todos numerados, fue elaborado por la diseñadora Romina Marín, mientras que las 30 copias restantes tendrán la imagen digital de una de esas carátulas confeccionadas a mano por la compositora.

“El vínculo entre imagen y sonido es un mundo entero”, dice. “En este caso, quise seguir la idea de no solo tener un vinilo, que es algo tangible, sino que la portada aportara otra capa de significado y tuviese esta misma cualidad de texturas, colores, movimientos y fragilidad. Que fuera algo vivo”.

No fue un ejercicio nuevo. Las carátulas de sus discos Exótic (2022) y Music for evenings (2022) tienen imágenes creadas por la propia Roberta Lazo Valenzuela, mientras que Indoors (2021) fue un cassette editado junto a pequeñas cajas de madera que contenían esculturas de yeso: “Trabajo las dos cosas de la mano, la música y lo visual. Para mí es importante la experiencia de abrir el vinilo y la narrativa que se genera a partir de eso. Creo que le da una capa de significado distinta y casi indescriptible a la experiencia de hacer música”, concluye.

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