(c) Mario Ruiz |
Tras 40 años de abandono, fue en el primer gobierno
del presidente Sebastián Piñera, donde se tomó la decisión de adquirir el
Palacio Pereira y realizar un concurso internacional de arquitectura para
iniciar su recuperación. “Luego de 150 años desde su construcción,
el Palacio Pereira ha vuelto como un espacio abierto a la ciudadanía.
Uno de los principales objetivos que nos
planteamos tras su recuperación fue configurar un lugar de encuentro de la
ciudadanía con el patrimonio y las artes nacionales.
Con este libro la ciudadanía podrá conocer en
detalle un proceso virtuoso de recuperación patrimonial, que duró 10 años, y
que logró rescatar del estado de ruina, un importante monumento nacional,
enriqueciéndolo con una notable obra de nueva arquitectura”, señaló la ministra
de las Culturas, Consuelo Valdés.
La publicación bilingüe y gráfica detalla el proceso
de recuperación del Monumento Nacional que duró cerca de 10 años.
Los contenidos del libro incluyen presentaciones de
las autoridades del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, una
introducción escrita por el Subsecretario del Patrimonio Cultural, un texto de
los arquitectos del proyecto en el que se presenta el nuevo Palacio Pereira, un
recorrido por los recintos a través de la superposición de imágenes históricas,
planos arquitectónicos, esquemas, textos e imágenes de obra, tres ensayos
críticos que enmarcan teóricamente el proyecto ejecutado y finalmente los
créditos de todas las personas que han hecho posible la ejecución del proyecto
Palacio Pereira.
En esta primera edición, se imprimieron 1.000
ejemplares.
La realización de esta publicación fue posible gracias
al trabajo y coordinación de la Subsecretaría del Patrimonio Cultural, con el
apoyo y financiamiento del Consejo de Monumentos Nacionales, a través de una
licitación pública que se adjudicó la Editorial ARQ, de la Escuela de
Arquitectura de la Universidad Católica.
La Subsecretaría del Patrimonio Cultural trabajó en
conjunto con el equipo de arquitectura del proyecto, editores, el MOP y el CMN
en la recopilación de imágenes históricas, planos y registros de la obra del
proyecto, encargándole a Alejandro Crispiani el trabajo editorial, quien ya
había realizado el libro del “Concurso del Palacio Pereira”.
Además del editor, destacan autores como Emilio De la
Cerda, Cecilia Puga, Paula Velasco, Alberto Moletto, Fernando Pérez y Moisés
Puente.
En 1872, el senador y empresario Luis Pereira
Cotapos encargó al arquitecto francés Lucien Ambroise Hénault el diseño de una
mansión urbana para su familia.
Santiago estaba entonces en un proceso de rápida
modernización y la necesidad de construir la identidad de una república
comenzaba a promover una serie de grandes obras públicas en la ciudad. Hénault
fue uno de los varios profesionales europeos que el gobierno chileno designó
para diseñar los edificios emblemáticos de las nuevas instituciones
republicanas.
El Palacio Pereira responde en líneas generales a los
criterios de composición desarrollados por el clasicismo francés, aunque
también se muestra sensible a la tradición colonial todavía presente en
Santiago.
Cincuenta años después de su construcción el palacio
dejó de ser una residencia cuando, en 1932, fue adquirido por el Arzobispado de
Santiago. A partir de entonces, tuvo diferentes usos, entre ellos la Caja de
Ahorros de Empleados Públicos, el Ministerio de Educación en la década del 50’
y, posteriormente, destinado al Liceo N° 3 Mercedes Marín del Solar, el que
funcionó allí hasta 1968, entre otros usos.
Con el golpe de Estado de 1973, el edificio fue prácticamente
abandonado. En 1974 fue declarado Monumento Nacional por el Estado de Chile,
que poco tiempo después desafectó al edificio de este nombramiento. La casa se
convirtió en un testimonio silencioso de una estructura social que se
desmoronaba.
Tras cuarenta años de abandono, lo que quedaba del
Palacio Pereira se convirtió en un poderoso movilizador de energías,
pensamientos y acciones. En 2011, el Estado chileno –que 155 años antes había
traído a Hénault desde París para diseñar edificios públicos– compró el Palacio
para transformarlo en la sede de la entonces Dirección de Bibliotecas, Archivos
y Museos y del Consejo de Monumentos Nacionales. (c) Mario Ruiz
Al año siguiente, la Dirección Nacional de
Arquitectura del MOP llama al concurso público de arquitectura para restaurar
la casa histórica y diseñar una ampliación que acogiera la nueva institución.
La restauración estuvo a cargo del equipo de diseño y arquitectura encabezado por Cecilia Puga e integrado por Paula Velasco y Alberto Moletto, quienes trabajaron junto a un grupo de asesores y especialistas en los campos de la restauración, la ingeniería estructural y la consolidación, como Alan Chandler (Inglaterra), Luis Cercós (España), Fernando Pérez Oyarzun, Pedro Bartolomé y Cristian Sandoval (Chile).
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