Conchuela. Río Seco |
“Zona de Campamento” es una obra colectiva, donde cada
uno de los y las artistas crea una bitácora propia, la cual es también una obra
individual basada en una reflexión crítica en torno al territorio de Río Seco
Loreto González concibe el campamento como un refugio,
donde es posible abordar el tiempo desde diferentes dimensiones que implican un
hogar y que busca transmitir
los sentires del norte, vinculados a sus dinámicas estéticas y políticas
“Es un lugar de intimidad con diversas contradicciones
en su interior y exterior, lo cual conlleva ubicarse dentro de un espacio y su
discordia, encontrándose a diario con situaciones domésticas a partir del ocio,
los problemas sobre la vivienda, la arquitectura hechiza, y los modelos de
autoconstrucción que sostienen un paisaje adverso y sobrecargado”.
La curadora escogió Río Seco porque es una caleta con
precariedades, pero con otras riquezas, que son señales que dan los habitantes
respecto del paisaje, el entorno y elementos naturales, como el alimento.
“Yo trabajo la problemática sobre el modelo de
desarrollo que nos tiene acondicionados a un discurso sobre el centro y la
periferia, donde es posible resignificar conceptos e ideas, las cuales son
sostenidas por los propios habitantes de Río Seco, quienes, según ellos mismos,
no se ven o no se determinan como periféricos, según la idea del desarrollo y
el progreso.
Al contrario, se ven desde un lugar afortunado
demarcado por cuestiones sensibles, muchas veces desconocidas y por eso
tratadas desde la otredad que abordan los márgenes”, explica.
“Zona de Campamento”, según Loreto González, es un
trabajo vivenciado durante 10 días en la zona de contacto, concebido como un
refugio para la familia, los y las amigos, un lugar donde no hay reglas, hay
acuerdos colectivos e híbridos, una esfera donde la cultura es la regla, un
sector repleto de ideas, donde la práctica de “perder el control” es un hábito
inclusivo y el arte es la excepción.
Para la directora de la Galería Gabriela Mistral,
Florencia Loewenthal, es “un gran orgullo” recibir este proyecto “tan necesario
y que da cuenta de problemáticas sociopolíticas en el norte de Chile”.
Sobre el trabajo de Loreto González, Loewenthal dice que “es una de las curadoras emergentes con más sustancia que he podido conocer en el último tiempo, desde su mirada del arte y la política, pero también de la poesía que contiene sus textos”.
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